LUCAS 24:46-50
LUCAS 24:46-50 Reina Valera 2020 (RV2020)
Y añadió: —Así está escrito y así fue necesario que el Cristo padeciera y resucitara de los muertos al tercer día, y que se predicara en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas. Sabed que yo os enviaré la promesa de mi Padre, pero quedaos en Jerusalén hasta que seáis investidos del poder que viene desde lo alto. Después los llevó fuera de la ciudad hasta Betania y alzando sus manos los bendijo.
LUCAS 24:46-50 La Palabra (versión española) (BLP)
Y añadió: —Estaba escrito que el Mesías tenía que morir y que resucitaría al tercer día; y también que en su nombre se ha de proclamar a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén, un mensaje de conversión y de perdón de los pecados. Vosotros sois testigos de todas estas cosas. Mirad, yo voy a enviaros el don prometido por mi Padre. Quedaos aquí, en Jerusalén, hasta que recibáis la fuerza que viene de Dios. Más tarde, Jesús los llevó fuera de la ciudad, hasta las cercanías de Betania. Allí, levantando las manos, los bendijo.
LUCAS 24:46-50 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
y les dijo: –Está escrito que el Mesías tenía que morir y que resucitaría al tercer día; y que en su nombre, y comenzando desde Jerusalén, hay que anunciar a todas las naciones que se vuelvan a Dios, para que él les perdone sus pecados. Vosotros sois testigos de estas cosas. Y yo enviaré sobre vosotros lo que mi Padre prometió. Pero vosotros quedaos aquí, en Jerusalén, hasta que recibáis el poder que viene de Dios. Luego Jesús los llevó fuera de la ciudad, hasta Betania, y alzando las manos los bendijo.
LUCAS 24:46-50 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
―Esto es lo que está escrito —les explicó—: que el Cristo padecerá y resucitará al tercer día, y en su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas. Ahora voy a enviaros lo que ha prometido mi Padre; pero quedaos en la ciudad hasta que seáis revestidos del poder de lo alto. Después los llevó Jesús hasta Betania; allí alzó las manos y los bendijo.