LEVÍTICO 8:14-36
LEVÍTICO 8:14-36 Reina Valera 2020 (RV2020)
Luego hizo traer el becerro de la expiación. Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del animal, y Moisés lo degolló. Tomó entonces la sangre y la untó con sus dedos sobre los cuernos y alrededor del altar, para purificarlo, y derramó el resto de la sangre al pie del altar. Así lo santificó para hacer reconciliación sobre él. Tomó Moisés toda la grasa que estaba sobre los intestinos, el sebo del hígado y los dos riñones con su grasa, y lo hizo arder todo sobre el altar. Pero el becerro, su piel, su carne y su estiércol los quemó al fuego fuera del campamento, tal como el Señor se lo había mandado. Después hizo que trajeran el carnero del holocausto. Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del animal. Moisés lo degolló y roció la sangre en el altar, por todos sus lados. Cortó Moisés el carnero en trozos e hizo arder la cabeza, los pedazos y la grasa. Luego de lavar con agua los intestinos y las patas, Moisés quemó todo el carnero sobre el altar, como un holocausto de olor grato, una ofrenda que se quema para el Señor, tal como el Señor se lo había mandado. Después hizo que trajeran el otro carnero, el de las consagraciones. Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del animal, y Moisés lo degolló. Entonces tomó de su sangre, y la puso sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, sobre el dedo pulgar de su mano derecha y sobre el dedo pulgar de su pie derecho. Hizo acercarse luego a los hijos de Aarón, les puso de la sangre sobre el lóbulo de sus orejas derechas, sobre los pulgares de sus manos derechas y sobre los pulgares de sus pies derechos, y roció la sangre en el altar, por todos sus lados. Luego tomó la grasa, la cola, todo el sebo que estaba sobre los intestinos, el del hígado, los dos riñones con su grasa y la pierna derecha. Del canastillo de los panes sin levadura, que estaba delante del Señor, tomó una torta sin levadura, una torta de pan de aceite y una de hojaldre, y las puso con la grasa y la pierna derecha. Lo puso todo en manos de Aarón y en manos de sus hijos, e hizo mecerlo como ofrenda delante del Señor. Moisés tomó de nuevo aquellas cosas de sus manos, y las hizo arder en el altar sobre el holocausto. Eran las consagraciones de olor grato, una ofrenda quemada al Señor. Moisés tomó entonces el pecho, y lo meció como ofrenda delante del Señor; aquella era la parte del carnero de las consagraciones que pertenecía a Moisés, tal como el Señor se lo había mandado. Tomó luego Moisés del aceite de la unción y de la sangre que estaba sobre el altar, roció sobre Aarón y sobre sus vestiduras, sobre sus hijos y sobre sus vestiduras. Así santificó a Aarón y sus vestiduras, a sus hijos, y sus vestiduras. Moisés dijo a Aarón y a sus hijos: —Hervid la carne a la puerta del tabernáculo de reunión, y comedla allí con el pan que está en el canastillo de las consagraciones, según yo lo he mandado, al decir: Aarón y sus hijos la comerán. Quemaréis al fuego lo que sobre de la carne y del pan. De la puerta del tabernáculo de reunión no saldréis en siete días, hasta el día en que se cumpla el período de vuestras consagraciones, porque durante siete días seréis consagrados. Lo que hoy se ha hecho es lo que el Señor mandó, para hacer expiación por vosotros. A la puerta, pues, del tabernáculo de reunión estaréis día y noche durante siete días, y respetaréis la orden delante del Señor, para que no muráis, pues así me ha sido mandado. Aarón y sus hijos hicieron todas las cosas que mandó el Señor por medio de Moisés.
LEVÍTICO 8:14-36 La Palabra (versión española) (BLP)
Seguidamente hizo traer el novillo de la ofrenda de purificación, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del novillo de la ofrenda de purificación. Moisés lo degolló y, mojando su dedo en la sangre, untó con ella los salientes de los lados del altar, purificando de esta manera el altar; derramó el resto de la sangre al pie del altar, consagrándolo así para que se pudiera hacer la expiación sobre él. Tomó, finalmente, Moisés toda la grasa que envuelve las vísceras, la grasa del hígado y los dos riñones con su grasa, y lo quemó todo sobre el altar. El resto del novillo: piel, carne y excrementos, lo quemó Moisés fuera del campamento, como el Señor se lo había ordenado. Luego hizo traer el carnero del holocausto, sobre cuya cabeza pusieron las manos Aarón y sus hijos. Moisés lo degolló y con la sangre roció el altar por todos sus lados; después Moisés descuartizó el carnero y quemó la cabeza, los trozos y la grasa. Lavó con agua las vísceras y las patas y, tal como el Señor se lo había ordenado, quemó todo el carnero sobre el altar, como holocausto de olor grato ofrecido al Señor. Hizo luego traer el otro carnero, el carnero de la consagración, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero. Moisés lo degolló y con su sangre untó el lóbulo de la oreja derecha de Aarón y los pulgares de su mano y pie derechos. Hizo también Moisés que se acercaran los hijos de Aarón, y con la sangre del carnero untó el lóbulo de sus orejas derechas y los pulgares de sus manos y pies derechos, rociando también con la sangre el altar por todos sus lados. Tomó luego la grasa, la cola, toda la grasa que envuelve las vísceras, la grasa del hígado, los dos riñones con su grasa y el muslo derecho. Tomó también una torta sin levadura, una torta de pan de aceite y un hojaldre del canastillo que estaba ante el Señor conteniendo los panes sin levadura, y colocó todo esto junto con la grasa y con el muslo derecho. Puso todo en las manos de Aarón y de sus hijos, y estos hicieron el rito de la elevación ofreciéndolo en presencia del Señor. De nuevo Moisés lo tomó de manos de Aarón y de sus hijos y lo quemó en el altar sobre el holocausto. Fue este un sacrificio de consagración, sacrificio de grato olor ofrecido al Señor. Moisés tomó entonces el pecho haciendo con él el rito de la elevación en presencia del Señor. Esta fue la parte del carnero de la ofrenda de consagración, que correspondió a Moisés tal como el Señor se lo había ordenado al mismo Moisés. Tomó, finalmente, Moisés el aceite de la unción y la sangre del altar, rociando con ellos a Aarón y a sus ropas, a los hijos de Aarón y a sus ropas; y así quedaron consagrados Aarón, sus hijos y sus ropas. Moisés dijo a Aarón y a sus hijos: —Hervid la carne a la entrada de la Tienda del encuentro, y comedla allí, junto con el pan que está en el canastillo del sacrificio de consagración, según lo ordené cuando dije: «Lo comerán Aarón y sus hijos». Y lo que sobre de la carne y del pan, lo quemaréis. Y no os apartaréis de la entrada de la Tienda del encuentro durante siete días. Permaneceréis allí hasta el día que se cumpla el período de vuestra consagración que durará siete días. Lo que se ha hecho hoy, lo ha ordenado el Señor así para obtener vuestra expiación. Permaneceréis a la entrada de la Tienda del encuentro durante siete días y siete noches, cumpliendo lo previsto por el Señor, para que no muráis. Así me ha sido ordenado. Y Aarón y sus hijos cumplieron todo lo que el Señor había ordenado por medio de Moisés.
LEVÍTICO 8:14-36 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Después Moisés mandó traer el becerro que se sacrifica por el pecado, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del becerro. Entonces Moisés lo degolló y, tomando sangre con sus dedos, untó con ella los cuernos alrededor del altar, para purificarlo, y la sangre restante la derramó al pie del altar. Así el altar quedó consagrado para obtener allí el perdón de los pecados. Después Moisés tomó toda la grasa que cubre las vísceras, la parte grasa que está sobre el hígado, y los dos riñones con su grasa, y lo quemó todo sobre el altar; pero al resto del becerro, es decir, a su piel, carne y desechos, les prendió fuego fuera del campamento, tal como el Señor se lo había ordenado. Moisés hizo que acercaran el carnero que se ofrece en holocausto, y Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del carnero. Luego Moisés lo degolló, y derramó la sangre por encima y alrededor del altar, cortó el carnero en pedazos, y quemó la cabeza, los pedazos y la grasa; después lavó con agua las vísceras y las patas del carnero, y lo quemó todo en el altar como holocausto, como ofrenda de aroma agradable al Señor, tal como el Señor se lo había ordenado. Luego Moisés hizo que trajeran el otro carnero, el de la ceremonia de consagración, y Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del carnero. Después Moisés lo degolló, tomó un poco de sangre y untó con ella a Aarón la parte inferior de la oreja derecha, el pulgar de la mano derecha y el dedo gordo del pie derecho. Luego hizo que se acercaran los hijos de Aarón, y también les untó con sangre la parte inferior de la oreja derecha, el pulgar de la mano derecha y el dedo gordo del pie derecho; después derramó la sangre restante por encima y alrededor del altar. Luego Moisés tomó la grasa, la cola, toda la grasa que cubre las vísceras, la parte grasa que está sobre el hígado, los dos riñones con su grasa y el muslo derecho. Del canastillo de los panes sin levadura que se pone ante el Señor, tomó Moisés una torta sin levadura, una torta amasada con aceite y una hojuela, y las puso junto con las grasas y el muslo derecho; luego puso todo esto en las manos de Aarón y de sus hijos, para que celebraran ante el Señor el rito de presentación. Luego recogió Moisés todo esto de sus manos y lo quemó en al altar junto con el holocausto, como ofrenda de consagración de aroma agradable: ofrenda quemada en honor del Señor. Después Moisés tomó el pecho y celebró ante el Señor el rito de presentación. Esa parte del carnero de la consagración fue la que le tocó a Moisés, tal como el Señor se lo había ordenado. Tomó luego Moisés un poco de aceite de consagrar y de la sangre que estaba sobre el altar, y los roció sobre Aarón y sus hijos, así como sobre la ropa sacerdotal de todos ellos. Así consagró a Aarón y a sus hijos, y la ropa sacerdotal de todos ellos. Después Moisés dijo a Aarón y a sus hijos: “Coced la carne a la entrada de la tienda del encuentro, y comedla allí mismo con el pan del canastillo de las consagraciones, tal como el Señor me lo ordenó cuando dijo: ‘Aarón y sus hijos comerán esta carne.’ Quemad después la carne y el pan que sobren, y no os alejéis de la entrada de la tienda del encuentro durante siete días, que es lo que dura el periodo de vuestra consagración. El Señor ha ordenado que el rito para obtener el perdón de los pecados cometidos por vosotros se celebre tal como se ha hecho hoy. Por lo tanto, deberéis quedaros día y noche a la entrada de la tienda del encuentro, durante siete días. Respetad la orden del Señor y no moriréis, pues esa es la orden que recibí.” Aarón y sus hijos hicieron todo lo que el Señor había ordenado por medio de Moisés.
LEVÍTICO 8:14-36 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Luego hizo traer el novillo del sacrificio expiatorio, y Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del novillo. Después Moisés lo degolló y, tomando un poco de sangre con el dedo, la untó en los cuernos alrededor del altar para purificarlo. El resto de la sangre la derramó al pie del altar, y así lo consagró e hizo propiciación por él. Luego Moisés tomó toda la grasa que recubre los intestinos, el lóbulo del hígado, los dos riñones y su grasa, y los quemó en el altar. Pero el resto del novillo, es decir, la piel, la carne y el excremento, lo quemó en el fuego, fuera del campamento, tal como el SEÑOR se lo había mandado. Moisés mandó traer el carnero del holocausto, y Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del carnero. Moisés lo degolló, y derramó la sangre alrededor del altar. Cortó luego el carnero en trozos, y quemó la cabeza, los trozos y el sebo. Lavó con agua los intestinos y las patas, y luego quemó todo el carnero en el altar como holocausto de aroma grato, como ofrenda presentada por fuego al SEÑOR, tal como el SEÑOR se lo había mandado. Después Moisés mandó traer el otro carnero, el del sacrificio de ordenación, y Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del carnero. Moisés lo degolló, y tomando un poco de la sangre, se la untó a Aarón en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho. Además, hizo que los hijos de Aarón se acercaran, y les untó sangre en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho. Después derramó la sangre alrededor del altar. Tomó la grasa y la cola, y toda la grasa que cubre los intestinos, el lóbulo del hígado, los dos riñones y su grasa, y el muslo derecho, y tomando del canastillo que estaba colocado ante el SEÑOR un pan sin levadura, una oblea y una torta de pan amasada con aceite, lo puso todo sobre la grasa y el muslo derecho. Todo esto lo puso sobre las manos de Aarón y de sus hijos, y Aarón lo ofreció ante el SEÑOR como ofrenda mecida. Después se lo entregaron a Moisés, quien lo quemó en el altar, junto con el holocausto, como un sacrificio de ordenación de aroma grato, como una ofrenda presentada por fuego al SEÑOR. Luego, de la parte de la ofrenda que le pertenecía, Moisés tomó el pecho de la víctima y se lo presentó al SEÑOR como ofrenda mecida, tal como el SEÑOR se lo había mandado. Moisés tomó un poco del aceite de la unción y de la sangre del altar, y roció a Aarón y a sus hijos, junto con sus vestiduras. Así consagró Moisés a Aarón y a sus hijos, junto con sus vestiduras. Luego les dijo Moisés a Aarón y a sus hijos: «Coced la carne a la entrada de la Tienda de reunión, y comedla allí junto con el pan del sacrificio de ordenación, tal como ordené cuando dije: “Aarón y sus hijos se lo comerán”. Quemad después en el fuego el resto de la carne y del pan. Quedaos siete días a la entrada de la Tienda de reunión, hasta que se complete el rito de vuestra ordenación, que dura siete días. El SEÑOR mandó que se hiciera propiciación por vosotros, tal como se ha hecho hoy. Así que siete días con sus noches os quedaréis a la entrada de la Tienda de reunión, cumpliendo con lo que el SEÑOR ha prescrito, para que no muráis. Así me lo ha mandado el SEÑOR». Y Aarón y sus hijos hicieron todo lo que el SEÑOR había mandado por medio de Moisés.