LUCAS 10:13-20
LUCAS 10:13-20 Reina Valera 2020 (RV2020)
¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han realizado en medio de vosotras, hace tiempo que sus habitantes se habrían convertido y lo habrían demostrado llevando luto y ceniza. Por eso, Tiro y Sidón serán tratados en el juicio con más clemencia que vosotras. Y tú, Capernaún, que te elevas hasta los cielos, ¡hasta el Hades caerás abatida! El que os escucha a vosotros, me escucha a mí. El que os rechaza, a mi me rechaza; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió. Los setenta regresaron con alegría diciendo: —¡Señor, hasta los demonios se someten a nosotros en tu nombre! Jesús contestó: —Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Os doy autoridad para que pisoteéis las serpientes, los escorpiones y todo el poder del enemigo, sin que nada ni nadie pueda dañaros. Pero no os alegréis tanto de que los espíritus se os sometan, como de que vuestros nombres estén escritos en los cielos.
LUCAS 10:13-20 La Palabra (versión española) (BLP)
¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han realizado en medio de vosotras, ya hace mucho tiempo que sus habitantes se habrían convertido y lo habrían demostrado llevando luto y ceniza. Por eso, Tiro y Sidón serán tratadas en el juicio con más clemencia que vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿crees que vas a ser encumbrada hasta el cielo? ¡Hasta el abismo, serás precipitada! El que os escuche a vosotros, es como si me escuchara a mí; el que os rechace a vosotros, es como si me rechazara a mí; y el que me rechace a mí, es como si rechazara al que me envió. Los setenta y dos volvieron llenos de alegría, diciendo: —¡Señor, hasta los demonios nos obedecen en tu nombre! Jesús les contestó: —He visto a Satanás que caía del cielo como un rayo. Os he dado autoridad para que pisoteéis las serpientes, los escorpiones y todo el poder del enemigo, sin que nada ni nadie pueda dañaros. Pero aun así, no os alegréis tanto de que los espíritus malignos os obedezcan como de que vuestros nombres estén escritos en el cielo.
LUCAS 10:13-20 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
“¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho entre vosotras, ya hace tiempo que su gente se habría vuelto a Dios y lo habría demostrado poniéndose ropas ásperas y sentándose en ceniza. Pero en el día del juicio el castigo para vosotras será peor que para la gente de Tiro y Sidón. Y tú, Cafarnaún, ¿crees que serás levantada hasta el cielo? ¡Hasta lo más hondo del abismo serás arrojada! “El que os escucha a vosotros me escucha a mí, y el que os rechaza a vosotros me rechaza a mí; y el que a mí me rechaza, rechaza al que me envió.” Los setenta y dos regresaron muy contentos, diciendo: –¡Señor, hasta los demonios nos obedecen en tu nombre! Jesús les dijo: –Sí, pues yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Os he dado poder para que pisoteéis serpientes y alacranes, y para que triunféis sobre toda la fuerza del enemigo sin sufrir ningún daño. Pero no os alegréis de que los espíritus os obedezcan, sino de que vuestros nombres ya estén escritos en el cielo.
LUCAS 10:13-20 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
»¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Si se hubieran hecho en Tiro y en Sidón los milagros que se hicieron en medio de vosotras, ya hace tiempo que se habrían arrepentido con grandes lamentos. Pero en el juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón que para vosotras. Y tú, Capernaún, ¿acaso serás levantada hasta el cielo? No, sino que descenderás hasta el abismo. »El que os escucha a vosotros me escucha a mí; el que os rechaza a vosotros me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí rechaza al que me envió». Cuando los setenta y dos regresaron, dijeron contentos: ―Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre. ―Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo —respondió él—. Sí, os he dado autoridad para pisotear serpientes y escorpiones y vencer todo el poder del enemigo; nada os podrá hacer daño. Sin embargo, no os alegréis de que podáis someter a los espíritus, sino alegraos de que vuestros nombres están escritos en el cielo.