MARCOS 5:9-13
MARCOS 5:9-13 La Palabra (versión española) (BLP)
Jesús le preguntó: —¿Cómo te llamas? Él contestó: —Me llamo «Legión», porque somos muchos. Y suplicaba insistentemente a Jesús que no los echara fuera de aquella región. Al pie de la montaña estaba paciendo una gran piara de cerdos, y los espíritus rogaron a Jesús: —Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. Jesús se lo permitió, y los espíritus impuros salieron del hombre y entraron en los cerdos. Al instante, la piara se lanzó pendiente abajo hasta el lago, donde los cerdos, que eran unos dos mil, se ahogaron.
MARCOS 5:9-13 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Jesús le preguntó: –¿Cómo te llamas? Él contestó: –Me llamo Legión, porque somos muchos. Y rogaba mucho a Jesús que no enviara los espíritus fuera de aquella región. Y como cerca de allí, junto al monte, se hallaba paciendo una gran piara de cerdos, los espíritus le rogaron: –Mándanos a los cerdos y déjanos entrar en ellos. Jesús les dio permiso, y los espíritus impuros salieron del hombre y entraron en los cerdos. Estos, que eran unos dos mil, echaron a correr pendiente abajo hasta el lago, y se ahogaron.
MARCOS 5:9-13 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
―¿Cómo te llamas? —le preguntó Jesús. ―Me llamo Legión —respondió—, porque somos muchos. Y con insistencia le suplicaba a Jesús que no los expulsara de aquella región. Como en una colina estaba paciendo una gran piara de cerdos, los demonios le rogaron a Jesús: ―Mándanos a los cerdos; déjanos entrar en ellos. Así que él les dio permiso. Cuando los espíritus malignos salieron del hombre, entraron en los cerdos, que eran unos dos mil, y la piara se precipitó al lago por el despeñadero y allí se ahogó.
MARCOS 5:9-13 Reina Valera 2020 (RV2020)
Jesús le preguntó: —¿Cómo te llamas? Él respondió: —Legión, porque somos muchos. Y suplicaba a Jesús con insistencia que no los enviara fuera de la región. Cerca del monte pacía un gran hato de cerdos, y los demonios le rogaron: —Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. Jesús les dio permiso y los espíritus inmundos, saliendo del hombre, entraron en los cerdos, que eran como dos mil, y se precipitaron al mar por un despeñadero. Todos se ahogaron.