MARCOS 4:11-20
MARCOS 4:11-20 Reina Valera 2020 (RV2020)
Y les dijo: —A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; pero a quienes están fuera todo se les dice por parábolas para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; no sea que se conviertan y les sean perdonados los pecados. Y continuó diciendo: —¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las demás? El sembrador siembra la palabra. Algunos son como la semilla caída junto al camino. En ellos se siembra la palabra, pero inmediatamente después de oírla viene Satanás y se la arrebata. De igual modo, la semilla caída en el terreno pedregoso representa a quienes al oír la palabra la reciben momentáneamente con gozo, pero perdura muy poco tiempo porque no tienen raíz en sí mismos; por eso sucumben cuando por causa de la palabra viene la tribulación o la persecución. La semilla que cayó entre espinos representa a quienes oyen la palabra, pero los afanes de este mundo, el engaño de las riquezas y la codicia de otras cosas, entran en su interior, la ahogan y la hacen infructuosa. Y existen otros que son como la simiente que cayó en buena tierra: oyen el mensaje, lo reciben y dan fruto a treinta, a sesenta y a ciento por uno.
MARCOS 4:11-20 La Palabra (versión española) (BLP)
Les dijo: —A vosotros, Dios os permite conocer el secreto de su reino; pero a los otros, los de fuera, todo les llega por medio de parábolas, para que, aunque miren, no vean; y aunque escuchen, no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados. Y Jesús continuó: —¿No comprendéis esta parábola? Entonces, ¿cómo comprenderéis todas las demás? El sembrador representa al que anuncia el mensaje. Hay quienes son como la semilla que cayó al borde del camino: escuchan el mensaje, pero luego llega Satanás y se lleva lo que ya estaba sembrado en ellos. Otros son como la semilla que cayó entre las piedras: oyen el mensaje y de momento lo reciben con alegría; pero no tienen raíces y son volubles; así que, cuando les llegan las pruebas o persecuciones a causa del propio mensaje, enseguida sucumben. Otros son como la semilla que cayó entre los cardos: oyen el mensaje, pero los problemas de la vida, el apego a las riquezas y otras apetencias, llegan y lo ahogan de manera que no da fruto. Otros, en fin, son como la semilla que cayó en tierra fértil: oyen el mensaje, lo reciben y dan fruto al treinta, al sesenta o al ciento por uno.
MARCOS 4:11-20 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Les contestó: “A vosotros, Dios os da a conocer el secreto de su reino; pero a los que están fuera se les dice todo por medio de parábolas, para que por mucho que miren no vean, y por mucho que oigan no entiendan; a no ser que se vuelvan a Dios y él los perdone.” Les dijo: “¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, pues, vais a entender todas las demás? El que siembra la semilla representa al que anuncia el mensaje. Hay quienes son como la semilla que cayó en el camino: oyen el mensaje, pero después de haberlo escuchado viene Satanás y les quita ese mensaje sembrado en su corazón. Otros son comparables a la semilla sembrada entre las piedras: oyen el mensaje, y al pronto lo reciben con gusto, pero como no tienen bastante raíz no pueden permanecer firmes; por eso, cuando por causa del mensaje sufren pruebas o persecución, pierden la fe. Otros son como la semilla sembrada entre espinos: oyen el mensaje, pero los negocios de este mundo les preocupan demasiado, el amor a las riquezas los engaña y su deseo es poseer todas las cosas. Todo eso entra en ellos, ahoga el mensaje y no le deja dar fruto. Pero hay otros que oyen el mensaje y lo aceptan y dan una buena cosecha, lo mismo que la semilla sembrada en buena tierra: algunos de estos son como las espigas que dieron treinta granos por semilla, otros son como las que dieron sesenta y otros como las que dieron cien.”
MARCOS 4:11-20 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
«A vosotros se os ha revelado el secreto del reino de Dios —les contestó—; pero a los de afuera todo les llega por medio de parábolas, para que »“por mucho que vean, no perciban; y por mucho que oigan, no entiendan; no sea que se conviertan y sean perdonados”. »¿No entendéis esta parábola? —continuó Jesús—. ¿Cómo podréis, entonces, entender las demás? El sembrador siembra la palabra. Algunos son como lo sembrado junto al camino, donde se siembra la palabra. Tan pronto como la oyen, viene Satanás y les quita la palabra sembrada en ellos. Otros son como lo sembrado en terreno pedregoso: cuando oyen la palabra, en seguida la reciben con alegría, pero, como no tienen raíz, duran poco tiempo. Cuando surgen problemas o persecución a causa de la palabra, en seguida se apartan de ella. Otros son como lo sembrado entre espinos: oyen la palabra, pero las preocupaciones de esta vida, el engaño de las riquezas y muchos otros malos deseos entran hasta ahogar la palabra, de modo que esta no llega a dar fruto. Pero otros son como lo sembrado en buen terreno: oyen la palabra, la aceptan y producen una cosecha que rinde el treinta, el sesenta y hasta el ciento por uno».