MATEO 22:1-10
MATEO 22:1-10 Reina Valera 2020 (RV2020)
Jesús tomó de nuevo la palabra y volvió a hablarles por parábolas: —El reino de los cielos es semejante a un rey que quiso celebrar la boda de su hijo con una fiesta. Envió sus siervos a llamar a los invitados, pero estos no quisieron asistir. Volvió a enviar otros siervos con este encargo: «Decid a los invitados que ya he preparado el banquete, que he matado mis toros y mis animales cebados y que todo está dispuesto. Que vengan a la boda». Pero ellos no hicieron caso y se fueron: uno a su labranza, otro a sus negocios y otros tomaron a los siervos, los insultaron y los mataron. Al saberlo el rey, se enojó y envió sus tropas, mató a aquellos homicidas y quemó su ciudad. Entonces dijo a sus siervos: «La boda ya está preparada, pero aquellos invitados no eran dignos de asistir. Id, pues, a las encrucijadas de los caminos e invitad a la boda a todos los que encontréis». Salieron los siervos a los caminos y reunieron a todos los que hallaron, tanto malos como buenos, y las bodas se llenaron de invitados.
MATEO 22:1-10 La Palabra (versión española) (BLP)
Jesús, tomando la palabra, les volvió a hablar en parábolas diciendo: —El reino de los cielos puede compararse a un rey que iba a celebrar la boda de su hijo. Envió a sus criados a llamar a los invitados a la boda, pero estos no quisieron acudir. Volvió a enviarles más criados, con este encargo: «Decid a los invitados que ya tengo preparado el banquete. He hecho matar mis terneros y reses cebadas y está todo a punto. Que vengan a la boda». Pero los invitados no quisieron hacer caso, sino que cada cual se fue a su propia hacienda o sus negocios. Hasta hubo algunos que, echando mano de los criados, los golpearon y los asesinaron. El rey entonces, montando en cólera, mandó a sus soldados que mataran a aquellos asesinos y quemaran su ciudad. Después dijo a los criados: «La boda está preparada, pero aquellos invitados no eran dignos de venir. Por tanto, id a las encrucijadas de los caminos e invitad a la boda a todos los que encontréis». Salieron los criados a los caminos y reunieron a cuantos encontraron, lo mismo malos que buenos. De esa manera, la sala de bodas se llenó de comensales.
MATEO 22:1-10 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Jesús se puso a hablarles otra vez por medio de parábolas. Les dijo: “El reino de los cielos puede compararse a un rey que hizo un banquete para la boda de su hijo. Envió a sus criados a llamar a los invitados, pero estos no quisieron acudir. Volvió a enviar más criados, encargándoles: ‘Decid a los invitados que ya tengo preparado el banquete. He hecho matar mis novillos y reses cebadas, y todo está preparado: que vengan a la boda.’ Pero los invitados no hicieron caso. Uno se fue a sus tierras, otro a sus negocios y otros echaron mano a los criados del rey y los maltrataron hasta matarlos. Entonces el rey, lleno de ira, ordenó a sus soldados que mataran a aquellos asesinos y quemaran su pueblo. Luego dijo a sus criados: ‘Todo está preparado para la boda, pero aquellos invitados no merecían venir. Id, pues, por las calles principales, e invitad a la boda a cuantos encontréis.’ Los criados salieron a las calles y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y así la sala del banquete se llenó de convidados.
MATEO 22:1-10 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Jesús volvió a hablarles en parábolas, y les dijo: «El reino de los cielos es como un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Mandó a sus siervos que llamaran a los invitados, pero estos se negaron a asistir al banquete. Nuevamente mandó a otros siervos y les ordenó: “Decid a los invitados que ya he preparado mi comida: Ya han matado mis bueyes y mis reses engordadas, y todo está listo. Venid al banquete de bodas”. Pero ellos no hicieron caso y se fueron: uno a su campo, otro a su negocio. Los demás agarraron a los siervos, los maltrataron y los mataron. El rey se enfureció. Mandó su ejército a destruir a los asesinos y a incendiar su ciudad. Luego dijo a sus siervos: “El banquete de bodas está preparado, pero los que invité no merecían venir. Id al cruce de los caminos e invitad al banquete a todos los que encontréis”. Así que los siervos salieron a los caminos y reunieron a todos los que pudieron encontrar, buenos y malos, y se llenó de invitados el salón de bodas.