LUCAS 8:43-48
LUCAS 8:43-48 Reina Valera 2020 (RV2020)
Pero una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años y que había gastado en médicos todo cuanto tenía sin obtener remedio alguno para su mal, se acercó por detrás y tocó el borde del manto de Jesús. Al instante se detuvo la hemorragia. Entonces Jesús dijo: —¿Quién me ha tocado? Todos negaban haberlo hecho. Pedro dijo: —Maestro, la gente te aprieta, te oprime y preguntas ¿quién me ha tocado? Jesús insistió: —Alguien me ha tocado porque yo he sentido que de mí ha salido poder. Viendo la mujer que no había pasado desapercibida, se acercó temblando a Jesús y postrándose a sus pies declaró delante de todo el pueblo la causa por la que le había tocado y cómo al instante había sido curada. Jesús le dijo: —Hija, tu fe te ha salvado. Ve en paz.
LUCAS 8:43-48 La Palabra (versión española) (BLP)
Entonces, una mujer que padecía hemorragias desde hacía doce años y que había gastado toda su fortuna en médicos, sin lograr que ninguno la curase, se acercó a Jesús por detrás y le tocó el borde del manto. En aquel mismo instante se detuvo su hemorragia. Jesús preguntó: —¿Quién me ha tocado? Todos negaban haberlo hecho, y Pedro le dijo: —Maestro, es la gente que te rodea y casi te aplasta. Pero Jesús insistió: —Alguien me ha tocado, porque he sentido que un poder [curativo] salía de mí. Al ver la mujer que no podía ocultarse, fue temblando a arrodillarse a los pies de Jesús y, en presencia de todos, declaró por qué lo había tocado y cómo había quedado curada instantáneamente. Jesús le dijo: —Hija, tu fe te ha sanado. Vete en paz.
LUCAS 8:43-48 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Entre la gente había una mujer que desde hacía doce años estaba enferma, con hemorragias. Había gastado en médicos todo lo que tenía, pero ninguno la había podido sanar. Esta mujer se acercó a Jesús por detrás y tocó el borde de su capa, y en el acto se detuvo su hemorragia. Entonces Jesús preguntó: –¿Quién me ha tocado? Como todos negaban haberlo hecho, Pedro dijo: –Maestro, la gente te oprime y empuja por todos los lados. Pero Jesús insistió: –Alguien me ha tocado, porque he notado que de mí ha salido poder para sanar. La mujer, al ver que no podía ocultarse, fue temblando a arrodillarse a los pies de Jesús. Le confesó delante de todos por qué razón le había tocado y cómo había sido sanada en el acto. Jesús le dijo: –Hija, por tu fe has sido sanada. Vete tranquila.
LUCAS 8:43-48 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Había entre la gente una mujer que hacía doce años que padecía de hemorragias, sin que nadie pudiera sanarla. Ella se le acercó por detrás y tocó el borde del manto, y al instante cesó su hemorragia. ―¿Quién me ha tocado? —preguntó Jesús. Como todos negaban haberlo tocado, Pedro le dijo: ―Maestro, son multitudes las que te aprietan y te oprimen. ―No, alguien me ha tocado —replicó Jesús—; yo sé que de mí ha salido poder. La mujer, al ver que no podía pasar inadvertida, se acercó temblando y se arrojó a sus pies. En presencia de toda la gente, contó por qué lo había tocado y cómo había sido sanada al instante. ―Hija, tu fe te ha sanado —le dijo Jesús—. Vete en paz.