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LUCAS 6:1-16

LUCAS 6:1-16 Reina Valera 2020 (RV2020)

Un sábado pasaba Jesús por los sembrados y sus discípulos arrancaban espigas, las desgranaban con las manos y se las comían. Entonces les dijeron algunos de los fariseos: —¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido? Les respondió Jesús: —¿Ni siquiera habéis leído lo que hizo David cuando él y los que con él estaban sintieron hambre? ¿Cómo entró en la casa de Dios y tomó los panes de la proposición, y comió de ellos, algo que no estaba permitido hacer a nadie, sino solamente a los sacerdotes, y dio también a los que estaban con el? Y añadió: —El Hijo del Hombre es Señor aun del sábado. Aconteció también otro sábado que entró Jesús en la sinagoga y se puso a enseñar. Allí estaba también un hombre que tenía atrofiada la mano derecha. Los escribas y los fariseos acechaban a Jesús para ver si en sábado le sanaría y tener así un motivo para acusarle. Pero él, que sabía lo que estaban pensando, dijo al hombre de la mano atrofiada: —Ponte de pie ahí en medio. El hombre se puso de pie. Entonces Jesús les dijo: —Os preguntaré una cosa: ¿Está permitido en sábado hacer el bien o hacer el mal? ¿Salvar la vida o quitarla? Y mirando a todos los que le rodeaban dijo al hombre: —Extiende tu mano. Él lo hizo y su mano recobró la movilidad. Los escribas y fariseos, enfurecidos, se preguntaban qué podrían hacer contra Jesús. En aquellos días subió al monte y se pasó toda la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día llamó a sus discípulos y escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: a Simón, a quien también llamó Pedro; a su hermano Andrés; a Jacobo y a Juan; a Felipe y a Bartolomé; a Mateo, a Tomás y a Jacobo, hijo de Alfeo; a Simón, llamado Zelote; a Judas, hermano de Jacobo, y a Judas Iscariote, el traidor.

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LUCAS 6:1-16 La Palabra (versión española) (BLP)

Un sábado iba Jesús paseando por entre unos sembrados. Sus discípulos se pusieron a arrancar espigas y a comérselas desgranándolas entre las manos. Algunos fariseos dijeron: —¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido? Jesús les contestó: —¿No habéis leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, comió de ellos, algo que no estaba permitido hacer a nadie, sino solamente a los sacerdotes. Y dio también a quienes lo acompañaban. Y Jesús añadió: —¡El Hijo del hombre es Señor del sábado! Otro sábado entró Jesús en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía atrofiada la mano derecha. Los maestros de la ley y los fariseos, que estaban buscando un motivo para acusar a Jesús, se pusieron al acecho a ver si lo curaba, a pesar de ser sábado. Jesús, que sabía lo que estaban pensando, dijo al hombre de la mano atrofiada: —Ponte de pie ahí en medio. Él se levantó y se puso en medio. Entonces Jesús dijo a los otros: —Voy a haceros una pregunta: ¿Está permitido en sábado hacer el bien o hacer el mal? ¿Salvar una vida o dejarla perder? Y mirándolos a todos, dijo al hombre: —Extiende tu mano. Él la extendió, y la mano recuperó el movimiento. Ellos, sin embargo, llenos de furor, se preguntaban unos a otros qué podrían hacer contra Jesús. Por aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó toda la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, reunió a sus discípulos y escogió de entre ellos a doce, a quienes constituyó apóstoles. Fueron estos: Simón, al que llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, y Simón, el llamado Zelote; Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.

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LUCAS 6:1-16 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Un sábado pasaba Jesús entre los sembrados. Sus discípulos arrancaban espigas de trigo, las desgranaban entre las manos y se comían los granos. Entonces algunos fariseos les preguntaron: –¿Por qué hacéis algo que no está permitido en sábado? Jesús les contestó: –¿No habéis leído lo que hizo David en una ocasión en que él y sus compañeros tuvieron hambre? Entró en la casa de Dios y tomó los panes consagrados, comió de ellos y dio también a sus compañeros, a pesar de que solamente a los sacerdotes les estaba permitido comer de aquel pan. Y añadió: –El Hijo del hombre tiene autoridad sobre el sábado. Sucedió que otro sábado entró Jesús en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había en ella un hombre que tenía la mano derecha tullida; y los maestros de la ley y los fariseos espiaban a Jesús, por ver si lo sanaría en sábado y tener así algún pretexto para acusarle. Pero él, sabiendo lo que estaban pensando, dijo al hombre de la mano tullida: –Levántate y ponte ahí en medio. El hombre se levantó y se puso de pie, y Jesús dijo a los demás: –Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido hacer en sábado, el bien o el mal? ¿Salvar una vida o destruirla? Luego miró a todos los que le rodeaban y dijo a aquel hombre: –Extiende la mano. El hombre la extendió y su mano quedó sana. Pero los demás se llenaron de ira y comenzaron a discutir lo que podrían hacer contra Jesús. Por aquellos días, Jesús se fue a un cerro a orar, y pasó toda la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, reunió a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los cuales llamó apóstoles. Estos fueron: Simón, a quien puso también el nombre de Pedro; Andrés, hermano de Simón; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago hijo de Alfeo; Simón el celote, Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que traicionó a Jesús.

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LUCAS 6:1-16 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Un sábado, al pasar Jesús por los sembrados, sus discípulos se pusieron a arrancar unas espigas de trigo, y las desgranaban para comérselas. Por eso algunos de los fariseos les dijeron: ―¿Por qué hacéis lo que está prohibido hacer en sábado? Jesús les contestó: ―¿Nunca habéis leído lo que hizo David en aquella ocasión en que él y sus compañeros tuvieron hambre? Entró en la casa de Dios y, tomando los panes consagrados a Dios, comió lo que solo a los sacerdotes les está permitido comer. Y dio también a sus compañeros. Entonces añadió: ―El Hijo del hombre es Señor del sábado. Otro sábado entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada; así que los maestros de la ley y los fariseos, buscando un motivo para acusar a Jesús, no le quitaban la vista de encima para ver si sanaba en sábado. Pero Jesús, que sabía lo que estaban pensando, dijo al hombre de la mano paralizada: ―Levántate y ponte frente a todos. Así que el hombre se puso de pie. Entonces Jesús dijo a los otros: ―Voy a haceros una pregunta: ¿Qué está permitido hacer en sábado: hacer el bien o el mal, salvar una vida o destruirla? Jesús se quedó mirando a todos los que lo rodeaban, y dijo al hombre: ―Extiende la mano. Así lo hizo, y la mano quedó restablecida. Pero ellos se enfurecieron y comenzaron a discutir qué podrían hacer contra Jesús. Por aquel tiempo se fue Jesús a la montaña a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios. Al llegar la mañana, llamó a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los que nombró apóstoles: Simón (a quien llamó Pedro), su hermano Andrés, Jacobo, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Simón, al que llamaban el Zelote, Judas hijo de Jacobo, y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor.

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