MATEO 15:29-37
MATEO 15:29-37 Reina Valera 2020 (RV2020)
Partió Jesús de aquel lugar y se dirigió a la orilla del mar de Galilea, subió al monte y se sentó allí. Se le acercó mucha gente que traía consigo cojos, ciegos, mudos, mancos y otros muchos enfermos. Los pusieron a los pies de Jesús y los sanó. La multitud se maravillaba al ver que los mudos hablaban, los mancos quedaban sanos, los cojos andaban y los ciegos veían. Y glorificaban al Dios de Israel. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: —Siento profunda compasión de esta gente, porque ya hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan por el camino. Sus discípulos le dijeron: —¿De dónde sacaremos nosotros tantos panes en el desierto para saciar a una multitud tan grande? Jesús les preguntó: —¿Cuántos panes tenéis? Y ellos contestaron: —Siete y unos pocos peces. Entonces mandó a la multitud que se recostara en tierra. Tomó los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y dio a sus discípulos y los discípulos a la multitud. Comieron todos, se saciaron y con los pedazos sobrantes que recogieron llenaron siete canastas.
MATEO 15:29-37 La Palabra (versión española) (BLP)
Marchando de allí, Jesús se dirigió a la orilla del lago de Galilea. Cuando llegó, subió al monte y se sentó. Se le acercó mucha gente, trayendo consigo cojos, ciegos, tullidos, mudos y otros muchos enfermos. Los pusieron a los pies de Jesús, y él los curó a todos. La gente estaba asombrada al ver que los mudos hablaban, los tullidos recobraban la salud, los cojos andaban y los ciegos veían. Y todos alabaron al Dios de Israel. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: —Me da lástima esta gente. Ya hace tres días que están conmigo y no tienen nada que comer. No quiero que se vayan en ayunas, no sea que desfallezcan por el camino. Los discípulos le dijeron: —¿No ves que estamos en un lugar apartado? ¿De dónde vamos a sacar suficiente pan para dar de comer a toda esta gente? Jesús les preguntó: —¿Cuántos panes tenéis? Ellos contestaron: —Siete y unos cuantos peces. Jesús dispuso que la gente se sentara en el suelo. Luego tomó los siete panes y los peces, dio gracias a Dios, los partió y se los fue dando a los discípulos y estos se los fueron dando a la gente. Todos comieron hasta quedar satisfechos; y aun así se llenaron siete espuertas con los trozos de pan que sobraron.
MATEO 15:29-37 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Jesús, saliendo de allí, se fue a la orilla del lago de Galilea; luego subió al monte y se sentó. Mucha gente se reunió donde él estaba. Llevaban cojos, ciegos, mancos, mudos y otros muchos enfermos; los ponían a los pies de Jesús y él los sanaba. De modo que la gente estaba asombrada al ver que los mudos hablaban, los mancos quedaban sanos, los cojos andaban y los ciegos veían. Y todos alababan al Dios de Israel. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: –Siento compasión de esta gente, porque ya hace tres días que están aquí conmigo y no tienen nada que comer. No quiero enviarlos en ayunas a sus casas, no sea que desfallezcan por el camino. Sus discípulos le dijeron: –Pero ¿cómo encontrar comida para tanta gente en un lugar como este, donde no vive nadie? Jesús les preguntó: –¿Cuántos panes tenéis? –Siete y unos pocos peces –le contestaron. Mandó que la gente se sentara en el suelo, tomó en sus manos los siete panes y los peces y, habiendo dado gracias a Dios, los partió, se los dio a sus discípulos y ellos los repartieron entre la gente. Todos comieron hasta quedar satisfechos, y todavía llenaron siete canastas con los trozos sobrantes.
MATEO 15:29-37 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Salió Jesús de allí y llegó a orillas del mar de Galilea. Luego subió a la montaña y se sentó. Se le acercaron grandes multitudes que llevaban cojos, ciegos, lisiados, mudos y muchos enfermos más, y los pusieron a sus pies; y él los sanó. La gente se asombraba al ver a los mudos hablar, a los lisiados recobrar la salud, a los cojos andar y a los ciegos ver. Y alababan al Dios de Israel. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: ―Siento compasión de esta gente, porque ya llevan tres días conmigo y no tienen nada que comer. No quiero despedirlos sin comer, no sea que se desmayen por el camino. Los discípulos objetaron: ―¿Dónde podríamos conseguir en este lugar despoblado suficiente pan para dar de comer a toda esta multitud? ―¿Cuántos panes tenéis? —preguntó Jesús. ―Siete, y unos pocos pescaditos. Entonces mandó que la gente se sentara en el suelo. Tomando los siete panes y los pescados, dio gracias, los partió y se los fue dando a los discípulos. Estos, a su vez, los distribuyeron a la gente. Todos comieron hasta quedar satisfechos. Después los discípulos recogieron siete cestas llenas de pedazos que sobraron.