LUCAS 15:3-7
LUCAS 15:3-7 La Palabra (versión española) (BLP)
Jesús entonces les contó esta parábola: —¿Quién de vosotros, si tiene cien ovejas y se le pierde una de ellas, no deja en el campo las otras noventa y nueve y va en busca de la que se le había perdido? Cuando la encuentra, se la pone sobre los hombros lleno de alegría y, al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos y les dice: «¡Alegraos conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido!». Pues yo os digo que, igualmente, hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesiten convertirse.
LUCAS 15:3-7 Reina Valera 2020 (RV2020)
Entonces él les contó esta parábola: —¿Quién de vosotros, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve solas en el desierto y va a buscar a la que se perdió hasta encontrarla? Y una vez que la ha encontrado, la pone sobre sus hombros gozoso. Luego llega a casa y reúne a sus amigos y vecinos y les dice: «Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido». Os digo que igualmente habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.
LUCAS 15:3-7 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Entonces Jesús les contó esta parábola: “¿Quién de vosotros, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las otras noventa y nueve en el campo y va en busca de la oveja perdida, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra la pone contento sobre sus hombros, y al llegar a casa junta a sus amigos y vecinos y les dice: ‘¡Felicitadme, porque ya he encontrado la oveja que se me había perdido!’ Os digo que hay también más alegría en el cielo por un pecador que se convierte, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
LUCAS 15:3-7 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Él entonces les contó esta parábola: «Supongamos que uno de vosotros tiene cien ovejas y pierde una de ellas. ¿No deja las noventa y nueve en el campo, y va en busca de la oveja perdida hasta encontrarla? Y, cuando la encuentra, lleno de alegría la carga en los hombros y vuelve a la casa. Al llegar, reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: “Alegraos conmigo; porque encontré la oveja que se me había perdido”. Os digo que así es también en el cielo: habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.