SALMOS 101:1-8
SALMOS 101:1-8 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Quiero cantar al amor y a la justicia: quiero, SEÑOR, cantarte salmos. Quiero triunfar en el camino de perfección: ¿cuándo me visitarás? Quiero conducirme en mi propia casa con integridad de corazón. No me pondré como meta nada en que haya perversidad. Las acciones de gente desleal las aborrezco; no tendrán nada que ver conmigo. Alejaré de mí toda intención perversa; no tendrá cabida en mí la maldad. Al que en secreto calumnie a su prójimo, lo haré callar para siempre; al de ojos altivos y corazón soberbio no lo soportaré. Pondré mis ojos en los fieles de la tierra, para que habiten conmigo; solo estarán a mi servicio los de conducta intachable. Jamás habitará bajo mi techo nadie que practique el engaño; jamás prevalecerá en mi presencia nadie que hable con falsedad. Cada mañana reduciré al silencio a todos los impíos que hay en la tierra; extirparé de la ciudad del SEÑOR a todos los malhechores.
SALMOS 101:1-8 Reina Valera 2020 (RV2020)
Misericordia y justicia cantaré; a ti, Señor, cantaré. Entenderé el camino de la perfección cuando vengas a mí. En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa. No pondré delante de mis ojos cosa injusta. Aborrezco la obra de los que se desvían; ninguno de ellos se acercará a mí. El corazón perverso se apartará de mí; no conoceré al malvado. Al que solapadamente difama a su prójimo, yo lo destruiré; no toleraré a los de mirada altanera y corazón vanidoso. Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; el que ande en el camino de la perfección, este me servirá. No habitará dentro de mi casa el que hace fraude; el que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos. Por las mañanas destruiré a todos los impíos de la tierra, para exterminar de la ciudad del Señor a todos los que hagan maldad.
SALMOS 101:1-8 La Palabra (versión española) (BLP)
Quiero cantar el amor y la justicia, a ti, Señor, quiero cantarte; quiero aprender la senda de los rectos, ¿cuándo vendrás a mí? Actuaré rectamente en medio de mi casa, en nada indigno fijaré mi ojos; odio el proceder de los rebeldes, no dejaré que me contagie. Que el perverso se aleje de mí, no quiero conocer al malvado. Al que difama en secreto a su amigo, voy a dejarlo callado; al que es ambicioso y soberbio, no voy a tolerarlo. En los fieles del país me fijaré para que habiten conmigo: quien siga la senda de los rectos, ese será quien me sirva. No vivirá en mi casa quien engaña, no aguantará mi mirada quien miente. Yo haré callar cada mañana a todos los malvados del país, para expulsar de la ciudad del Señor a todos los malhechores.