SALMOS 119:25-40
SALMOS 119:25-40 La Palabra (versión española) (BLP)
Estoy postrado en el polvo, dame la vida según tu promesa. Te conté mis avatares y me escuchaste, enséñame tus normas. Enséñame la senda de tus preceptos, que yo meditaré tus maravillas. Me estoy consumiendo de pena, confórtame según tu promesa. Aparta de mí el camino falso y dame la gracia de tu ley. Escogí el camino de la fidelidad, he tenido presentes tus decisiones; me he adherido a tus mandamientos, Señor, no me defraudes. Correré por la senda de tus mandatos y tú alegrarás mi corazón. Muéstrame, Señor, el camino de tus normas, que yo las guardaré hasta el fin. Instrúyeme para cumplir tu ley, la respetaré de todo corazón. Guíame por la senda de tus mandamientos, porque en ella me complazco. Inclina mi corazón a tus mandatos y no hacia la riqueza. Aparta mi vista de lo que es vano, haz que viva en tu camino. Cumple la promesa que hiciste a este tu siervo que te honra. Aleja de mí la burla que me inquieta, porque son buenas tus decisiones. Siento amor por tus preceptos, por tu justicia dame vida.
SALMOS 119:25-40 Reina Valera 2020 (RV2020)
Abatida hasta el polvo está mi alma; ¡vivifícame según tu palabra! Te he manifestado mis caminos y me has respondido; enséñame tus estatutos; hazme entender el camino de tus mandamientos, para que medite en tus maravillas. ¡Se deshace mi alma de ansiedad; susténtame según tu palabra! Aparta de mí el camino de la mentira y en tu misericordia concédeme tu ley. Escogí el camino de la verdad; he puesto tus juicios delante de mí. Me he apegado a tus testimonios; Señor, no me avergüences. Por el camino de tus mandamientos correré cuando alegres mi corazón. Enséñame , Señor, el camino de tus estatutos y lo guardaré hasta el fin. Dame entendimiento, guardaré tu ley y la cumpliré de todo corazón. Guíame por la senda de tus mandamientos, porque en ella tengo mi voluntad. Inclina mi corazón a tus testimonios y no a la avaricia. Aparta mis ojos para que no se fijen en cosas vanas; avívame en tu camino. Confirma tu palabra a tu siervo, que te teme. Quita de mí el oprobio que he temido, porque buenos son tus juicios. Yo he anhelado tus mandamientos; vivifícame en tu justicia.
SALMOS 119:25-40 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Postrado estoy en el polvo; dame vida conforme a tu palabra. Tú me respondiste cuando te hablé de mis caminos. ¡Enséñame tus decretos! Hazme entender el camino de tus preceptos, y meditaré en tus maravillas. De angustia se me derrite el alma: susténtame conforme a tu palabra. Mantenme alejado de caminos torcidos; concédeme las bondades de tu ley. He optado por el camino de la fidelidad, he escogido tus juicios. Yo, SEÑOR, me apego a tus estatutos; no me hagas pasar vergüenza. Corro por el camino de tus mandamientos, porque has ampliado mi modo de pensar. Enséñame, SEÑOR, a seguir tus decretos, y los cumpliré hasta el fin. Dame entendimiento para seguir tu ley, y la cumpliré de todo corazón. Dirígeme por la senda de tus mandamientos, porque en ella encuentro mi solaz. Inclina mi corazón hacia tus estatutos y no hacia las ganancias desmedidas. Aparta mi vista de cosas vanas, dame vida conforme a tu palabra. Confirma tu promesa a este siervo, como lo has hecho con los que te temen. Líbrame del oprobio que me aterra, porque tus juicios son buenos. ¡Yo amo tus preceptos! ¡Dame vida conforme a tu justicia!