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JOSUÉ 23:1-14

JOSUÉ 23:1-14 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Mucho tiempo después de que el SEÑOR le diera a Israel paz con sus enemigos cananeos, Josué, anciano y cansado, convocó a toda la nación, incluyendo a sus líderes, jefes, jueces y oficiales, y les dijo: «Yo ya soy muy viejo, y los años me pesan. Vosotros habéis visto todo lo que el SEÑOR vuestro Dios ha hecho con todas aquellas naciones a vuestro favor, pues él peleó las batallas por vosotros. Yo repartí por sorteo, como herencia de vuestras tribus, tanto las tierras de las naciones que aún quedan como las de aquellas que ya han sido conquistadas, entre el río Jordán y el mar Mediterráneo. El SEÑOR vuestro Dios expulsará a esas naciones de estas tierras, y vosotros tomaréis posesión de ellas, tal como él lo ha prometido. »Por lo tanto, esforzaos por cumplir todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés. No os apartéis de esa ley para nada. No os mezcléis con las naciones que aún quedan entre vosotros. No rindáis culto a sus dioses ni juréis por ellos. Permaneced fieles al SEÑOR vuestro Dios, como lo habéis hecho hasta ahora. El SEÑOR ha expulsado a esas grandes naciones que se han enfrentado con vosotros, y hasta ahora ninguna de ellas ha podido resistiros. Uno solo de vosotros hace huir a mil enemigos, porque el SEÑOR pelea por vosotros, tal como ha prometido. Haced, pues, todo lo que está de vuestra parte para amar al SEÑOR vuestro Dios. Porque si vosotros le dais la espalda a Dios y os unís a las naciones que aún quedan entre vosotros, mezclándoos y formando matrimonios con ellas, tened por cierto que el SEÑOR vuestro Dios no expulsará de entre vosotros a esas naciones. Por el contrario, ellas serán como red y trampa contra vosotros, como látigos en vuestras espaldas y espinas en vuestros ojos, hasta que desaparezcáis de esta buena tierra que el SEÑOR vuestro Dios os ha entregado. »Por mi parte, yo estoy a punto de ir por el camino que todo mortal transita. Vosotros bien sabéis que ninguna de las buenas promesas del SEÑOR vuestro Dios ha dejado de cumplirse al pie de la letra. Todas se han hecho realidad, pues él no ha faltado a ninguna de ellas.

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JOSUÉ 23:1-14 Reina Valera 2020 (RV2020)

Mucho tiempo después de que el Señor diera paz a Israel de todos los enemigos que lo rodeaban, Josué, ya viejo y entrado en años, llamó a todo Israel, a sus ancianos, sus jefes, sus jueces y sus oficiales, y les dijo: —Yo ya soy viejo y entrado en años. Vosotros habéis visto todo lo que el Señor, vuestro Dios, ha hecho con todas estas naciones a vuestro favor, pues el Señor, vuestro Dios, es quien ha peleado por vosotros. Yo os he repartido por suertes, como herencia para vuestras tribus, estas naciones, tanto las destruidas como las que quedan, desde el Jordán hasta el mar Grande, hacia donde se pone el sol. El Señor, vuestro Dios, las echará de delante de vosotros, las expulsará de vuestra presencia y vosotros poseeréis sus tierras, como el Señor, vuestro Dios, os ha dicho. Esforzaos, pues, mucho en cumplir y hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, sin apartaros de ello ni a la derecha ni a la izquierda. No os mezcléis con estas gentes de las naciones que han quedado con vosotros, ni hagáis mención ni juréis por el nombre de sus dioses, ni los sirváis, ni os inclinéis a ellos. Mas al Señor, vuestro Dios, seguiréis como habéis hecho hasta hoy. Pues el Señor delante de vosotros ha expulsado a naciones grandes y fuertes, y hasta hoy nadie os ha podido hacer frente. Un hombre de vosotros perseguirá a mil, porque el Señor, vuestro Dios, es quien pelea por vosotros, como él os dijo. Cuidad con esmero vuestras almas, para amar al Señor, vuestro Dios. Porque si os apartáis y os unís a lo que resta de gentes de estas naciones que han quedado con vosotros, y si concertáis con ellas matrimonios, os mezcláis con ellas y ellas con vosotros, sabed que el Señor, vuestro Dios, no echará más a estas naciones de delante de vosotros, sino que os serán como lazo, tropezadero y azote para vuestros costados y espinas para vuestros ojos, hasta que desaparezcáis de esta buena tierra que el Señor, vuestro Dios, os ha dado. Yo estoy próximo a morir. Reconoced, pues, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, que no se ha perdido una palabra de todas las palabras buenas que el Señor, vuestro Dios, ha dicho de vosotros; todas se han cumplido, se ha perdido ni una de ellas.

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JOSUÉ 23:1-14 La Palabra (versión española) (BLP)

Había pasado mucho tiempo desde que el Señor concediera a Israel la paz con todos los enemigos de alrededor. Josué, que era ya muy viejo, convocó a todo Israel, a sus ancianos, jefes, jueces y funcionarios, diciéndoles: —Yo soy un anciano muy entrado en años. Vosotros sois testigos de todo lo que el Señor, vuestro Dios, ha hecho ante vosotros con todos estos pueblos: él ha sido quien ha combatido por vosotros. Mirad, yo os he asignado por sorteo, como heredad para vuestras tribus, tanto esos pueblos que aún quedan por conquistar, como todos los pueblos que exterminé, desde el Jordán hasta el mar Grande de occidente. El Señor mismo, vuestro Dios, los expulsará y los privará de su tierra ante vosotros, y vosotros entraréis en posesión de su territorio, como os lo ha prometido el Señor, vuestro Dios. Poned el mayor esfuerzo en observar y cumplir todo lo prescrito en el libro de la Ley de Moisés, no desviándoos de ella ni a la derecha ni a la izquierda. No os mezcléis con esos pueblos que quedan todavía entre vosotros. No mentéis el nombre de sus dioses ni juréis por ellos. No les deis culto ni os postréis ante ellos. Permaneced unidos al Señor, vuestro Dios, como habéis hecho hasta el presente. El Señor ha expulsado delante de vosotros a pueblos numerosos y fuertes, y nadie os ha podido resistir hasta el presente. Uno solo de vosotros era capaz de perseguir a mil, porque el Señor mismo, vuestro Dios, era quien peleaba en vuestro lugar tal como os tenía prometido. Procurad con todo empeño amar al Señor, vuestro Dios: en ello os va la vida. Pero si os apartáis del Señor y os juntáis con ese resto de naciones que aún queda entre vosotros, si emparentáis con ellas y entráis en tratos con ellas, estad seguros de que el Señor, vuestro Dios, no seguirá arrojando delante de vosotros a esos pueblos. Serán para vosotros red, lazo, aguijón en vuestros costados y espina en vuestros ojos, hasta que desaparezcáis de esta espléndida tierra que os ha dado el Señor, vuestro Dios. Mirad que yo estoy ya próximo a morir. Reconoced en lo más íntimo de vuestro ser que ni una sola promesa ha fallado de todas las que el Señor vuestro Dios os había hecho. Todas se han cumplido; ni una sola ha quedado sin cumplir.

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JOSUÉ 23:1-14 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Mucho tiempo después de que el Señor diera a los israelitas paz con sus enemigos, y cuando ya Josué era viejo, mandó llamar Josué a todos los israelitas, con sus ancianos, jefes, jueces y oficiales, y les dijo: “Yo ya soy viejo y los años me pesan. Vosotros habéis visto todo lo que el Señor hizo a todos estos pueblos que se os oponían, pues él es quien ha peleado por vosotros. Yo repartí por sorteo todas estas tierras entre las tribus. No repartí solo los territorios ya conquistados, sino también los que quedan por conquistar, desde el río Jordán al este hasta el mar Mediterráneo al oeste. El Señor va a echar de esas tierras a los que viven en ellas, y vosotros las tomaréis, tal como el Señor vuestro Dios lo ha prometido. “Esforzaos en cumplir todo lo que dice el libro de la ley de Moisés; cumplidlo al pie de la letra. No os mezcléis con la otra gente que todavía vive aquí entre vosotros. No adoréis a sus dioses, ni los obedezcáis; ni siquiera mencionéis el nombre de esos dioses, ni juréis por ellos. Seguid siempre al Señor vuestro Dios, como lo habéis hecho hasta ahora. El Señor ha arrojado de delante de vosotros a pueblos grandes y fuertes, y hasta el día de hoy nadie ha podido resistir ante vosotros. Uno solo de vosotros puede hacer huir a mil, porque el Señor vuestro Dios pelea a vuestro favor, como él mismo lo prometió. Tened, pues, cuidado de vosotros mismos y amad al Señor vuestro Dios. Porque quiero que sepáis esto: que si os apartáis de Dios y os mezcláis con esta gente que ha quedado entre vosotros, y hacéis matrimonios entre unos y otros, el Señor vuestro Dios no echará a estos pueblos de vuestra presencia, sino que los usará como red y trampa para que vosotros caigáis, y como látigo sobre vuestras espaldas, y como espinas en vuestros ojos, hasta que no quede ni uno solo de vosotros en esta tierra tan buena que el Señor vuestro Dios os ha dado. “Yo ya voy a morir, pero antes quiero que reconozcáis de todo corazón y con toda el alma que se han cumplido todas las cosas buenas que el Señor os prometió. Ni una sola de sus promesas ha quedado sin cumplir.

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