PROVERBIOS 13:1-6
PROVERBIOS 13:1-6 Reina Valera 2020 (RV2020)
El hijo sabio recibe el consejo del padre, pero el insolente no escucha las reprensiones. Quien habla el bien, del bien se nutre, pero el desalmado se nutre del mal. El que guarda su boca guarda su vida, pero el que mucho abre sus labios acaba en desastre. El perezoso desea y nada alcanza, mas los diligentes serán prosperados. El justo aborrece la palabra mentirosa; el malvado se hace odioso e infame. La justicia protege al perfecto de camino, pero la impiedad trastorna al pecador.
PROVERBIOS 13:1-6 La Palabra (versión española) (BLP)
El hijo sabio acepta la corrección paterna, el insolente no hace caso a reprimendas. Cada cual se alimenta con sus palabras, los traidores tienen hambre de violencia. Quien controla su boca protege su vida, quien habla en demasía va a la ruina. El perezoso desea y no se sacia, los diligentes satisfacen sus deseos. El justo aborrece la mentira, el malvado apesta y deshonra. La justicia protege al intachable, la maldad pervierte al pecador.
PROVERBIOS 13:1-6 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El hijo sabio acepta la corrección del padre; el insolente no hace caso de reprensiones. Cada uno recoge el fruto de lo que dice, pero los traidores tienen hambre de violencia. Cuidar las palabras es cuidarse uno mismo; el que habla mucho se arruina solo. El perezoso desea y no consigue; el que trabaja, prospera. El hombre justo odia la mentira; el malvado es motivo de vergüenza y deshonra. La rectitud protege al hombre intachable; la maldad destruye al pecador.
PROVERBIOS 13:1-6 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El hijo sabio atiende a la corrección de su padre, pero el insolente no hace caso a la reprensión. Quien manifiesta el bien, del bien se nutre, pero el infiel padece hambre de violencia. El que refrena su lengua protege su vida, pero el ligero de labios provoca su ruina. El perezoso ambiciona, y nada consigue; el diligente ve cumplidos sus deseos. El justo aborrece la mentira; el malvado acarrea vergüenza y deshonra. La justicia protege al que anda en integridad, pero la maldad arruina al pecador.