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MATEO 24:1-22

MATEO 24:1-22 Reina Valera 2020 (RV2020)

Salió Jesús del templo y, cuando se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. Él les dijo: —¿Veis todo esto? Os aseguro que no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada. Estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte y le dijeron: —Dinos, ¿cuándo serán estas cosas y qué señal habrá de tu venida y del fin del mundo? Jesús les respondió: —Mirad que nadie os engañe, porque vendrán muchos en mi nombre y dirán: «Yo soy el Cristo», y a muchos engañarán. Oiréis hablar de guerras y de rumores de guerras, mas no os angustiéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá pestes, hambres y terremotos en diferentes lugares. Pero todo esto es solo el principio de los dolores. Entonces os entregarán para afligiros, os matarán y seréis odiados por todo el mundo por causa de mi nombre. Serán días en que la firmeza de fe de muchos correrá peligro, y unos a otros se traicionarán y odiarán. Muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos; y en muchos se enfriará el amor por haberse multiplicado la maldad. Pero el que persevere hasta el fin será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo para testimonio a todas las naciones. Entonces vendrá el fin. Por tanto, cuando veáis en el lugar santo asentada la abominación desoladora de la que habló el profeta Daniel—el que lee entienda—, los que estén en Judea huyan a los montes. El que esté en la azotea no descienda para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo no vuelva atrás para tomar su capa. Pero ¡ay de las que estén embarazadas y de las que estén amamantando en aquellos días! Orad, pues, para que vuestra huida no sea en invierno ni en sábado, porque habrá entonces tan gran tribulación que no la ha habido igual desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no se acortasen, nadie sería salvo; pero se acortarán por causa de los escogidos.

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MATEO 24:1-22 La Palabra (versión española) (BLP)

Jesús salió del Templo, y cuando ya se iba, sus discípulos se acercaron a él para hacerle admirar las construcciones del Templo. Pero él les dijo: —¿Veis todo esto? Pues os aseguro que aquí no va a quedar piedra sobre piedra. ¡Todo será destruido! Estaba Jesús sentado en la ladera del monte de los Olivos cuando se le acercaron aparte los discípulos para preguntarle: —Dinos, ¿cuándo sucederá todo esto? ¿Cómo sabremos que tu venida está cerca y que el fin del mundo se aproxima? Jesús les contestó: —Tened cuidado de que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: «Yo soy el Mesías», y engañarán a mucha gente. Llegarán a vuestros oídos noticias de guerras y rumores de conflictos bélicos. No os alarméis, pues, aunque todo esto tenga que suceder, todavía no será el fin. Se levantarán unas naciones contra otras, y unos reinos contra otros, y por todas partes habrá hambres y terremotos. Pero todas estas calamidades serán solo el principio de los males que han de sobrevenir. En aquellos días os maltratarán y os matarán. Todo el mundo os odiará por causa de mí. Serán días en que la fe de muchos correrá peligro, mientras otros se traicionarán y se odiarán mutuamente. Aparecerán por todas partes falsos profetas, que engañarán a muchos. La maldad reinante será tanta que el amor de mucha gente se enfriará. Pero el que se mantenga firme hasta el fin, ese se salvará. Y este evangelio del reino se anunciará por todo el mundo, para que todas las naciones lo conozcan. Entonces llegará el fin. Cuando veáis que en el lugar santo se instala el ídolo abominable de la destrucción anunciado por el profeta Daniel (medite en esto el que lo lea), entonces los que estén en Judea huyan a las montañas; el que esté en la azotea no baje a la casa a recoger ninguna de sus cosas, y el que esté en el campo no regrese ni siquiera a recoger su manto. ¡Ay de las mujeres embarazadas y de las que en esos días estén criando! Orad para que cuando tengáis que huir no sea ni invierno ni sábado, porque habrá entonces tanto sufrimiento como no lo ha habido desde que el mundo existe ni volverá a haberlo jamás. Si Dios no acortara ese tiempo, nadie podría salvarse. Pero él lo abreviará por causa de los elegidos.

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MATEO 24:1-22 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Jesús salió del templo y, cuando ya se iba, sus discípulos se acercaron a él para señalarle los edificios del templo. Jesús les dijo: –¿Veis todo esto? Pues os aseguro que aquí no va a quedar piedra sobre piedra. ¡Todo será destruido! Luego se fueron al monte de los Olivos. Jesús se sentó, y los discípulos se le acercaron para preguntarle aparte: –Dinos, ¿cuándo han de ocurrir esas cosas? ¿Cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo? Jesús les contestó: –Tened cuidado, que nadie os engañe. Porque vendrán muchos haciéndose pasar por mí. Dirán: ‘Yo soy el Mesías’, y engañarán a mucha gente. Oiréis de guerras y rumores de guerras, pero no os asustéis, pues aunque todo esto ha de llegar, aún no será el fin. Porque una nación peleará contra otra y un país hará guerra contra otro, y habrá hambres y terremotos en muchos lugares. Sin embargo, todo eso apenas será el comienzo de los sufrimientos. “Os entregarán para ser maltratados, y os matarán, y todo el mundo os odiará por causa mía. Entonces muchos perderán su fe, y se odiarán y traicionarán unos a otros. Aparecerán muchos falsos profetas, que engañarán a mucha gente. Aumentará tanto la maldad, que el amor se enfriará en la mayoría. Pero el que permanezca firme hasta el fin, se salvará. Esta buena noticia del reino se anunciará en todo el mundo, para que todas las naciones la conozcan. Entonces vendrá el fin. “El profeta Daniel escribió acerca del horrible sacrilegio. Cuando lo veáis en el lugar santo (el que lee, entienda), los que estén en Judea, que huyan a las montañas; el que esté en la azotea de su casa, que no baje a sacar nada; y el que esté en el campo, que no regrese ni siquiera a recoger su ropa. ¡Pobres de las mujeres que en aquellos días estén embarazadas o tengan niños de pecho! Pedid a Dios que vuestra huida no sea en invierno ni en sábado, porque habrá entonces un sufrimiento tan grande como nunca lo ha habido desde el principio del mundo ni lo habrá después. Y si Dios no acortara aquel tiempo, nadie se salvaría. Pero lo acortará por amor a los que ha escogido.

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MATEO 24:1-22 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Jesús salió del templo y, mientras caminaba, se le acercaron sus discípulos y le mostraron los edificios del templo. Pero él les dijo: ―¿Veis todo esto? Os aseguro que no quedará piedra sobre piedra, pues todo será derribado. Más tarde estaba Jesús sentado en el monte de los Olivos, cuando llegaron los discípulos y le preguntaron en privado: ―¿Cuándo sucederá eso, y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo? ―Tened cuidado de que nadie os engañe —les advirtió Jesús—. Vendrán muchos que, usando mi nombre, dirán: “Yo soy el Cristo”, y engañarán a muchos. Oiréis de guerras y de rumores de guerras, pero procurad no alarmaros. Es necesario que eso suceda, pero no será todavía el fin. Se levantará nación contra nación, y reino contra reino. Habrá hambres y terremotos por todas partes. Todo esto será apenas el comienzo de los dolores. »Entonces os entregarán para que os persigan y os maten, y os odiarán todas las naciones por causa de mi nombre. En aquel tiempo muchos se apartarán de la fe; unos a otros se traicionarán y se odiarán; y surgirá un gran número de falsos profetas que engañarán a muchos. Habrá tanta maldad que el amor de muchos se enfriará, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo. Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin. »Así que, cuando veáis en el lugar santo “el horrible sacrilegio”, del que habló el profeta Daniel (el que lee, que lo entienda), los que estén en Judea huyan a las montañas. El que esté en la azotea no baje a llevarse nada de su casa. Y el que esté en el campo no regrese para buscar su capa. ¡Qué terrible será en aquellos días para las que estén embarazadas o amamantando! Orad para que vuestra huida no suceda en invierno ni en sábado. Porque habrá una gran tribulación, como no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás. Si no se acortaran esos días, nadie sobreviviría, pero por causa de los elegidos se acortarán.

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