MIQUEAS 3:1-4
MIQUEAS 3:1-4 Reina Valera 2020 (RV2020)
Después dije: Oíd ahora, príncipes de Jacob, y jefes de la casa de Israel: ¿No os concierne a vosotros saber lo que es justo? Pero vosotros aborrecéis lo bueno y amáis lo malo, le quitáis a la gente la piel y la carne de encima de sus huesos; asimismo coméis la carne de mi pueblo, arrancáis la piel de sobre ellos, les quebráis los huesos y los despedazáis como para el caldero, como si fuera carne en la olla. Un día clamaréis al Señor, pero él no os responderá, antes esconderá de vosotros su rostro en ese tiempo, por cuanto hicisteis obras malvadas.
MIQUEAS 3:1-4 La Palabra (versión española) (BLP)
Yo digo: Escuchadme, jefes de Jacob, oídme, dirigentes de Israel: ¿No os corresponde a vosotros ocuparos del derecho? Odiáis el bien y amáis el mal, arrancáis la piel a la gente y dejáis sus huesos al desnudo. Esos que comen la carne de mi pueblo, le arrancan la piel y quiebran sus huesos, cortan su carne en pedazos para echarlos a la olla o la caldera, cuando griten al Señor, no tendrán respuesta alguna. El Señor les ocultará su rostro a causa de sus malas acciones.
MIQUEAS 3:1-4 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Escuchad ahora, gobernantes y jefes de Israel, ¿acaso no os corresponde a vosotros saber lo que es la justicia? En cambio, odiáis el bien y amáis el mal; despellejáis a mi pueblo y le dejáis los huesos pelados. Os coméis vivo a mi pueblo; le arrancáis la piel y le rompéis los huesos; lo tratáis como si fuera carne de olla. Un día llamaréis al Señor, pero él no os contestará. En aquel tiempo se esconderá de vosotros por las maldades que habéis cometido.
MIQUEAS 3:1-4 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Entonces dije: «Escuchad, gobernantes de Jacob, autoridades del pueblo de Israel: ¿Acaso no os corresponde a vosotros conocer el derecho? Vosotros odiáis el bien y amáis el mal; a mi pueblo le arrancáis la piel del cuerpo y la carne de los huesos; vosotros devoráis a mi pueblo, le arrancáis la piel, le rompéis los huesos; lo descuartizáis como carne para la olla, como carne para el horno». Entonces le pedirán auxilio al SEÑOR, pero él no les responderá; esconderá de ellos su rostro porque hicieron lo malo.