MATEO 12:22-25
MATEO 12:22-25 Reina Valera 2020 (RV2020)
Entonces llevaron ante Jesús a un endemoniado ciego y mudo y lo sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba. Toda la gente estaba atónita y decía: —¿Será este aquel Hijo de David? Pero los fariseos, al oírlo, decían: —Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, su príncipe. Jesús conocía sus pensamientos y les dijo: —Todo reino dividido contra sí mismo queda destruido y ninguna ciudad o casa dividida contra sí misma permanecerá.
MATEO 12:22-25 La Palabra (versión española) (BLP)
Llevaron entonces ante Jesús a un hombre ciego y mudo que estaba poseído por un demonio. Jesús lo sanó, de manera que el mudo comenzó a hablar y a ver. Todos los que presenciaron esto decían asombrados: —¿Será este el Hijo de David? Pero los fariseos, al oírlo, replicaron: —Si este expulsa a los demonios, es porque Belzebú, el propio jefe de los demonios, le da el poder para expulsarlos. Pero Jesús, que sabía lo que estaban pensando, les dijo: —Si una nación se divide en bandos, se destruye a sí misma. Y si una ciudad o una familia se divide en bandos, no puede subsistir.
MATEO 12:22-25 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Llevaron a Jesús un hombre endemoniado, que estaba ciego y mudo, y Jesús le devolvió la vista y el habla. Todos se preguntaban asombrados: –¿Será este el Hijo de David? Al oirlo, los fariseos dijeron: –Beelzebú, el jefe de los demonios, es quien ha dado a este hombre el poder de expulsarlos. Jesús, que sabía lo que estaban pensando, les dijo: “Toda nación dividida en bandos enemigos se destruye a sí misma, y una ciudad o una casa dividida en bandos no puede mantenerse.
MATEO 12:22-25 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Un día le llevaron un endemoniado que estaba ciego y mudo, y Jesús lo sanó, de modo que pudo ver y hablar. Toda la gente se quedó asombrada y decía: «¿No será este el Hijo de David?» Pero, al oírlo los fariseos, dijeron: «Este no expulsa a los demonios sino por medio de Beelzebú, príncipe de los demonios». Jesús conocía sus pensamientos, y les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo quedará asolado, y toda ciudad o familia dividida contra sí misma no se mantendrá en pie.