FILEMÓN 1:12-25
FILEMÓN 1:12-25 Reina Valera 2020 (RV2020)
Te lo envío de nuevo. Tú, pues, recíbelo como a mí mismo. Yo quisiera retenerlo conmigo, para que en lugar tuyo me sirviera en mis prisiones por causa del evangelio. Pero nada quise hacer sin tu consentimiento, para que tu favor no sea por obligación, sino por tu propia voluntad. Tal vez por eso Onésimo se alejó de ti por algún tiempo, para que ahora lo recibas para siempre, no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado, mayormente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor. Así que, si me tienes por compañero, recíbelo como a mí mismo. Y si te causó algún daño, o si te debe algo, cárgalo a mi cuenta. Yo, Pablo, lo escribo de mi puño y letra: yo te lo pagaré (por no decir que tú mismo estás en deuda conmigo). Sí, hermano, tenga yo algún provecho de ti en el Señor; conforta mi corazón en el Señor. Te he escrito confiando en tu obediencia, pues sé que harás aun más de lo que te pido. Prepárame también alojamiento, porque espero que, en respuesta a vuestras oraciones, Dios os permita verme de nuevo. Te saludan Epafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús, Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.
FILEMÓN 1:12-25 La Palabra (versión española) (BLP)
Te lo mando de nuevo como si te enviase mi propio corazón. Me hubiera hecho ilusión retenerlo aquí, a fin de que pudiera ayudarme, haciendo tus veces, ahora que estoy encadenado por anunciar el evangelio. Pero no he querido hacer nada sin contar contigo para que el bien que puedas hacer lo hagas de buen grado y no a la fuerza. ¡Quién sabe si Onésimo te abandonó por breve tiempo precisamente para que puedas ahora recobrarlo de manera permanente! Y no ya como esclavo, sino como algo más, como hermano muy querido. Así lo es, al menos, para mí; cuánto más debe serlo para ti, no solo como persona, sino como creyente. Si, pues, de verdad eres mi amigo, recíbelo como si fuera yo mismo. Y si te causó algún daño o te debe algo, cárgalo a mi cuenta. Soy yo, Pablo, el que lo firmo de mi puño y letra; yo te lo pagaré. Eso por no recordarte que también tú estás en deuda conmigo. Por tanto, hermano, a ver si como creyente me haces este favor, confortando con ello mi corazón en Cristo. Te escribo con la confianza de que atenderás mi ruego. Estoy, incluso, seguro de que harás más de lo que te pido. Y, de paso, prepárame hospedaje, pues espero que gracias a vuestras oraciones se me conceda poder visitaros. Te saluda Epafras, mi compañero de prisión por causa de Cristo Jesús. Te saludan también Marcos, Aristarco, Dimas y Lucas, mis colaboradores. Que la gracia de Jesucristo, el Señor, permanezca con vosotros.
FILEMÓN 1:12-25 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Te lo envío de nuevo: trátalo como a mí mismo. Yo habría querido que se quedase aquí conmigo, para que me sirviera en tu lugar mientras estoy preso por causa del evangelio. Pero no quiero hacer nada que tú antes no hayas aprobado, para que el favor que me haces no sea por obligación sino por tu propia voluntad. Tal vez Onésimo se apartó de ti por algún tiempo para que ahora le tengas para siempre, no ya como un esclavo sino como algo mejor: como un hermano querido. Yo le quiero mucho, pero tú debes quererle todavía más, no solo como persona sino también como hermano en el Señor. Así pues, si me tienes por hermano en la fe, recíbele como si se tratara de mí mismo. Si te ha hecho algún daño o te debe algo, cárgalo en mi cuenta. Yo, Pablo, escribo esto de mi propio puño y letra: Yo lo pagaré. ¡Aunque bien podría recordarte que tú me debes tu propia persona! Sí, hermano, hazme este favor como creyente en el Señor. Consuela mi corazón como hermano en Cristo. Te escribo porque estoy seguro de tu obediencia y sé que harás más de lo que te pido. Aparte de esto, prepárame alojamiento, pues espero que, en respuesta a vuestras oraciones, Dios os concederá que vaya a veros. Saludos de Epafras, mi compañero de cárcel por la causa de Cristo Jesús, y también saludos de Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, que me ayudan en el trabajo. Que el Señor Jesucristo derrame su gracia sobre vosotros.
FILEMÓN 1:12-25 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Te lo envío de vuelta, y con él va mi propio corazón. Yo hubiera querido retenerlo para que me sirviera en tu lugar mientras estoy preso por causa del evangelio. Sin embargo, no he querido hacer nada sin tu consentimiento, para que tu favor no sea por obligación, sino espontáneo. Tal vez por eso Onésimo se alejó de ti por algún tiempo, para que ahora lo recibas para siempre, ya no como a esclavo, sino como algo mejor: como a un hermano querido, muy especial para mí, pero mucho más para ti, como persona y como hermano en el Señor. De modo que, si me tienes por compañero, recíbelo como a mí mismo. Si te ha perjudicado o te debe algo, cárgalo a mi cuenta. Yo, Pablo, lo escribo de mi puño y letra: te lo pagaré; por no decirte que tú mismo me debes lo que eres. Sí, hermano, ¡que reciba yo de ti algún beneficio en el Señor! Reconforta mi corazón en Cristo. Te escribo confiado en tu obediencia, seguro de que harás aún más de lo que te pido. Además de eso, prepárame alojamiento, porque espero que Dios os conceda el tenerme otra vez con vosotros en respuesta a vuestras oraciones. Te mandan saludos Epafras, mi compañero de cárcel en Cristo Jesús, y también Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis compañeros de trabajo. Que la gracia del Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu.