MARCOS 3:1-6
MARCOS 3:1-6 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
En otra ocasión entró en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía la mano paralizada. Algunos que buscaban un motivo para acusar a Jesús no le quitaban la vista de encima para ver si sanaba al enfermo en sábado. Entonces Jesús le dijo al hombre de la mano paralizada: ―Ponte de pie frente a todos. Luego dijo a los otros: ―¿Qué está permitido en sábado: hacer el bien o hacer el mal, salvar una vida o matar? Pero ellos permanecieron callados. Jesús se quedó mirándoles, enojado y entristecido por la dureza de su corazón, y dijo al hombre: ―Extiende la mano. La extendió, y la mano quedó restablecida. Tan pronto como salieron los fariseos, comenzaron a tramar con los herodianos cómo matar a Jesús.
MARCOS 3:1-6 Reina Valera 2020 (RV2020)
Otra vez entró Jesús en la sinagoga y había allí un hombre que tenía atrofiada una mano. Acechaban a Jesús para ver si le sanaría en sábado con el fin de poder acusarle. Entonces dijo al hombre de la mano atrofiada: —Levántate y ponte en medio. Y les preguntó a los demás: —¿Está permitido en sábado hacer bien o hacer mal, salvar la vida o quitarla? Pero ellos callaban. Entonces, mirándolos con enojo y entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: —Extiende tu mano. Él la extendió, y la mano le fue restaurada. Salieron entonces los fariseos y se confabularon con los herodianos para destruirle.
MARCOS 3:1-6 La Palabra (versión española) (BLP)
Jesús entró otra vez en la sinagoga. Había allí un hombre que tenía una mano atrofiada, y los que estaban buscando un motivo para acusar a Jesús se pusieron al acecho a ver si, a pesar de ser sábado, lo curaba. Jesús dijo al hombre de la mano atrofiada: —Ponte ahí en medio. Luego preguntó a los otros: —¿Qué es lo que se permite en sábado? ¿Hacer el bien o hacer el mal? ¿Salvar una vida o destruirla? Ellos callaron. Al verlos tan duros de corazón, Jesús les echó una mirada, enojado y entristecido al mismo tiempo, y dijo al enfermo: —Extiende la mano. Él la extendió y la mano recuperó el movimiento. Al salir los fariseos, se reunieron con los del partido de Herodes para tramar el modo de matar a Jesús.
MARCOS 3:1-6 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Jesús entró otra vez en la sinagoga. Había allí un hombre que tenía una mano tullida, y espiaban a Jesús para ver si lo sanaría en sábado y tener así algo de qué acusarle. Jesús dijo al hombre de la mano tullida: –Levántate y ponte ahí en medio. Luego preguntó a los demás: –¿Qué está permitido hacer en sábado: el bien o el mal? ¿Salvar una vida o destruirla? Ellos se quedaron callados. Jesús miró entonces con enojo a los que le rodeaban y, entristecido porque no querían entender, dijo a aquel hombre: –Extiende la mano. El hombre la extendió, y la mano le quedó sana. Pero los fariseos, en cuanto salieron, comenzaron junto con los del partido de Herodes a hacer planes para matar a Jesús.