SALMOS 25:12-22
SALMOS 25:12-22 Reina Valera 2020 (RV2020)
¿Quién es el hombre que teme al Señor? Él le enseñará el camino que ha de escoger. Gozará él de bienestar y su descendencia heredará la tierra. La comunión íntima del Señor es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto. Mis ojos siempre se dirigen hacia el Señor, porque él libera mis pies de la trampa. Mírame y ten misericordia de mí, porque estoy solo y afligido. Las angustias de mi corazón se han aumentado; sácame de mis congojas. Mira mi aflicción y mi trabajo y perdona todos mis pecados. Mira cómo se han multiplicado mis enemigos y con odio violento me aborrecen. ¡Guarda mi alma y líbrame! No sea yo avergonzado, porque en ti he confiado. Integridad y rectitud me guarden, porque en ti he esperado. ¡Redime, Dios, a Israel de todas sus angustias!
SALMOS 25:12-22 La Palabra (versión española) (BLP)
A quien venere al Señor, él le enseñará qué camino elegir; vivirá con prosperidad y su descendencia heredará la tierra. El Señor se confía a sus fieles anunciándoles su alianza. Mis ojos tengo siempre en el Señor, él libera mis pies de la trampa. Atiéndeme, apiádate de mí que estoy solo y desvalido. Mis angustias se multiplican, líbrame tú de mis pesares. Mira mis aflicciones y penas, perdóname mis pecados; mira cuántos son mis enemigos y el rencor con que me odian. Protégeme, sálvame, no me defraudes, pues en ti confío. La integridad y la rectitud me protejan porque en ti tengo puesta mi esperanza. ¡Señor, libera a Israel de todas sus angustias!
SALMOS 25:12-22 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
¿Quién es el hombre que teme al SEÑOR? Será instruido en el mejor de los caminos. Tendrá una vida placentera, y sus descendientes heredarán la tierra. El SEÑOR brinda su amistad a quienes lo honran, y les da a conocer su pacto. Mis ojos están puestos siempre en el SEÑOR, pues solo él puede sacarme de la trampa. Vuelve a mí tu rostro y ten compasión de mí, pues me encuentro solo y afligido. Crecen las angustias de mi corazón; líbrame de mis tribulaciones. Fíjate en mi aflicción y en mis penurias, y borra todos mis pecados. ¡Mira cómo se han multiplicado mis enemigos, y cuán violento es el odio que me tienen! Protege mi vida, rescátame; no permitas que sea avergonzado, porque en ti busco refugio. Sean mi protección la integridad y la rectitud, porque en ti he puesto mi esperanza. ¡Libra, oh Dios, a Israel de todas sus angustias!