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MATEO 19:16-28

MATEO 19:16-28 Reina Valera 2020 (RV2020)

En otra ocasión se acercó uno y le preguntó: —Maestro bueno, ¿qué bien he de hacer para tener la vida eterna? Jesús le dijo: —¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino uno solo: Dios. Pero si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le preguntó de nuevo: —¿Cuáles? Y Jesús respondió: — No matarás, no cometerás adulterio, no hurtarás, no dirás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre y ama a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: —Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús añadió: —Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, dalo a los pobres y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme. Al oír el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: —Os aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez os digo que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. Sus discípulos, al oír esto se asombraron mucho y decían: —¿Quién, pues, podrá ser salvo? Jesús los miró y les dijo: —Para los seres humanos esto es imposible, pero para Dios todo es posible. Entonces preguntó Pedro: —Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? Jesús les dijo: —Os aseguro que cuando todo se haya renovado y el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros, que me habéis seguido, también os sentaréis sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.

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MATEO 19:16-28 La Palabra (versión española) (BLP)

En cierta ocasión, un joven vino a ver a Jesús y le preguntó: —Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para alcanzar la vida eterna? Jesús le respondió: —¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Solo uno es bueno. Si quieres entrar en la vida, cumple los mandamientos. Dijo el joven: —¿Cuáles? Jesús le contestó: —No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo. El joven respondió: —Todo eso ya lo he cumplido. ¿Qué otra cosa debo hacer? Jesús le dijo: —Si quieres ser perfecto, vete a vender lo que posees y reparte el producto entre los pobres. Así te harás un tesoro en el cielo. Luego vuelve y sígueme. Cuando el joven oyó esto, se marchó entristecido porque era muy rico. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: —Os aseguro que a los ricos les va a ser muy difícil entrar en el reino de los cielos. Os lo repito: es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el reino de los cielos. Los discípulos se quedaron muy sorprendidos al oír esto, y le preguntaron: —Pues, en ese caso, ¿quién podrá salvarse? Jesús los miró y les dijo: —Para los seres humanos es imposible, pero para Dios todo es posible. Entonces intervino Pedro y le preguntó: —Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte; ¿qué recibiremos por ello? Jesús le respondió: —Os aseguro que el día de la renovación de todas las cosas, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis también en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.

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MATEO 19:16-28 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Un joven fue a ver a Jesús y le preguntó: –Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para tener vida eterna? Jesús le contestó: –¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Bueno solamente hay uno. Pero si quieres entrar en la vida, cumple los mandamientos. –¿Cuáles? –preguntó el joven. Jesús le dijo: –‘No mates, no cometas adulterio, no robes, no digas mentiras en perjuicio de nadie, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo.’ –Todo eso ya lo he cumplido –dijo el joven–. ¿Qué más me falta? Jesús le contestó: –Si quieres ser perfecto, ve, vende lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riquezas en el cielo. Luego ven y sígueme. Cuando el joven oyó esto, se fue triste, porque era muy rico. Jesús dijo entonces a sus discípulos: –Os aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Os lo repito: le es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios. Al oirlo, sus discípulos se asombraron más aún, y decían: –Entonces, ¿quién podrá salvarse? Jesús los miró y les contestó: –Para los hombres esto es imposible, pero no para Dios. Pedro entonces añadió: –Nosotros, que hemos dejado cuanto teníamos y te hemos seguido, ¿qué vamos a recibir? Jesús les repondió: –Os aseguro que cuando llegue el tiempo de la renovación de todas las cosas, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, vosotros, que me habéis seguido, os sentaréis también en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.

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MATEO 19:16-28 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Sucedió que un hombre se acercó a Jesús y le preguntó: ―Maestro, ¿qué es lo bueno que debo hacer para obtener la vida eterna? ―¿Por qué me preguntas sobre lo que es bueno? —respondió Jesús—. Solamente hay uno que es bueno. Si quieres entrar en la vida, obedece los mandamientos. ―¿Cuáles? —preguntó el hombre. Contestó Jesús: ―“No mates, no cometas adulterio, no robes, no presentes falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre”, y “ama a tu prójimo como a ti mismo”. ―Todos esos los he cumplido —dijo el joven—. ¿Qué más me falta? ―Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme. Cuando el joven oyó esto, se fue triste, porque tenía muchas riquezas. ―Os aseguro —comentó Jesús a sus discípulos— que es difícil para un rico entrar en el reino de los cielos. De hecho, le resulta más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios. Al oír esto, los discípulos quedaron desconcertados y decían: ―En ese caso, ¿quién podrá salvarse? ―Para los hombres es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, mas para Dios todo es posible. ―¡Mira, nosotros lo hemos dejado todo por seguirte! —le reclamó Pedro—. ¿Y qué ganamos con eso? ―Os aseguro —respondió Jesús— que, en la renovación de todas las cosas, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, vosotros que me habéis seguido os sentaréis también en doce tronos para gobernar a las doce tribus de Israel.

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