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MARCOS 7:1-13

MARCOS 7:1-13 Reina Valera 2020 (RV2020)

Se acercaron a Jesús los fariseos y algunos de los escribas que habían venido de Jerusalén y viendo que algunos de los discípulos comían pan con manos impuras, esto es, sin lavar, los condenaban, porque los fariseos y todos los judíos mantienen la tradición de los ancianos y no comen si no se lavan muchas veces las manos. Así, cuando regresan de la plaza, si no se lavan, no comen. Y se empeñan en conservar otras muchas tradiciones, tales como lavar los vasos de beber, los jarros, los utensilios de metal y las camas. Siendo así, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: —¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos impuras? Él les respondió: —¡Hipócritas! Bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí. Y en vano me honran enseñando como doctrinas mandamientos humanos. Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición humana: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber. Y hacéis otras muchas cosas semejantes. Les decía también: —¡Qué bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición! Moisés dice: Honra a tu padre y a tu madre y El que maldiga al padre o a la madre, morirá irremisiblemente , pero vosotros afirmáis que le es suficiente a la persona decir a su padre y a su madre que toda la ayuda que pudiera prestarles es Corbán, o sea, ofrenda a Dios. Así que no le dejáis hacer más por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con esa tradición vuestra que transmitís. Y hacéis muchas cosas semejantes a estas.

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MARCOS 7:1-13 La Palabra (versión española) (BLP)

Se acercaron a Jesús los fariseos y unos maestros de la ley llegados de Jerusalén y vieron que algunos discípulos de Jesús comían con las manos impuras, esto es, sin habérselas lavado. (Porque los fariseos y demás judíos, siguiendo la tradición de sus antepasados, no comen sin antes haberse lavado las manos cuidadosamente. Así, cuando vuelven del mercado, no comen si antes no se lavan. Y guardan también otras muchas costumbres rituales, tales como lavar las copas, las ollas, las vasijas metálicas y hasta las camas). Preguntaron, pues, a Jesús aquellos fariseos y maestros de la ley: —¿Por qué tus discípulos no respetan la tradición de nuestros antepasados? ¿Por qué se ponen a comer con las manos impuras? Jesús les contestó: —¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías acerca de vosotros cuando escribió: Este pueblo me honra de labios afuera, pero su corazón está muy lejos de mí. Inútilmente me rinden culto, pues enseñan doctrinas que solo son preceptos humanos. Vosotros os apartáis de los mandatos de Dios por seguir las tradiciones humanas. Y añadió: —Así que, por mantener vuestras propias tradiciones, os despreocupáis completamente de lo que Dios ha mandado. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y también: El que maldiga a su padre o a su madre será condenado a muerte. En cambio, vosotros afirmáis que si alguno dice a su padre o a su madre: «Lo que tenía reservado para ayudarte, lo he convertido en corbán, es decir, en ofrenda para el Templo», queda liberado de la obligación de prestarles ayuda. De este modo, con esas tradiciones vuestras que os pasáis de unos a otros, anuláis lo que Dios había dispuesto. Además, hacéis otras muchas cosas parecidas a estas.

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MARCOS 7:1-13 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Se acercaron los fariseos a Jesús, junto con unos maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén. Y al ver que algunos discípulos de Jesús comían con las manos impuras, es decir, sin haber cumplido con el rito de lavárselas, los criticaron. (Porque los fariseos –y todos los judíos– siguen la tradición de sus antepasados de no comer sin antes lavarse cuidadosamente las manos. Y al volver del mercado, no comen sin antes cumplir con el rito de lavarse. Y aún tienen otras muchas costumbres, como lavar los vasos, los jarros, las vasijas de metal y las camas.) Por eso, los fariseos y los maestros de la ley preguntaron a Jesús: –¿Por qué tus discípulos no siguen la tradición de nuestros antepasados? ¿Por qué comen con las manos impuras? Jesús les contestó: –Bien habló el profeta Isaías de lo hipócritas que sois, cuando escribió: ‘Este pueblo me honra de labios afuera, pero su corazón está lejos de mí. De nada sirve que me rinda culto, pues sus enseñanzas son mandatos de hombres.’ Porque vosotros os apartáis del mandato de Dios para seguir las tradiciones de los hombres. También les dijo: –Vosotros, para mantener vuestras propias tradiciones, pasáis por alto el mandato de Dios. Pues Moisés dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’ y ‘El que maldiga a su padre o a su madre, será condenado a muerte.’ Pero vosotros afirmáis que un hombre puede decirle a su padre o a su madre: ‘No puedo socorrerte, porque todo lo que tengo es corbán’ (es decir, “ofrecido a Dios”); y también afirmáis que ese hombre ya no está obligado a socorrer a su padre o a su madre. De esa manera invalidáis el mandato de Dios con tradiciones que os trasmitís unos a otros. Y hacéis otras muchas cosas parecidas.

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MARCOS 7:1-13 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Los fariseos y algunos de los maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén se reunieron alrededor de Jesús, y vieron a algunos de sus discípulos que comían con manos impuras, es decir, sin habérselas lavado. (En efecto, los fariseos y los demás judíos no comen nada sin primero cumplir con el rito de lavarse las manos, ya que están aferrados a la tradición de los ancianos. Al regresar del mercado, no comen nada antes de lavarse. Y siguen otras muchas tradiciones, tales como el rito de lavar copas, jarras y bandejas de cobre). Así que los fariseos y los maestros de la ley le preguntaron a Jesús: ―¿Por qué no siguen tus discípulos la tradición de los ancianos, sino que comen con manos impuras? Les contestó: ―Tenía razón Isaías cuando profetizó acerca de vosotros, hipócritas, según está escrito: »“Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me adoran; sus enseñanzas no son más que reglas humanas”. Habéis desechado los mandamientos divinos y os aferráis a las tradiciones humanas». Y añadió: ―¡De qué manera dejáis a un lado los mandamientos de Dios para mantener vuestras propias tradiciones! Por ejemplo, Moisés dijo: “Honra a tu padre y a tu madre”, y: “El que maldiga a su padre o a su madre será condenado a muerte”. Vosotros, en cambio, enseñáis que un hijo puede decirle a su padre o a su madre: “Cualquier ayuda que pudiera haberte dado es corbán” (es decir, ofrenda dedicada a Dios). En ese caso, el tal hijo ya no está obligado a hacer nada por su padre ni por su madre. Así, por la tradición que transmitís entre vosotros, anuláis la palabra de Dios. Y hacéis muchas cosas parecidas.

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