MARCOS 6:7-16
MARCOS 6:7-16 La Palabra (versión española) (BLP)
cuando reunió a los doce discípulos y empezó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus impuros. Les ordenó que no llevaran nada para el camino, excepto un bastón. Ni pan, ni zurrón, ni dinero en el bolsillo; que fueran calzados con sandalias y no llevaran más que lo puesto. Les dio estas instrucciones: —Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que salgáis del lugar. Y si en algún sitio no quieren recibiros ni escucharos, marchaos de allí y sacudid el polvo pegado a vuestros pies, como testimonio contra esa gente. Los discípulos salieron y proclamaron la necesidad de la conversión. También expulsaron muchos demonios y curaban a muchos enfermos ungiéndolos con aceite. La fama de Jesús llegó a oídos del propio rey Herodes. Había algunos que decían: —Este es Juan el Bautista, que ha resucitado. Por eso tiene poder de hacer milagros. Otros, en cambio, decían que era Elías; y otros, que era un profeta semejante a los profetas antiguos. Al oír Herodes todo esto afirmó: —Este es Juan. Yo mandé que lo decapitaran, pero ha resucitado.
MARCOS 6:7-16 Reina Valera 2020 (RV2020)
Entonces convocó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les ordenó que no llevaran nada para el camino, excepto el bastón: ni alforja ni pan ni dinero en el bolsillo; que calzaran sandalias y no vistiesen dos túnicas. Y añadió: —Donde quiera que sea, cuando entréis en una casa, permaneced en ella hasta que abandonéis ese lugar. Y si en algún lugar no os reciben ni os escuchan, salid de allí y sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, para que les sirva de testimonio. Sin duda os digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para los de Sodoma y Gomorra que para los de aquella ciudad. Los discípulos, habiendo salido, proclamaban que se arrepintieran. También echaban fuera muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los sanaban. La fama de Jesús llegó a oídos del rey Herodes, pues su nombre se había divulgado profusamente. Unos decían: —Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos, y por eso actúan en él estos poderes. Otros: «Es Elías». Y otros: «Es un profeta o alguno de los profetas». Al oírlo Herodes, dijo: —Este es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado de entre los muertos.
MARCOS 6:7-16 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Llamó a los doce discípulos y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus impuros. Les ordenó que, aparte de un bastón, no llevaran nada para el camino: ni pan ni provisiones ni dinero. Podían calzar sandalias, pero no llevar ropa de repuesto. Les dijo: –Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que os marchéis del lugar. Y si en algún lugar no os reciben ni quieren escucharos, salid de allí y sacudíos el polvo de los pies para que les sirva de advertencia. Entonces salieron los discípulos a decir a la gente que se volviera a Dios. También expulsaron muchos demonios y sanaron a muchos enfermos ungiéndolos con aceite. El rey Herodes oyó hablar de Jesús, porque su fama había corrido por todas partes, y algunos decían: “Juan el Bautista ha resucitado, y por eso tiene este poder milagroso.” Otros decían: “Es el profeta Elías.” Y otros: “Es un profeta como los antiguos profetas.” Pero Herodes decía al oir estas cosas: –Ese es Juan. Yo mandé cortarle la cabeza, pero ha resucitado.
MARCOS 6:7-16 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Reunió a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus malignos. Les ordenó que no llevaran nada para el camino, ni pan, ni bolsa, ni dinero en el cinturón, sino solo un bastón. «Llevad sandalias —dijo—, pero no dos mudas de ropa». Y añadió: «Cuando entréis en una casa, quedaos allí hasta que salgáis del pueblo. Y, si en algún lugar no os reciben bien o no os escuchan, al salir de allí sacudíos el polvo de los pies, como un testimonio contra ellos». Los doce salieron y exhortaban a la gente a que se arrepintiera. También expulsaban a muchos demonios y sanaban a muchos enfermos, ungiéndolos con aceite. El rey Herodes se enteró de esto, pues el nombre de Jesús se había hecho famoso. Algunos decían: «Juan el Bautista ha resucitado, y por eso tiene poder para realizar milagros». Otros decían: «Es Elías». Otros, en fin, afirmaban: «Es un profeta, como los de antes». Pero, cuando Herodes oyó esto, exclamó: «¡Juan, al que yo mandé que le cortaran la cabeza, ha resucitado!»