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LEVÍTICO 5:1-13

LEVÍTICO 5:1-13 Reina Valera 2020 (RV2020)

Si alguien es llamado a declarar como testigo de algo que vio o supo, y no lo denuncia, comete pecado y cargará con la culpa. Asimismo, la persona que haya tocado cualquier cosa inmunda, sea cadáver de bestia, animal o reptil impuro, aunque no lo sepa, se hallará en estado de inmundicia ritual y se le contará como pecado. Si alguien, sin darse cuenta, toca cualquiera de las inmundicias humanas que lo pueden hacer impuro y después llega a saberlo, será culpable. Si alguien, sin entender demasiado bien lo que hace, jura a la ligera con sus labios hacer mal o hacer bien, en cualquier cosa que el hombre acostumbra a jurar, si después lo entiende, será culpable por cualquiera de estas cosas. Cuando peque en alguna de estas cosas, confesará aquello en que pecó, y para su expiación presentará al Señor, como ofrenda de expiación por el pecado que cometió, una hembra de los rebaños, una cordera o una cabra. Así le hará el sacerdote expiación por su pecado. Y si no tiene lo suficiente para un cordero, presentará al Señor, como expiación por el pecado que cometió, dos tórtolas o dos palominos, uno para la expiación y el otro para un holocausto. Los llevará al sacerdote, el cual ofrecerá primero el destinado a la expiación; le retorcerá el cuello pero no le arrancará la cabeza por completo. Luego rociará de la sangre de la expiación sobre un lado del altar, y lo que sobre de la sangre lo exprimirá al pie del altar. Es un sacrificio de expiación. Con el otro hará un holocausto conforme al rito. Así efectuará el sacerdote la expiación por el pecado en favor de aquel que lo cometió, y será perdonado. Pero si no tiene lo suficiente para dos tórtolas o dos palominos, el que pecó presentará como ofrenda por el pecado la décima parte de un efa de flor de harina. No pondrá sobre ella aceite ni incienso, pues es un sacrificio de expiación. La llevará entonces al sacerdote, el cual tomará de ella un puñado como memorial, y la hará arder en el altar sobre las ofrendas quemadas al Señor. Es un sacrificio de expiación. El sacerdote hará expiación por él, a causa del pecado que cometió en alguna de estas cosas, y será perdonado. Lo que sobre será del sacerdote, como en la ofrenda de oblación.

LEVÍTICO 5:1-13 La Palabra (versión española) (BLP)

Si alguien es citado a declarar como testigo y se niega a declarar lo que vio u oyó, incurre en pecado y cargará con las consecuencias de su pecado. Puede suceder que una persona toque inadvertidamente alguna cosa impura, sea el cadáver de una fiera, o el de un animal doméstico, o el de un reptil; aun cuando lo haya hecho sin saberlo, esa persona ha quedado impura y se ha hecho culpable. O puede haber tocado algo humano impuro —cualquier cosa que hace a una persona impura aun sin ser consciente de ello—; si luego llega a saberlo, se hará culpable. O puede suceder que alguien haya hecho un juramento a la ligera, tanto para hacer algo malo como algo bueno, sin darse cuenta de que ha jurado indebidamente; si luego cae en la cuenta de lo hecho, se hará culpable de ello. Pues bien, el que se haya hecho culpable de alguna de estas cosas, confesará su pecado y, como ofrenda de purificación por el pecado cometido, presentará al Señor una hembra de sus rebaños: una oveja o una cabra. De esta manera el sacerdote hará expiación por el pecado de esa persona. El que no tenga suficiente para una res de ganado menor, traerá al Señor como ofrenda de purificación por el pecado cometido dos tórtolas o dos pichones, el uno para ofrenda de purificación, y el otro para holocausto. Los presentará al sacerdote, quien primero sacrificará el ave destinada a la ofrenda de purificación, separando la cabeza del cuello, pero sin arrancarla del todo. Con la sangre de esta ofrenda de purificación asperjará a continuación la pared del altar; lo que sobre de la sangre lo exprimirá al pie del altar. Es una ofrenda de purificación. La segunda ave la ofrecerá en holocausto como está prescrito; así el sacerdote hará expiación por el pecado, y aquel que lo cometió será perdonado. Pero si ni siquiera tiene suficiente para dos tórtolas o dos pichones, el que pecó traerá como ofrenda dos kilos de flor de harina por su pecado. No pondrá sobre ella aceite, ni incienso, porque es una ofrenda de purificación. La traerá al sacerdote que tomará un puñado, como una porción simbólica, y la quemará en el altar junto con las otras ofrendas hechas al Señor. Es una ofrenda de purificación. De esta manera el sacerdote hará expiación por el pecado cometido, y aquel que pecó en alguna de estas cosas será perdonado. Lo que sobre será del sacerdote, como en el caso de la ofrenda de cereal.

LEVÍTICO 5:1-13 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

»Si alguien peca por negarse a declarar bajo juramento lo que vio o escuchó, sufrirá las consecuencias de su pecado. »Si alguien sin darse cuenta toca alguna cosa ritualmente impura, tal como el cadáver de un animal impuro, sea o no doméstico, o el cadáver de un reptil impuro, se vuelve impuro él mismo y es culpable. »Si alguien sin darse cuenta toca alguna impureza humana, cualquiera que esta sea, se vuelve impuro él mismo. Pero, al darse cuenta, será culpable. »Si alguien hace uno de esos juramentos que se acostumbra a hacer a la ligera, y sin saberlo jura hacer bien o mal, ha pecado. Pero, al darse cuenta, será culpable de haber hecho ese juramento. »Si alguien resulta culpable de alguna de estas cosas, deberá reconocer que ha pecado y llevarle al SEÑOR en sacrificio expiatorio por la culpa del pecado cometido una hembra del rebaño, que podrá ser una oveja o una cabra. Así el sacerdote hará expiación por ese pecado. »Si a alguien no le alcanza para comprar ganado menor, entonces le llevará al SEÑOR, como sacrificio por la culpa del pecado cometido, dos tórtolas o dos pichones de paloma, una de las aves como sacrificio por el pecado y la otra como holocausto. Se las llevará al sacerdote, quien primero ofrecerá el ave para el sacrificio expiatorio. Para esto, le retorcerá el cuello, pero sin desprenderle del todo la cabeza. Luego rociará un poco de la sangre del sacrificio expiatorio sobre un lado del altar, y al pie del altar exprimirá el resto de la sangre. Es un sacrificio expiatorio. Con la segunda ave hará un holocausto, como ya ha sido prescrito. Así el sacerdote hará expiación por el pecado cometido, y ese pecado le será perdonado. »Si a esa persona tampoco le alcanza para comprar dos tórtolas o dos pichones, presentará entonces en sacrificio expiatorio, como ofrenda por el pecado cometido, dos litros de flor de harina. Como se trata de un sacrificio expiatorio, no se le pondrá aceite ni incienso. Llevará este sacrificio al sacerdote, quien tomará un puñado de la ofrenda memorial y lo quemará en el altar junto con los sacrificios presentados por fuego al SEÑOR. Es un sacrificio expiatorio. Así el sacerdote hará expiación por el pecado cometido en alguna de estas cosas, y ese pecado le será perdonado. El resto de la ofrenda será para el sacerdote, como sucede con la ofrenda de cereal».

LEVÍTICO 5:1-13 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

“Si alguien es llamado a declarar como testigo de algo que vio o escuchó, y se niega a declarar, comete un pecado y debe cargar con la culpa. “Si alguien toca alguna cosa impura, como el cadáver de un animal impuro, sea salvaje o doméstico, o de un reptil impuro, quedará también impuro, y será culpable aun cuando no se haya dado cuenta. “Si alguien toca alguna impureza humana, cualquier cosa que le pueda dejar impuro, pero no se da cuenta en ese mismo momento, si después se da cuenta será culpable. “Si alguien pronuncia a la ligera un juramento de hacer algo bueno o malo –de esa clase de juramentos que se hacen sin pensar–, pero no se da cuenta en ese mismo momento, si después se da cuenta será culpable de cualquiera de estas cosas. “El que resulte culpable en cualquiera de estos casos, deberá confesar el pecado que cometió, y presentará al Señor una hembra de sus rebaños como sacrificio por el pecado cometido; puede ser una oveja o una cabra, y con este sacrificio el sacerdote obtendrá el perdón de los pecados de esa persona. “Si no tiene lo suficiente para comprar un cordero, deberá llevar al Señor dos tórtolas o dos pichones por el pecado cometido: uno de ellos como sacrificio por el pecado y el otro como holocausto. Los llevará al sacerdote, el cual presentará primero el que se ofrece por el pecado, retorciéndole el cuello aunque sin arrancarle la cabeza por completo; luego rociará un poco de la sangre del sacrificio por el pecado en un costado del altar, y la sangre restante la exprimirá al pie del altar, pues es sacrificio por el pecado. Con el segundo hará un holocausto, según lo establecido; así el sacerdote obtendrá el perdón del pecado cometido por esa persona, y el pecado le será perdonado. “Si no tiene ni siquiera para comprar dos tórtolas o dos pichones, deberá llevar como ofrenda por su pecado dos kilos de la mejor harina. No echará aceite ni pondrá incienso encima, porque es una ofrenda por el pecado. Se la llevará al sacerdote, el cual tomará un puñado como memorial y lo quemará en el altar junto con las ofrendas que se queman en honor del Señor. Es una ofrenda por el pecado, para que el sacerdote obtenga el perdón de cualquier pecado que esa persona haya cometido, y el pecado se le perdonará. Y, como en el caso de las ofrendas de cereales, la parte restante será para el sacerdote.”