SALMOS 31:1-11
SALMOS 31:1-11 Reina Valera 2020 (RV2020)
En ti, Señor, he confiado; no sea yo confundido jamás. ¡Líbrame en tu justicia! Inclina a mí tu oído, líbrame pronto. ¡Sé tú mi roca fuerte y la fortaleza para salvarme! Tú eres mi roca y mi castillo; por tu nombre me guiarás y me encaminarás. ¡Sácame de la red que me han tendido, pues tú eres mi refugio! En tu mano encomiendo mi espíritu; tú me has redimido, Señor, Dios de verdad. Aborrezco a los que confían en ídolos vanos; mas yo en el Señor he esperado. Me gozaré y alegraré en tu misericordia, porque has visto mi aflicción, has conocido las angustias de mi alma. No me entregaste en manos del enemigo; pusiste mis pies en lugar espacioso. Ten misericordia de mí, Señor, porque estoy angustiado; se han consumido de tristeza mis ojos, también mi alma y mi cuerpo. Mi vida se va gastando de dolor y mis años de suspirar; ¡se agotan mis fuerzas a causa de mi maldad y mis huesos se consumen! Todos mis enemigos se burlan de mí, y, aún más, mis vecinos; soy el horror de mis conocidos. ¡Los que me ven afuera huyen de mí!
SALMOS 31:1-11 Reina Valera 2020 (RV2020)
En ti, Señor, he confiado; no sea yo confundido jamás. ¡Líbrame en tu justicia! Inclina a mí tu oído, líbrame pronto. ¡Sé tú mi roca fuerte y la fortaleza para salvarme! Tú eres mi roca y mi castillo; por tu nombre me guiarás y me encaminarás. ¡Sácame de la red que me han tendido, pues tú eres mi refugio! En tu mano encomiendo mi espíritu; tú me has redimido, Señor, Dios de verdad. Aborrezco a los que confían en ídolos vanos; mas yo en el Señor he esperado. Me gozaré y alegraré en tu misericordia, porque has visto mi aflicción, has conocido las angustias de mi alma. No me entregaste en manos del enemigo; pusiste mis pies en lugar espacioso. Ten misericordia de mí, Señor, porque estoy angustiado; se han consumido de tristeza mis ojos, también mi alma y mi cuerpo. Mi vida se va gastando de dolor y mis años de suspirar; ¡se agotan mis fuerzas a causa de mi maldad y mis huesos se consumen! Todos mis enemigos se burlan de mí, y, aún más, mis vecinos; soy el horror de mis conocidos. ¡Los que me ven afuera huyen de mí!
SALMOS 31:1-11 La Palabra (versión española) (BLP)
Señor, en ti confío, que no quede jamás defraudado; ¡líbrame con tu fuerza salvadora! Acerca hacia mí tu oído, date prisa en socorrerme. Sé para mí fortaleza protectora, morada inaccesible que me salve, pues tú eres mi bastión, mi baluarte; honrando tu nombre, guíame y condúceme. Libérame de la trampa que me tienden, porque tú eres mi refugio. A tus manos encomiendo mi vida; tú, Señor, Dios fiel, me has rescatado. Odio a quienes sirven a ídolos falsos, en Dios pongo mi confianza. Por tu amor me alegro y me regocijo, porque tú has mirado mis pesares, tú conoces mis angustias. No me entregaste al enemigo, me mantuviste en lugar seguro. Apiádate de mí, Señor, que soy presa de la angustia; se consumen de pena mis ojos, todo mi ser y mis entrañas. Se agota mi vida en el dolor, en gemidos mi existencia, se debilita mi fuerza por mi maldad y mis huesos se consumen. Soy la burla de mis adversarios y, aún más, la de mis vecinos, el horror de los que me conocen; quien me ve por la calle, huye de mí.
SALMOS 31:1-11 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
En ti, SEÑOR, busco refugio; jamás permitas que me avergüencen; en tu justicia, líbrame. Inclina a mí tu oído, y acude pronto a socorrerme. Sé tú mi roca protectora, la fortaleza de mi salvación. Guíame, pues eres mi roca y mi fortaleza, dirígeme por amor a tu nombre. Líbrame de la trampa que me han tendido, porque tú eres mi refugio. En tus manos encomiendo mi espíritu; líbrame, SEÑOR, Dios de la verdad. Odio a los que veneran ídolos vanos; yo, por mi parte, confío en ti, SEÑOR. Me alegro y me regocijo en tu amor, porque tú has visto mi aflicción y conoces las angustias de mi alma. No me entregaste al enemigo, sino que me pusiste en lugar espacioso. Ten compasión de mí, SEÑOR, que estoy angustiado; el dolor está acabando con mis ojos, con mi alma, ¡con mi cuerpo! La vida se me va en angustias, y los años, en lamentos; la tristeza está acabando con mis fuerzas, y mis huesos se van debilitando. A causa de todos mis enemigos, soy el hazmerreír de mis vecinos; soy un espanto para mis amigos; de mí huyen los que me encuentran en la calle.