PROVERBIOS 23:1-8
PROVERBIOS 23:1-8 Reina Valera 2020 (RV2020)
Cuando te sientes a comer con algún notable, mira bien a quién tienes delante. Pon un cuchillo a tu garganta, si tienes mucho apetito. No codicies sus manjares delicados, porque es pan engañoso. No te afanes por hacerte rico: sé prudente y desiste. ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, que son nada? Les salen alas como si fueran un águila, y se van volando al cielo. No comas pan con el avaro ni codicies sus manjares, porque así como son sus pensamientos íntimos, tal es él. «Come y bebe», te dirá, pero su corazón no está contigo. Vomitarás el bocado que comiste y habrás malgastado tus suaves palabras.
PROVERBIOS 23:1-8 La Palabra (versión española) (BLP)
Si te sientas a comer con un notable, mira bien a quién tienes delante Si eres voraz en demasía, pon un cuchillo en tu garganta y no codicies manjares exquisitos, pues son comida engañosa. No te afanes buscando riqueza, desecha ese pensamiento. Te vuelves para mirarla y ya no hay nada, pues le salen alas de águila y desaparece en las alturas. No compartas la comida del tacaño, ni apetezcas sus exquisitos manjares que son como pelo en la garganta. «¡Come y bebe!», te dice, pero no te es sincero. Vomitarás lo que has comido y habrás malgastado tus amables palabras.
PROVERBIOS 23:1-8 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Cuando un gran señor te invite a comer, piensa bien delante de quién te encuentras. Aunque tengas mucha hambre, controla tu apetito; no codicies sus deliciosos manjares, porque te puede estar engañando. No te esfuerces por hacerte rico; deja de preocuparte por eso. Si te fijas bien, verás que no hay riquezas; de pronto se van volando, como águilas, como si les hubieran salido alas. No te sientes a la mesa de un tacaño ni codicies sus deliciosos manjares, que son como un pelo en la garganta: él te invita a comer y beber, pero no lo dice en serio; vomitarás después lo que comiste y de nada te habrán servido tus palabras amables.
PROVERBIOS 23:1-8 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Cuando te sientes a comer con un gobernante, fíjate bien en lo que tienes ante ti. Si eres dado a la glotonería, domina tu apetito. No codicies sus manjares, pues tal comida no es más que un engaño. No te afanes acumulando riquezas; no te obsesiones con ellas. ¿Acaso has podido verlas? ¡No existen! Es como si les salieran alas, pues se van volando como las águilas. No te sientes a la mesa de un tacaño, ni codicies sus manjares, que son como un pelo en la garganta. «Come y bebe», te dirá, pero no te lo dirá de corazón. Acabarás vomitando lo que hayas comido, y tus cumplidos no habrán servido de nada.