SALMOS 31:19-24
SALMOS 31:19-24 Reina Valera 2020 (RV2020)
¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los seres humanos! En lo recóndito de tu presencia los pondrás a salvo de las conjuras humanas; los pondrás en tu tabernáculo a cubierto de las malas lenguas. Bendito sea el Señor, porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fortificada. Decía yo en mi apuro: «Excluido soy de delante de tus ojos»; pero tú oíste la voz de mis ruegos cuando a ti clamé. Amad al Señor, todos vosotros sus santos; el Señor protege a los que le son fieles, pero castiga con severidad a los que proceden con soberbia. Esforzaos todos vosotros, los que esperáis en el Señor, y tome aliento vuestro corazón.
SALMOS 31:19-24 La Palabra (versión española) (BLP)
¡Qué inmensa es la bondad que reservas a quien te venera! La ofreces a quienes en ti confían, y todo el mundo es testigo. Tu rostro los ampara y protege de las conjuras humanas; los resguardas en tu Tienda de las lenguas pendencieras. ¡Bendito sea el Señor que me demostró su amor en momentos de angustia! Yo, azorado, llegué a pensar: «Me has apartado de tu presencia». Pero tú oías mi voz suplicante mientras a ti clamaba. ¡Amad al Señor todos sus fieles! El Señor cuida a quienes son leales y a los arrogantes castiga con creces. ¡Manteneos firmes, seguid con ánimo cuantos en el Señor tenéis esperanza!
SALMOS 31:19-24 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Cuán grande es tu bondad, que atesoras para los que te temen, y que a la vista de la gente derramas sobre los que en ti se refugian. Al amparo de tu presencia los proteges de las intrigas humanas; en tu morada los resguardas de las lenguas contenciosas. Bendito sea el SEÑOR, pues mostró su gran amor por mí cuando me hallaba en una ciudad sitiada. En mi confusión llegué a decir: «¡He sido arrojado de tu presencia!» Pero tú oíste mi voz suplicante cuando te pedí que me ayudaras. Amad al SEÑOR, todos sus fieles; él protege a los dignos de confianza, pero a los orgullosos les da su merecido. Cobrad ánimo y armaos de valor, todos los que en el SEÑOR esperáis.