JONÁS 2:1-6
JONÁS 2:1-6 Reina Valera 2020 (RV2020)
Entonces oró Jonás al Señor, su Dios, desde el vientre del pez: Invoqué en mi angustia al Señor, y él me oyó; desde el seno del seol clamé, y mi voz oíste. Me echaste a lo profundo, en medio de los mares; me envolvió la corriente. Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. Entonces dije: «He sido expulsado lejos de tu presencia, pero aún volveré a ver tu santo templo». Las aguas me envolvieron hasta el alma, me cercó el abismo, el alga se enredó en mi cabeza. Descendí a los cimientos de los montes. La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; mas tú sacaste mi vida de la sepultura, Señor, Dios mío.
JONÁS 2:1-6 La Palabra (versión española) (BLP)
El Señor dispuso entonces que Jonás fuera tragado por un gran pez en cuyo vientre permaneció durante tres días y tres noches. Desde el vientre del pez, Jonás suplicó al Señor, su Dios, con estas palabras: En mi angustia clamé al Señor y fui atendido por él; desde las profundidades del reino de los muertos pedí auxilio y tú me escuchaste. Me arrojaste a las simas del mar, sus corrientes me cercaron, tu recio oleaje me arrolló. Me dije: «He sido expulsado lejos de tu presencia, pero aún volveré a ver tu Templo santo». Las aguas me anegaron hasta el cuello, el abismo me envolvía, las algas se enredaban en mi cabeza.
JONÁS 2:1-6 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Jonás oró al Señor su Dios desde dentro del pez, diciendo: “En mi angustia clamé a ti, Señor, y tú me respondiste. Desde las profundidades de la muerte clamé a ti, y tú me oíste. Me arrojaste a lo más hondo del mar y las corrientes me envolvieron. Las grandes olas que tú mandas pasaban sobre mí. Llegué a sentirme echado de tu presencia; pensé que no volvería a ver tu santo templo. Las aguas me rodeaban por completo, me cubría el mar profundo y las algas se enredaban en mi cabeza. Me hundí hasta el fondo del abismo: ¡Ya me sentía su eterno prisionero! Pero tú, Señor, mi Dios, me salvaste de la muerte.
JONÁS 2:1-6 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Entonces Jonás oró al SEÑOR su Dios desde el vientre del pez. Dijo: «En mi angustia clamé al SEÑOR, y él me respondió. Desde las entrañas del sepulcro pedí auxilio, y tú escuchaste mi clamor. A lo profundo me arrojaste, al corazón mismo de los mares; las corrientes me envolvían, todas tus ondas y tus olas pasaban sobre mí. Y pensé: “He sido expulsado de tu presencia. ¿Cómo volveré a contemplar tu santo templo?” Las aguas me llegaban hasta el cuello, lo profundo del océano me envolvía; las algas se me enredaban en la cabeza, arrastrándome a los cimientos de las montañas. Me tragó la tierra, y para siempre sus cerrojos se cerraron sobre mí. Pero tú, SEÑOR, Dios mío, me rescataste de la fosa.