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MATEO 24:15-35

MATEO 24:15-35 La Palabra (versión española) (BLP)

Cuando veáis que en el lugar santo se instala el ídolo abominable de la destrucción anunciado por el profeta Daniel (medite en esto el que lo lea), entonces los que estén en Judea huyan a las montañas; el que esté en la azotea no baje a la casa a recoger ninguna de sus cosas, y el que esté en el campo no regrese ni siquiera a recoger su manto. ¡Ay de las mujeres embarazadas y de las que en esos días estén criando! Orad para que cuando tengáis que huir no sea ni invierno ni sábado, porque habrá entonces tanto sufrimiento como no lo ha habido desde que el mundo existe ni volverá a haberlo jamás. Si Dios no acortara ese tiempo, nadie podría salvarse. Pero él lo abreviará por causa de los elegidos. Si alguien os dice entonces: «Mirad, aquí está el Mesías», o bien: «Mirad, está allí», no lo creáis. Porque aparecerán falsos mesías y falsos profetas, que harán grandes señales milagrosas y prodigios con objeto de engañar, si fuera posible, incluso a los que Dios ha elegido. Mirad que os lo advierto de antemano. Así que si alguien os dice: «El Mesías está en el desierto», no vayáis allí; y si os dice: «Está escondido en lo más secreto de la casa», no lo creáis. Pues como un relámpago brilla en oriente y su resplandor se deja ver hasta occidente, así será la venida del Hijo del hombre. ¡Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres! En cuanto hayan pasado los sufrimientos de aquellos días, el sol se oscurecerá y la luna perderá su brillo; las estrellas caerán del cielo y las fuerzas celestes se estremecerán. Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre, y todos los pueblos del mundo llorarán al ver que viene el Hijo del hombre sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria. Y él enviará a sus ángeles para que a toque de trompeta convoquen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del cielo. Fijaos en el ejemplo de la higuera: cuando veis que sus ramas se ponen tiernas y comienzan a brotarles las hojas, conocéis que el verano se acerca. Pues de la misma manera, cuando veáis todo esto que os anuncio, sabed que el fin está cerca, a las puertas. Os aseguro que no pasará la actual generación sin que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

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MATEO 24:15-35 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

“El profeta Daniel escribió acerca del horrible sacrilegio. Cuando lo veáis en el lugar santo (el que lee, entienda), los que estén en Judea, que huyan a las montañas; el que esté en la azotea de su casa, que no baje a sacar nada; y el que esté en el campo, que no regrese ni siquiera a recoger su ropa. ¡Pobres de las mujeres que en aquellos días estén embarazadas o tengan niños de pecho! Pedid a Dios que vuestra huida no sea en invierno ni en sábado, porque habrá entonces un sufrimiento tan grande como nunca lo ha habido desde el principio del mundo ni lo habrá después. Y si Dios no acortara aquel tiempo, nadie se salvaría. Pero lo acortará por amor a los que ha escogido. “Si alguno os dice entonces: ‘Mirad, aquí está el Mesías’ o ‘Mirad, allí está’, no lo creáis. Porque vendrán falsos mesías y falsos profetas, y harán grandes señales y milagros para engañar, a ser posible, incluso a los que Dios mismo ha escogido. Os lo he advertido de antemano. Por eso, si os dicen: ‘Mirad, allí está, en el desierto’, no vayáis; y si os dicen: ‘Mirad, aquí está, escondido en casa’, no lo creáis. Porque como el relámpago que brilla de oriente a occidente, así será la venida del Hijo del hombre. ¡Donde está el cadáver, allí se juntarán los buitres! “Tan pronto como hayan pasado aquellos días de sufrimiento, el sol se oscurecerá, la luna dejará de dar su luz, las estrellas caerán del cielo y las fuerzas celestiales se tambalearán. Entonces se verá en el cielo la señal del Hijo del hombre, y todos los pueblos del mundo llorarán de terror viendo venir en las nubes del cielo al Hijo del hombre con gran poder y gloria. Y él enviará a sus ángeles para que, con un fuerte toque de trompeta, reúnan a sus escogidos desde los cuatro puntos cardinales, desde un extremo del cielo al otro. “Aprended esta enseñanza de la higuera: cuando sus ramas se ponen tiernas y empiezan a brotar sus hojas, conocéis que el verano está cerca. De la misma manera, cuando veáis todo eso sabed que el Hijo del hombre ya está a la puerta. Os aseguro que todo ello sucederá antes que haya muerto la gente de este tiempo. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

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MATEO 24:15-35 Reina Valera 2020 (RV2020)

Por tanto, cuando veáis en el lugar santo asentada la abominación desoladora de la que habló el profeta Daniel—el que lee entienda—, los que estén en Judea huyan a los montes. El que esté en la azotea no descienda para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo no vuelva atrás para tomar su capa. Pero ¡ay de las que estén embarazadas y de las que estén amamantando en aquellos días! Orad, pues, para que vuestra huida no sea en invierno ni en sábado, porque habrá entonces tan gran tribulación que no la ha habido igual desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no se acortasen, nadie sería salvo; pero se acortarán por causa de los escogidos. Entonces, si alguno os dice: «Mirad, aquí está el Cristo» o «Mirad, allí está», no lo creáis, porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si es posible, incluso a los escogidos. Ya os lo advierto antes. Así que, si os dicen: «Mirad, está en el desierto», no salgáis; o «Mirad, está en los aposentos», no lo creáis, porque igual que el relámpago sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. Porque donde esté el cuerpo muerto se juntarán las águilas. Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo, todas las tribus de la tierra se lamentarán y verán al Hijo del Hombre venir sobre las nubes, con poder y gran gloria. Enviará sus ángeles con resonante trompeta y juntarán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. Aprended de la higuera esta parábola: Cuando ya su rama está tierna y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. Os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

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MATEO 24:15-35 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

»Así que, cuando veáis en el lugar santo “el horrible sacrilegio”, del que habló el profeta Daniel (el que lee, que lo entienda), los que estén en Judea huyan a las montañas. El que esté en la azotea no baje a llevarse nada de su casa. Y el que esté en el campo no regrese para buscar su capa. ¡Qué terrible será en aquellos días para las que estén embarazadas o amamantando! Orad para que vuestra huida no suceda en invierno ni en sábado. Porque habrá una gran tribulación, como no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás. Si no se acortaran esos días, nadie sobreviviría, pero por causa de los elegidos se acortarán. Entonces, si alguien os dice: “¡Mirad, aquí está el Cristo!” o “¡Allí está!”, no lo creáis. Porque surgirán falsos Cristos y falsos profetas que harán grandes señales y milagros para engañar, a ser posible, aun a los elegidos. Tened en cuenta que os lo he dicho de antemano. »Por eso, si os dicen: “¡Mirad, está en el desierto!”, no salgáis; o: “¡Mirad, está en la casa!”, no lo creáis. Porque, así como el relámpago que sale del oriente se ve hasta en el occidente, así será la venida del Hijo del hombre. Donde esté el cadáver, allí se reunirán los buitres. »Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, »“se oscurecerá el sol y no brillará más la luna; las estrellas caerán del cielo y los cuerpos celestes serán sacudidos”. »La señal del Hijo del hombre aparecerá en el cielo, y se angustiarán todas las razas de la tierra. Verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. Y al sonido de la gran trompeta mandará a sus ángeles, y reunirán de los cuatro vientos a los elegidos, de un extremo al otro del cielo. »Aprended de la higuera esta lección: Tan pronto como se ponen tiernas sus ramas y brotan sus hojas, sabéis que el verano está cerca. Igualmente, cuando veáis todas estas cosas, sabed que el tiempo está cerca, a las puertas. Os aseguro que no pasará esta generación hasta que todas estas cosas sucedan. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán.

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