MARCOS 12:13-27
MARCOS 12:13-27 Reina Valera 2020 (RV2020)
Le enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos con la intención de sorprender a Jesús en alguna palabra comprometedora. Y acercándose a Jesús le dijeron: —Maestro, sabemos que eres hombre veraz y que no te preocupa el qué dirán, pues no juzgas a la gente por las apariencias, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. ¿Está permitido dar tributo a César o no? ¿Daremos o no daremos? Mas él, conociendo su hipocresía, les dijo: —¿Por qué me tentáis? Traedme un denario para que lo vea. Ellos se lo trajeron y Jesús les preguntó: —¿De quién es esta imagen y esta inscripción? Ellos respondieron: —De César. Jesús les dijo: —Dad a César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios. Ellos se quedaron maravillados. Después vinieron a él los saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron: —Maestro, Moisés nos dejó escrito que si el hermano de alguno muere y deja mujer pero no deja hijos, su hermano debe casarse con ella para dar descendencia al hermano difunto. Hubo siete hermanos: el primero tomó esposa y murió sin dejar descendencia. El segundo se casó con ella, pero también murió sin descendencia. Lo mismo pasó con el tercero y los demás. Ninguno de los siete dejó descendencia. Finalmente, murió también la mujer. En la resurrección, pues, cuando se levanten, ¿de cuál de ellos será mujer, ya que lo fue de los siete? Entonces les dijo Jesús: —¿No erráis también en esto porque ignoráis las Escrituras y el poder de Dios? Cuando resuciten de entre los muertos, no se casarán ni se darán en casamiento, sino que serán como los ángeles que están en los cielos. Y respecto a que los muertos resucitarán, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza y le dijo: Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob ? ¡No es Dios de muertos, sino de vivos! Así que erráis mucho.
MARCOS 12:13-27 La Palabra (versión española) (BLP)
Los fariseos y los del partido de Herodes enviaron algunos de los suyos con el encargo de sorprender a Jesús en alguna palabra comprometedora. Vinieron, pues, y le preguntaron: —Maestro, sabemos que tú eres sincero y que no te preocupa el qué dirán, pues no juzgas a la gente por las apariencias, sino que enseñas con toda verdad a vivir como Dios quiere; así pues, ¿estamos o no estamos obligados a pagar el tributo al emperador romano? ¿Tenemos o no tenemos que dárselo? Jesús, conociendo la hipocresía que había en ellos, les contestó: —¿Por qué me ponéis trampas? Traedme un denario para que yo lo vea. Ellos se lo presentaron y Jesús les preguntó: —¿De quién es esta efigie y esta inscripción? Le contestaron: —Del César. Entonces Jesús les dijo: —Pues dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Con esta respuesta quedaron estupefactos. Después de esto vinieron unos saduceos que, como dicen que no hay resurrección, hicieron a Jesús esta pregunta: —Maestro, Moisés nos dejó escrito que si el hermano de uno muere y deja esposa, pero no hijos, el hermano mayor superviviente deberá casarse con la viuda para dar descendencia al hermano difunto. Pues bien, hubo una vez siete hermanos; el primero de ellos se casó, pero murió sin haber tenido descendencia. Entonces el segundo hermano se casó con la viuda, pero él también murió sin dejar descendencia. Lo mismo pasó con el tercero, y con los siete: ninguno tuvo descendencia de aquella mujer, que fue la última de todos en morir. Así, pues, en la resurrección, cuando todos resuciten, ¿de cuál de ellos será esposa, si los siete estuvieron casados con ella? Jesús les dijo: —Estáis en esto muy equivocados al no conocer las Escrituras ni tener idea del poder de Dios. En la resurrección ya no habrá matrimonios, sino que todos serán como los ángeles que están en los cielos. En cuanto a que los muertos han de resucitar, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el pasaje de la zarza, lo que Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Pues bien, él es Dios de vivos y no de muertos. ¡Estáis muy equivocados!
MARCOS 12:13-27 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Enviaron a Jesús a unos de los fariseos y del partido de Herodes, para sorprenderle en alguna palabra y acusarle. Estos fueron y le dijeron: –Maestro, sabemos que tú siempre dices la verdad, sin dejarte llevar por lo que dice la gente, porque no juzgas a los hombres por su apariencia. Tú enseñas a vivir como Dios ordena. ¿Estamos nosotros obligados a pagar impuestos al césar, o no? ¿Debemos o no debemos pagarlos? Pero Jesús, que conocía su hipocresía, les dijo: –¿Por qué me tendéis trampas? Traedme un denario, que lo vea. Se lo llevaron y Jesús les dijo: –¿De quién es esta imagen y el nombre aquí escrito? Le contestaron: –Del césar. Entonces Jesús les dijo: –Pues dad al césar lo que es del césar, y a Dios lo que es de Dios. Esta respuesta los dejó admirados. Entonces algunos saduceos acudieron a ver a Jesús. Los saduceos niegan la resurrección de los muertos y por eso le plantearon este caso: –Maestro, Moisés nos dejó escrito que si un hombre casado muere sin haber tenido hijos con su mujer, el hermano del difunto deberá tomar por esposa a la viuda para dar hijos al hermano que murió. Pues bien, había una vez siete hermanos, el primero de los cuales se casó, pero murió sin dejar hijos. Entonces el segundo se casó con la viuda, pero él también murió sin dejar hijos. Lo mismo le pasó al tercero y así hasta los siete, ninguno de los cuales dejó hijos. Finalmente murió también la mujer. Pues bien, en la resurrección, cuando resuciten, ¿cuál de ellos la tendrá por esposa, si los siete estuvieron casados con ella? Jesús les contestó: –Estáis equivocados porque no conocéis las Escrituras ni el poder de Dios. Cuando los muertos resuciten, los hombres y las mujeres no se casarán, sino que serán como los ángeles que están en el cielo. Y en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés el pasaje de la zarza ardiendo cuando Dios dijo a Moisés: ‘Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob?’ ¡Y Dios no es Dios de muertos, sino de vivos! Así que estáis muy equivocados.
MARCOS 12:13-27 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Luego enviaron a Jesús algunos de los fariseos y de los herodianos para tenderle una trampa con sus mismas palabras. Al llegar le dijeron: ―Maestro, sabemos que eres un hombre íntegro. No te dejas influir por nadie, porque no te fijas en las apariencias, sino que de verdad enseñas el camino de Dios. ¿Está permitido pagar impuestos al césar o no? ¿Debemos pagar o no? Pero Jesús, sabiendo que fingían, les replicó: ―¿Por qué me tendéis trampas? Traedme una moneda romana para verla. Le llevaron la moneda, y él les preguntó: ―¿De quién son esta imagen y esta inscripción? ―Del césar —contestaron. ―Dadle, pues, al césar lo que es del césar, y a Dios lo que es de Dios. Y se quedaron admirados de él. Entonces los saduceos, que dicen que no hay resurrección, fueron a verlo y le plantearon un problema: ―Maestro, Moisés nos enseñó en sus escritos que, si un hombre muere y deja a la viuda sin hijos, el hermano de ese hombre tiene que casarse con la viuda para que su hermano tenga descendencia. Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin dejar descendencia. El segundo se casó con la viuda, pero también murió sin dejar descendencia. Lo mismo le pasó al tercero. En fin, ninguno de los siete dejó descendencia. Por último, murió también la mujer. Cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será esposa esta mujer, ya que los siete estuvieron casados con ella? ―¿Acaso no andáis desencaminados? —les replicó Jesús—. ¡Es que desconocéis las Escrituras y el poder de Dios! Cuando resuciten los muertos, no se casarán ni serán dados en casamiento, sino que serán como los ángeles que están en el cielo. Pero, en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el pasaje sobre la zarza, cómo Dios le dijo: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”? Él no es Dios de muertos, sino de vivos. ¡Andáis muy desencaminados!