LUCAS 7:44-48
LUCAS 7:44-48 La Palabra (versión española) (BLP)
Y volviéndose a la mujer, dijo a Simón: —Mira esta mujer. Cuando llegué a tu casa, no me ofreciste agua para los pies; en cambio, ella me los ha bañado con sus lágrimas y me los ha secado con sus cabellos. Tampoco me diste el beso de bienvenida; en cambio ella, desde que llegué, no ha cesado de besarme los pies. Ni vertiste aceite sobre mi cabeza; pero ella ha derramado perfume sobre mis pies. Por eso te digo que, si demuestra tanto amor, es porque le han sido perdonados sus muchos pecados. A quien poco se le perdona, poco amor manifiesta. Luego dijo a la mujer: —Tus pecados quedan perdonados.
LUCAS 7:44-48 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Y volviéndose a la mujer, dijo a Simón: –¿Ves esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies; en cambio, esta mujer me ha bañado los pies con lágrimas y los ha secado con sus cabellos. No me besaste, pero ella, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies. No derramaste aceite sobre mi cabeza, pero ella ha derramado perfume sobre mis pies. Por esto te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; pero aquel a quien poco se perdona, poco amor manifiesta. Luego dijo a la mujer: –Tus pecados te son perdonados.
LUCAS 7:44-48 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Luego se volvió hacia la mujer y le dijo a Simón: ―¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me diste agua para los pies, pero ella me ha bañado los pies en lágrimas y me los ha secado con sus cabellos. Tú no me besaste, pero ella, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con aceite, pero ella me ungió los pies con perfume. Por esto te digo: si ella ha amado mucho, es que sus muchos pecados le han sido perdonados. Pero a quien poco se le perdona, poco ama. Entonces le dijo Jesús a ella: ―Tus pecados quedan perdonados.
LUCAS 7:44-48 Reina Valera 2020 (RV2020)
Y volviéndose hacia la mujer le dijo a Simón: —¿Ves esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para mis pies, mas ella ha bañado mis pies con lágrimas y los ha secado con sus cabellos. No me diste el beso al llegar, mas ella, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. No ungiste mi cabeza con aceite, mas ella ha ungido con perfume mis pies. Por eso te digo que le son perdonados sus muchos pecados, porque amó mucho; pero se le perdona poco a quien ama poco. Y a la mujer le dijo: —Tus pecados te son perdonados.