MATEO 13:3-8
MATEO 13:3-8 La Palabra (versión española) (BLP)
Entonces Jesús comenzó a exponerles muchas cosas por medio de parábolas. Les decía: —Una vez, un sembrador salió a sembrar. Al lanzar la semilla, una parte cayó al borde del camino, y llegaron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde había poca tierra; y como la tierra no era profunda, la semilla brotó muy pronto; pero apenas salió el sol, se agostó y, al no tener raíz, se secó. Otra parte de la semilla cayó entre cardos, y los cardos crecieron y la ahogaron. Otra parte, en fin, cayó en tierra fértil, y dio fruto: unas espigas dieron grano al ciento; otras, al sesenta, y otras, al treinta por uno.
MATEO 13:3-8 Reina Valera 2020 (RV2020)
y Jesús les enseñó muchas cosas por parábolas como estas: —Un sembrador salió a sembrar. Mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra, y brotó pronto, porque aquel terreno no tenía profundidad, pero cuando salió el sol se quemó y como no tenía raíz se secó. Parte cayó entre espinos y los espinos crecieron y la ahogaron. Pero parte de las semillas cayó en buena tierra y dieron fruto, unas a ciento por uno, otras a sesenta y otras a treinta.
MATEO 13:3-8 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Y se puso a hablarles de muchas cosas por medio de parábolas. Les dijo: “Un sembrador salió a sembrar. Y al sembrar, una parte de la semilla cayó en el camino, y llegaron las aves y se la comieron. Otra parte cayó entre las piedras, donde no había mucha tierra; aquella semilla brotó pronto, porque la tierra no era profunda; pero el sol, al salir, la quemó, y como no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron. Pero otra parte cayó en buena tierra y dio una buena cosecha: unas espigas dieron cien granos por semilla, otras dieron sesenta y otras treinta.
MATEO 13:3-8 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Y les dijo en parábolas muchas cosas como estas: «Un sembrador salió a sembrar. Mientras iba esparciendo la semilla, una parte cayó junto al camino, y llegaron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, sin mucha tierra. Esa semilla brotó pronto porque la tierra no era profunda; pero, cuando salió el sol, las plantas se marchitaron y, por no tener raíz, se secaron. Otra parte de la semilla cayó entre espinos que, al crecer, la ahogaron. Pero las otras semillas cayeron en buen terreno, en el que se dio una cosecha que rindió treinta, sesenta y hasta cien veces más de lo que se había sembrado.