MARCOS 2:8-12
MARCOS 2:8-12 La Palabra (versión española) (BLP)
Jesús, que al instante se dio cuenta de lo que estaban pensando en su interior, les preguntó: —¿Por qué estáis pensando eso? ¿Qué es más fácil? ¿Decir al paralítico: «Tus pecados quedan perdonados», o decirle: «Levántate, recoge tu camilla y anda»? Pues voy a demostraros que el Hijo del hombre tiene autoridad para perdonar pecados en este mundo. Se volvió al paralítico y le dijo: —A ti te hablo: Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa. Y él se levantó, recogió al punto su camilla y se fue en presencia de todos. Todos los presentes quedaron asombrados y alabaron a Dios diciendo: —Nunca habíamos visto cosa semejante.
MARCOS 2:8-12 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Pero Jesús se dio cuenta en seguida de lo que estaban pensando y les preguntó: –¿Por qué pensáis así? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: ‘Tus pecados quedan perdonados’ o decirle: ‘Levántate, toma tu camilla y anda’? Pues voy a demostraros que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados. Entonces dijo al paralítico: –A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. El enfermo se levantó en el acto, y tomando su camilla salió de allí a la vista de todos. Así que todos se admiraron y alabaron a Dios diciendo: –Nunca habíamos visto nada semejante.
MARCOS 2:8-12 Reina Valera 2020 (RV2020)
Jesús interiormente se dio cuenta al momento de lo que los escribas pensaban y les preguntó: —¿Por qué pensáis así? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: «Tus pecados te son perdonados» o decirle: «Levántate, toma tu camilla y anda»? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados —se dirigió al paralítico—: A ti te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. El paralítico se levantó, tomó su camilla e inmediatamente salió en presencia de todos, y todos se asombraron y glorificaban a Dios diciendo: —Nunca hemos visto tal cosa.
MARCOS 2:8-12 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
En ese mismo instante supo Jesús en su espíritu que esto era lo que estaban pensando. ―¿Por qué razonáis así? —les dijo—. ¿Qué es más fácil, decirle al paralítico: “Tus pecados son perdonados”, o decirle: “Levántate, toma tu camilla y anda”? Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados —se dirigió entonces al paralítico—: A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. Él se levantó, tomó su camilla en seguida y salió caminando a la vista de todos. Ellos se quedaron asombrados y comenzaron a alabar a Dios. ―Jamás habíamos visto cosa igual —decían.