NÚMEROS 36:1-13
NÚMEROS 36:1-13 Reina Valera 2020 (RV2020)
Los príncipes de los padres de la familia de Galaad hijo de Maquir hijo de Manasés, de las familias de los hijos de José, se presentaron delante de Moisés y de los príncipes, los jefes de las casas paternas de los hijos de Israel, y dijeron: —El Señor mandó a mi señor que por sorteo diera la tierra a los hijos de Israel en posesión. También ha mandado el Señor a mi señor que dé la posesión de Zelofehad, nuestro hermano, a sus hijas. Pero si ellas se casan con algunos de los hijos de las otras tribus de los hijos de Israel, su parte de la herencia será quitada de la herencia de nuestros padres y será añadida a la herencia de la tribu a la cual se unan. Así disminuirá la porción de nuestra heredad. Cuando llegue el jubileo de los hijos de Israel, la heredad de ellas será añadida a la heredad de la tribu de sus maridos, y la heredad de ellas será restada de la heredad de la tribu de nuestros padres. Entonces Moisés, según el mandato del Señor, ordenó a los hijos de Israel: —Los de la tribu de José tienen razón. Esto es lo que ha mandado el Señor acerca de las hijas de Zelofehad: «Cásense como a ellas les plazca, pero en la familia de la tribu de su padre se casarán, para que la heredad de los hijos de Israel no sea traspasada de tribu en tribu, porque cada uno de los hijos de Israel estará ligado a la heredad de la tribu de sus padres. Y cualquier hija que tenga heredad en las tribus de los hijos de Israel, con alguien de la familia de la tribu de su padre se casará, para que los hijos de Israel posean cada uno la heredad de sus padres, y no ande la heredad rodando de una tribu a otra, sino que cada una de las tribus de los hijos de Israel estará ligada a su heredad». Las hijas de Zelofehad hicieron lo que el Señor le ordenó a Moisés. Maala, Tirsa, Hogla, Milca y Noa, hijas de Zelofehad, se casaron con hijos de sus tíos paternos. Se casaron en la familia de los hijos de Manasés hijo de José, y así quedó su heredad en la tribu de la familia de su padre. Estos son los mandamientos y los estatutos que dio el Señor, por medio de Moisés, a los hijos de Israel en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.
NÚMEROS 36:1-13 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Los jefes de las familias patriarcales de los clanes de Galaad fueron a hablar con Moisés y con los otros jefes de familias patriarcales israelitas. Galaad era hijo de Maquir y nieto de Manasés, por lo que sus clanes descendían de José. Les dijeron: ―Cuando el SEÑOR te ordenó repartir por sorteo la tierra entre los israelitas, también te ordenó entregar la heredad de nuestro hermano Zelofejad a sus hijas. Ahora bien, si ellas se casan con hombres de otras tribus, su heredad saldrá del círculo de nuestra familia patriarcal y será transferida a la tribu de aquellos con quienes ellas se casen. De este modo perderíamos parte de la heredad que nos tocó por sorteo. Cuando los israelitas celebren el año del jubileo, esa heredad será incorporada a la tribu de sus esposos, y se perderá como propiedad de nuestra familia patriarcal. Entonces, por mandato del SEÑOR, Moisés entregó esta ley a los israelitas: ―La tribu de los descendientes de José tiene razón. Respecto a las hijas de Zelofejad, el SEÑOR ordena lo siguiente: Ellas podrán casarse con quien quieran, con tal de que se casen dentro de la tribu de José. Ninguna heredad en Israel podrá pasar de una tribu a otra, porque cada israelita tiene el derecho de conservar la tierra que su tribu heredó de sus antepasados. Toda hija que herede tierras, en cualquiera de las tribus, deberá casarse con alguien que pertenezca a la familia patriarcal de sus antepasados. Así cada israelita podrá conservar la heredad de sus padres. Ninguna heredad podrá pasar de una tribu a otra, porque cada tribu israelita debe conservar la tierra que heredó. Las hijas de Zelofejad hicieron lo que el SEÑOR le ordenó a Moisés. Se llamaban Majlá, Tirsá, Joglá, Milca y Noa. Se casaron con sus primos, dentro de los clanes de los descendientes de Manasés hijo de José, de modo que su heredad quedó dentro del clan y de la familia patriarcal de su padre. Estos son los mandamientos y ordenanzas que, por medio de Moisés, dio el SEÑOR a los israelitas en las llanuras de Moab, cerca del Jordán, a la altura de Jericó.
NÚMEROS 36:1-13 La Palabra (versión española) (BLP)
Los cabezas de familia del clan descendiente de Galaad, hijo de Maquir y nieto de Manasés —uno de los clanes de los descendientes de José— acudieron a Moisés y a los jefes de las casas patriarcales de los israelitas diciéndoles: —El Señor mandó a mi señor que asignase la tierra a los israelitas en posesión por sorteo; además el Señor ha mandado a mi señor que la herencia de nuestro pariente Selofjad pase a ser posesión de sus hijas. Ahora bien, si ellas se casan con miembros de otras tribus israelitas, su herencia dejará de pertenecer a nuestra familia pasando a incrementar la heredad de la tribu a la que se unan, con lo cual quedaría reducida nuestra heredad. E incluso cuando llegue para los israelitas el año jubilar, la parte de esas mujeres pasará a incrementar la heredad de la tribu de sus maridos; con ello, la parte de esas mujeres dejará de pertenecer a la heredad de la tribu de nuestra familia. Entonces Moisés, por mandato del Señor, habló a los israelitas y dispuso lo siguiente: —La solicitud de la tribu de los hijos de José es justa. Esto es, pues, lo que el Señor ha mandado acerca de las hijas de Selofjad: pueden casarse con quienes les plazca, pero ha de ser con alguien del clan de la tribu de su padre, para que la heredad de los israelitas no se transfiera de una tribu a otra, sino que cada israelita permanezca ligado a la heredad de su tribu paterna. Cualquier hija que herede un patrimonio dentro de las tribus israelitas deberá casarse con alguien del clan de la tribu de su padre, para que los israelitas mantengan cada uno la posesión de la heredad paterna. De esta manera no se transferirá el patrimonio de una tribu a otra, sino que cada una de las tribus de los israelitas estará ligada a su heredad. Las hijas de Selofjad hicieron tal como el Señor había mandado a Moisés. Majlá, Tirsá, Joglá, Milcá y Noá, hijas de Selofjad, se casaron con hijos de sus tíos paternos, con lo que, al casarse dentro del clan de los descendientes de Manasés, hijo de José, su heredad permaneció dentro de la tribu a la que pertenecía el clan de su padre. Estos son los preceptos y normas que mandó el Señor por medio de Moisés a los israelitas en las estepas de Moab, junto al Jordán, a la altura de Jericó.
NÚMEROS 36:1-13 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Los jefes de familia de los clanes de Galaad, descendiente directo de Maquir, Manasés y José, fueron a ver a Moisés y a los jefes de familia israelitas, y les dijeron: –El Señor ordenó que tú, Moisés, repartieras por suertes entre los israelitas el territorio que le ha de tocar a cada uno; y también te ordenó que la parte que correspondía a Selofhad, que era de nuestra familia, se la dieras a sus hijas. Pero si estas se casan con hombres de otra tribu israelita, la tierra que les tocó a ellas dejará de pertenecer a nuestra tribu y pasará a ser de la tribu de aquellos con quienes ellas se casen. Así se nos irá quitando parte de lo que nos tocó en suerte. Luego, cuando llegue el año de liberación en Israel, la tierra de ellas pasará a ser definitivamente de aquella otra tribu y dejará de pertenecer a la nuestra. Entonces Moisés, según las instrucciones que le dio el Señor, ordenó lo siguiente a los israelitas: –Los hombres de la tribu de José tienen razón. El Señor permitirá que las hijas de Selofhad se casen con quienes quieran, con tal de que ellos sean de un clan de la tribu a la que ellas pertenecen por parte de padre. La tierra que le haya tocado a cada uno en Israel, no debe pasar de una tribu a otra; sino que todo israelita debe conservar su herencia en su propia tribu. Si una mujer de cualquier tribu hereda tierras, deberá casarse con un hombre de un clan de su misma tribu. Así, cada israelita conservará la herencia recibida de sus padres. Ninguna herencia debe pasar de una tribu a otra. Cada tribu de Israel debe conservar el territorio que le tocó. Entonces Mahlá, Tirsá, Hoglá, Milcá y Noá, hijas de Selofhad, hicieron lo que el Señor había ordenado a Moisés, y se casaron con hijos de sus tíos paternos, que eran descendientes de Manasés, hijo de José. Así su herencia quedó dentro de la tribu a la que pertenecía su padre. Estas fueron las órdenes y normas que el Señor dio a los israelitas por medio de Moisés en las llanuras de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.