MATEO 28:1-9
MATEO 28:1-9 Reina Valera 2020 (RV2020)
Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. De pronto hubo un gran terremoto, porque un ángel del Señor descendió del cielo, se acercó, removió la piedra y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago y su vestido blanco como la nieve. Los guardas temblaron de miedo y se quedaron como muertos. Pero el ángel dijo a las mujeres: —No temáis vosotras. Yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como había anunciado. Venid, ved el lugar donde fue puesto. Ahora id aprisa y decid a sus discípulos: «Ha resucitado de entre los muertos y va delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis». Esto es lo que tenía que deciros. Las mujeres salieron del sepulcro asustadas pero al mismo tiempo llenas de alegría, y corrieron a llevar la noticia a los discípulos. Y cuando iban a comunicar la noticia, Jesús les salió al encuentro y las saludó. Entonces ellas se acercaron, abrazaron sus pies y lo adoraron.
MATEO 28:1-9 La Palabra (versión española) (BLP)
Pasado el sábado, cuando ya apuntaba el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto se produjo un fuerte terremoto, pues un ángel del Señor, que había bajado del cielo, se acercó al sepulcro, removió la piedra que cerraba la entrada y se sentó sobre ella. Resplandecía como un relámpago y sus vestiduras eran blancas como la nieve. Los soldados que guardaban el sepulcro se echaron a temblar de miedo y se quedaron como muertos. Entonces el ángel dijo a las mujeres: —No temáis. Ya sé que estáis buscando a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, tal como anunció. Venid y ved el lugar donde lo habían puesto. Ahora marchaos aprisa y anunciad a sus discípulos que Jesús ha resucitado de entre los muertos y que va delante de ellos a Galilea. Allí lo veréis. Esto es lo que yo tenía que deciros. Las mujeres se alejaron rápidamente del sepulcro y, asustadas pero al mismo tiempo llenas de alegría, corrieron a llevar la noticia a los discípulos. En esto, Jesús les salió al encuentro y las saludó; ellas abrazaron sus pies y lo adoraron.
MATEO 28:1-9 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Pasado el sábado, al amanecer el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto hubo un fuerte temblor de tierra, porque un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose al sepulcro, quitó la piedra que lo cerraba y se sentó sobre ella. El ángel brillaba como un relámpago y su ropa era blanca como la nieve. Al verle, los soldados temblaron de miedo y se quedaron como muertos. El ángel dijo a las mujeres: –No os asustéis. Sé que estáis buscando a Jesús, el crucificado, pero no está aquí; ha resucitado, como dijo. Venid a ver el lugar donde lo pusieron. Id aprisa y decid a sus discípulos: ‘Ha resucitado y va a ir a Galilea antes que vosotros. Allí le veréis.’ Esto es lo que yo tenía que deciros. Las mujeres se alejaron a toda prisa del sepulcro, asustadas pero, a la vez, con mucha alegría, y corrieron a llevar la noticia a los discípulos. En esto, Jesús se presentó ante ellas y las saludó. Ellas, acercándose a Jesús, le abrazaron los pies y le adoraron.
MATEO 28:1-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Después del sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Sucedió que hubo un terremoto violento, porque un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose al sepulcro, quitó la piedra y se sentó sobre ella. Su aspecto era como el de un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve. Los guardias tuvieron tanto miedo de él que se pusieron a temblar y quedaron como muertos. El ángel dijo a las mujeres: ―No tengáis miedo; sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, tal como dijo. Venid a ver el lugar donde lo pusieron. Por tanto, id pronto a decir a sus discípulos: “Él se ha levantado de entre los muertos y va delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis”. Ahora ya lo sabéis. Así que las mujeres se alejaron a toda prisa del sepulcro, asustadas pero muy alegres, y corrieron a dar la noticia a los discípulos. En eso Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas se acercaron, abrazaron sus pies y lo adoraron.