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NÚMEROS 21:10-35

NÚMEROS 21:10-35 Reina Valera 2020 (RV2020)

Después partieron los hijos de Israel y acamparon en Obot. Luego partieron de Obot y acamparon en Ije-abarim, en el desierto que está enfrente de Moab, hacia el nacimiento del sol. Partieron de allí y acamparon en el valle de Zered. De allí partieron y acamparon al otro lado del Arnón, que está en el desierto, y que sale del territorio del amorreo, pues el Arnón sirve de límite entre Moab y el amorreo. Por eso se dice en el libro de las batallas del Señor: Lo que hizo en el mar Rojo y en los arroyos del Arnón; y en la corriente de los arroyos que va a parar en Ar y descansa en el límite de Moab. De allí pasaron a Beer: este es el pozo del cual el Señor dijo a Moisés: «Reúne al pueblo, y les daré agua». Entonces entonó Israel este cántico: ¡Sube, pozo! ¡A él cantad! Pozo que cavaron los señores, que cavaron los príncipes del pueblo, con sus cetros, con sus bastones. Del desierto fueron a Matana, de Matana a Nahaliel, de Nahaliel a Bamot, y de Bamot al valle que está en los campos de Moab, y a la cumbre del Pisga, que mira hacia el desierto. Entonces envió Israel embajadores a Sehón, rey de los amorreos, con este mensaje: —Pasaré por tu tierra; no nos iremos por los sembrados ni por las viñas, ni beberemos las aguas de los pozos. Por el camino real iremos, hasta que atravesemos tu territorio. Pero Sehón no dejó pasar a Israel por su territorio, sino que juntó a todo su pueblo y salió contra Israel en el desierto, llegó a Jahaza y allí peleó contra Israel. Israel lo hirió a filo de espada y se apoderó de su tierra desde el Arnón hasta el Jaboc, hasta los límites de los hijos de Amón, porque la frontera de los hijos de Amón estaba fortificada. Tomó Israel todas estas ciudades, y habitó Israel en todas las ciudades del amorreo, en Hesbón y en todas sus aldeas. Porque Hesbón era la ciudad de Sehón, rey de los amorreos, el cual había estado en guerra antes con el rey de Moab, y le había quitado todo su territorio hasta el Arnón. Por eso dicen los proverbistas: ¡Venid a Hesbón! ¡Que sea reedificada! Que sea restaurada la ciudad de Sehón. Porque fuego ha salido de Hesbón, y llama de la ciudad de Sehón, que consumió a Ar de Moab, a los señores de las alturas del Arnón. ¡Ay de ti, Moab! ¡Pereciste, pueblo de Quemos! Fueron puestos en fuga sus hijos, y sus hijas en cautividad, por Sehón, rey de los amorreos. Mas devastamos su reino; pereció Hesbón hasta Dibón, y destruimos hasta Nofa y Medeba. Así habitó Israel en la tierra del amorreo. También envió Moisés a reconocer a Jazer, y tomaron sus aldeas y echaron a los amorreos que estaban allí. Después volvieron y subieron camino de Basán. Salió contra ellos Og, rey de Basán, junto con toda su gente, para pelear en Edrei. Entonces el Señor dijo a Moisés: —No le tengas miedo, porque en tus manos lo he entregado, a él con todo su pueblo y su tierra. Harás con él como hiciste con Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón. Así lo hirieron a él, a sus hijos y a toda su gente, sin que quedara ni uno con vida, y se apoderaron de su tierra.

NÚMEROS 21:10-35 La Palabra (versión española) (BLP)

Los israelitas continuaron su marcha y acamparon en Obot. Luego partieron de Obot y acamparon en Iyé-Abarín, en el desierto que está frente a Moab, al oriente. Partieron de allí y acamparon en el valle de Záred. Partieron de allí y acamparon al otro lado del Arnón que cruza el desierto y procede del territorio de los amorreos; y es que el Arnón marca la frontera entre Moab y los amorreos. Por eso se dice en el libro de las Batallas del Señor: «… Waheb en Sufa y los arroyos del Arnón; sus afluentes se alargan hasta donde se asienta Ar y fluyen a lo largo de la frontera de Moab». Desde allí se dirigieron a Beer, que es el pozo donde el Señor le dijo a Moisés: «Reúne al pueblo y yo le proporcionaré agua». Fue entonces cuando Israel entonó esta canción: ¡Brota, pozo! ¡Cantad en su honor! Es el pozo que cavaron los príncipes, excavado por los jefes del pueblo; con sus cetros lo cavaron, con sus propios cayados. Desde el desierto se dirigieron a Mataná; de Mataná a Najaliel, de Najaliel a Bamot y de Bamot al valle que está en la campiña de Moab, hasta llegar a la cumbre del Pisga desde donde se domina la estepa. Entonces Israel envió mensajeros a Sejón, rey de los amorreos, y le dijo: —Déjame pasar por tu país. No iremos por los sembrados, ni por las viñas, ni beberemos agua de los pozos. Iremos por la calzada real, hasta que hayamos cruzado tu territorio. Pero Sejón no dejó pasar a Israel por su territorio, sino que convocó a todo su pueblo e hizo frente a Israel en el desierto. Se encontró con Israel en Jasá y le presentó batalla. Pero Israel los pasó a espada, se apoderó de su tierra desde el Arnón hasta el Yaboc, llegando hasta la frontera de los amonitas, frontera que estaba fuertemente fortificada. Israel capturó todas estas ciudades y se asentó en todas las ciudades de los amorreos, en Jesbón y en todas sus aldeas anejas. Jesbón era la ciudad de Sejón, rey de los amorreos, quien había guerreado con el anterior rey de Moab y le había arrebatado todo su territorio hasta el Arnón. Por eso cantan los trovadores: ¡Venid a Jesbón! ¡Qué fortificada estaba y qué firmemente construida, la ciudad de Sejón! Pero salió fuego de Jesbón, llamas de la ciudad de Sejón, que devoraron Ar de Moab, a los señores de los altos del Arnón. ¡Ay de ti, Moab! ¡Estás perdido, pueblo de Quemós! Tus hijos se dieron a la fuga, tus hijas siguen cautivas de Sejón, el rey amorreo. El poder de Moab ha perecido desde Jesbón hasta Dibón; todo lo hemos arrasado desde Nofaj hasta Madabá. Así fue como Israel ocupó el territorio de los amorreos. Luego envió Moisés a explorar el territorio de Jazer, se apoderaron de sus aldeas y expulsaron a los amorreos que habitaban allí. Siguiendo la marcha, tomaron el camino de Basán. Por aquel entonces ocupaba el trono de Basán el rey Og quien, con todo su pueblo, salió al encuentro de los israelitas y les presentó batalla en Edreí. Pero el Señor dijo a Moisés: —No le temas porque lo he puesto en tus manos junto con todo su pueblo y su territorio. Harás con él lo que hiciste con Sejón, rey de los amorreos, que habitaba en Jesbón. Y así fue; los israelitas derrotaron a Og junto con sus hijos y todo su pueblo; no dejaron ni un solo superviviente y se apoderaron de su territorio.

NÚMEROS 21:10-35 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Los israelitas siguieron su camino y acamparon en Obot. De Obot siguieron adelante y acamparon en Iié-abarim, en el desierto, al oriente del territorio de Moab. De allí siguieron y acamparon en el arroyo Zéred. Luego siguieron adelante y acamparon al otro lado del río Arnón. Este río se encuentra en el desierto que se extiende desde el territorio de los amorreos, y sirve de frontera entre el territorio de Moab y el de los amorreos. A eso se refiere lo que dice el Libro de las Guerras del Señor: “Pasamos por Vaheb, en la región de Sufá, por los arroyos y por el Arnón, y por la orilla de los arroyos que se extienden hasta la región de Ar y llegan hasta la frontera de Moab.” Del río Arnón siguieron hasta Beer. Allí está el pozo donde el Señor dijo a Moisés: “Reúne al pueblo y yo les daré agua.” Fue en esta ocasión cuando los israelitas cantaron: “¡Brota, agua del pozo! ¡Cantadle al pozo! ¡Los jefes lo cavaron con sus varas de mando, los nobles del pueblo lo abrieron con sus bastones!” Del desierto continuaron los israelitas hasta Mataná; de Mataná a Nahaliel, de Nahaliel a Bamot, y de Bamot al valle que está en el territorio de Moab, hacia las alturas de Pisgá, desde donde se ve el desierto. Los israelitas mandaron unos mensajeros a Sihón, rey de los amorreos, a decirle: “Quisiéramos pasar por tu territorio. No nos meteremos en los campos sembrados ni en los viñedos, ni beberemos agua de tus pozos. Atravesaremos tu territorio yendo por el camino real.” Pero Sihón no dejó que los israelitas pasaran por su territorio, sino que juntó a toda su gente y salió al encuentro de ellos en el desierto, y al llegar a Jahas los atacó. Pero los israelitas se defendieron y lo derrotaron, y ocuparon su territorio desde el río Arnón hasta el río Jaboc, es decir, hasta la frontera del territorio de los amonitas, la cual estaba fortificada. Así pues, Israel ocupó todas esas ciudades de los amorreos, es decir, Hesbón y sus pueblos dependientes, y se quedó a vivir en ellas. Hesbón era la ciudad donde vivía Sihón, el rey de los amorreos. Sihón había estado en guerra con el anterior rey de Moab y le había quitado todo aquel territorio hasta el río Arnón. Por eso dicen los poetas: “¡Venid a Hesbón, la capital del rey Sihón! ¡Reconstruidla, fortificadla! Desde Hesbón, la ciudad de Sihón, brotaron las llamas de un incendio, que destruyeron a Ar de Moab y las alturas que dominan el Arnón. ¡Ay de ti, Moab! ¡Estás perdido, pueblo del dios Quemós! Él ha dejado que tus hombres salgan huyendo, que tus mujeres caigan en poder del rey Sihón. Fue destruido el poder de Hesbón; de Dibón a Nófah todo quedó en ruinas, y el fuego llegó hasta Medebá.” Así pues, Israel ocupó el territorio amorreo. Además, Moisés envió algunos hombres a explorar la ciudad de Jazer, y los israelitas conquistaron las ciudades vecinas y expulsaron a los amorreos que vivían allí. Después volvieron en dirección de Basán, pero Og, el rey de Basán, salió con todo su ejército a pelear contra ellos en Edrei. Entonces el Señor dijo a Moisés: “No le tengas miedo, que yo voy a ponerle en tus manos, junto con todo su ejército y su país, y tú harás con él lo mismo que hiciste con Sihón, el rey amorreo que vivía en Hesbón.” Así los israelitas mataron a Og, a sus hijos y a todo su ejército. No dejaron a nadie con vida, y se apoderaron de su territorio.

NÚMEROS 21:10-35 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Los israelitas se pusieron en marcha y acamparon en Obot. De allí partieron y acamparon en Iyé Abarín, que está en el desierto, al oriente de Moab. De allí partieron y acamparon en el valle de Zéred. De allí partieron y acamparon al otro lado del río Arnón, que está en el desierto que se extiende desde el territorio de los amorreos. El río Arnón sirve de frontera entre el territorio de los moabitas y el de los amorreos. Por eso puede leerse en el libro de las guerras del SEÑOR: «…hacia el Mar Rojo, los valles y el Arnón. La ladera de los valles que se extienden hasta la región de Ar y la frontera de Moab». De allí continuaron hasta Ber, el pozo donde el SEÑOR le dijo a Moisés: «Reúne al pueblo, y les daré agua». En esa ocasión Israel entonó este cántico: «¡Que brote el agua! ¡Que cante el pozo! ¡Pozo que el gobernante cavó con su cetro y que el noble abrió con su vara!» Desde el desierto se dirigieron a Matana; de Matana a Najaliel, de Najaliel a Bamot, y de Bamot al valle que está en la región de Moab, hasta la cumbre del monte Pisgá, desde donde puede verse el desierto de Jesimón. Israel envió emisarios a Sijón, rey de los amorreos, con este mensaje: «Te pido que nos dejes pasar por tus dominios. Te prometo que no entraremos en ningún campo ni viña, ni beberemos agua de ningún pozo. Nos limitaremos a pasar por el camino real, hasta que salgamos de tu territorio». Pero Sijón no dejó que los israelitas pasaran por sus dominios. Más bien, reunió a sus tropas y salió a hacerles frente en el desierto. Cuando llegó a Yahaza, los atacó. Pero los israelitas lo derrotaron y se apoderaron de su territorio, desde el río Arnón hasta el río Jaboc, es decir, hasta la frontera de los amonitas, la cual estaba fortificada. Israel se apoderó de todas las ciudades amorreas y se estableció en ellas, incluso en Hesbón y en todas sus aldeas. Hesbón era la ciudad capital de Sijón, rey de los amorreos, quien había luchado en contra del anterior rey de Moab, conquistando todo su territorio, hasta el río Arnón. Por eso dicen los poetas: «Venid a Hesbón, la ciudad de Sijón. ¡Reconstruidla! ¡Restauradla! Porque de Hesbón ha salido fuego; de la ciudad de Sijón salieron llamas. ¡Y consumieron las ciudades de Moab y las alturas que dominan el Arnón! ¡Ay de ti, Moab! ¡Estás destruido, pueblo de Quemós! Tu dios convirtió a tus hijos en fugitivos y a tus hijas en prisioneras de Sijón, rey de los amorreos. »Los hemos destruido por completo, desde Hesbón hasta Dibón. Los devastamos hasta Nofa, ¡los destruimos hasta Medeba!» Así fue como Israel se estableció en la tierra de los amorreos. Moisés también envió a explorar Jazer, y los israelitas se apoderaron de sus aldeas, expulsando a los amorreos que vivían allí. Al volver, tomaron el camino de Basán. Fue allí donde Og, el rey de Basán, salió con su ejército para hacerles frente en Edrey. Pero el SEÑOR le dijo a Moisés: «No le tengas miedo, porque voy a entregar en tus manos a Og con su ejército y su territorio. Harás con él lo mismo que hiciste con Sijón, el rey de los amorreos que vivía en Hesbón». Así fue como los israelitas mataron a Og, a sus hijos y a todo su ejército, hasta no dejar sobreviviente, y se apoderaron de su territorio.