LUCAS 5:36-39
LUCAS 5:36-39 La Palabra (versión española) (BLP)
Además les puso este ejemplo: —Nadie corta un trozo de tela a un vestido nuevo para remendar uno viejo. De hacerlo así, se estropearía el nuevo y al viejo no le quedaría bien la pieza del nuevo. Tampoco echa nadie vino nuevo en odres viejos, pues el vino nuevo rompe los odres, de modo que el vino se derrama y los odres se pierden. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos. Y nadie que haya bebido vino añejo querrá beber después vino nuevo, porque dirá que el añejo es mejor.
LUCAS 5:36-39 Reina Valera 2020 (RV2020)
Les contó entonces esta parábola: —Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo, porque el nuevo se rompe y al viejo no le conviene remiendo nuevo. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo romperá los odres y, consecuentemente, se derramará el vino y se perderán los odres. El vino nuevo se ha de echar en odres nuevos y lo uno y lo otro se conservan. Y nadie que haya bebido el vino añejo querrá luego beber el nuevo, porque dirá: El añejo es mejor.
LUCAS 5:36-39 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
También les contó esta parábola: –Nadie corta un trozo de un vestido nuevo para arreglar un vestido viejo. De hacerlo así, echará a perder el vestido nuevo; además el trozo nuevo no quedará bien en el vestido viejo. Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo hace que los odres revienten, y tanto el vino como los odres se pierden. Por eso hay que echar el vino nuevo en odres nuevos. Y nadie que beba vino añejo querrá después beber el nuevo, porque dirá que el añejo es mejor.
LUCAS 5:36-39 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Les contó esta parábola: ―Nadie quita un retazo de un vestido nuevo para remendar un vestido viejo. De hacerlo así, habrá rasgado el vestido nuevo, y el retazo nuevo no hará juego con el vestido viejo. Ni echa nadie vino nuevo en odres viejos. De hacerlo así, el vino nuevo hará reventar los odres, se derramará el vino y los odres se echarán a perder. Más bien, el vino nuevo debe echarse en odres nuevos. Y nadie que haya bebido vino añejo quiere el nuevo, porque dice: “El añejo es mejor”.