LUCAS 2:15-19
LUCAS 2:15-19 La Palabra (versión española) (BLP)
Luego los ángeles volvieron al cielo, y los pastores se decían unos a otros: —Vamos a Belén, a ver eso que ha sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer. Fueron a toda prisa y encontraron a María, a José y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron todo lo que el ángel les había dicho acerca del niño. Y todos cuantos escuchaban a los pastores se quedaban asombrados de lo que decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas, meditándolas en lo íntimo de su corazón.
LUCAS 2:15-19 Reina Valera 2020 (RV2020)
Sucedió que cuando los ángeles se volvieron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: —Vayamos, pues, hasta Belén y veamos esto que ha sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer. Fueron apresuradamente y encontraron a María, a José y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron todo lo que el ángel les había dicho acerca del niño. Todos los que lo oyeron se maravillaron de lo que los pastores les decían, pero María guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón.
LUCAS 2:15-19 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Cuando los ángeles se volvieron al cielo, los pastores comenzaron a decirse unos a otros: –Vamos, pues, a Belén, a ver lo que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado. Fueron corriendo y encontraron a María, a José y al niño acostado en el pesebre. Al verlo se pusieron a contar lo que el ángel les había dicho acerca del niño, y todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores. María guardaba todo esto en su corazón, y lo tenía muy presente.
LUCAS 2:15-19 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «Vamos a Belén, a ver esto que ha pasado y que el Señor nos ha dado a conocer». Así que fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño que estaba acostado en el pesebre. Cuando vieron al niño, contaron lo que les habían dicho acerca de él, y cuantos lo oyeron se asombraron de lo que los pastores decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas.