JONÁS 1:7-16
JONÁS 1:7-16 Reina Valera 2020 (RV2020)
Entre tanto, cada uno decía a su compañero: —Venga, echemos suertes para saber a quién se debe nuestra desgracia. Echaron, pues, suertes, y la suerte cayó sobre Jonás. Entonces ellos le dijeron: —Dinos por qué nos ha sobrevenido esta desgracia. ¿Qué oficio tienes y de dónde vienes? ¿Cuál es tu tierra y de qué pueblo eres? Él les respondió: —Soy hebreo y temo al Señor, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra. Aquellos hombres sintieron un gran temor y le dijeron: —¿Por qué has hecho esto? Pues ellos supieron que huía de la presencia del Señor por lo que él les había contado. Como el mar se embravecía cada vez más, le preguntaron: —¿Qué haremos contigo para que el mar se calme? Él les respondió: —Tomadme y echadme al mar, y el mar se calmará porque yo sé que esta violenta tempestad os ha sobrevenido por culpa mía. Aquellos hombres se esforzaron por hacer volver la nave a tierra, pero no pudieron, porque el mar se embravecía cada vez más contra ellos. Entonces clamaron al Señor y dijeron: —Te rogamos ahora, Señor, que no perezcamos nosotros por la vida de este hombre, ni nos hagas responsables de la sangre de un inocente; porque tú, Señor, has obrado como has querido. Tomaron luego a Jonás y lo echaron al mar; y se aquietó el furor del mar. Sintieron aquellos hombres gran temor ante el Señor, le ofrecieron un sacrificio y le hicieron votos.
JONÁS 1:7-16 La Palabra (versión española) (BLP)
Seguidamente comenzaron a decirse unos a otros: —Echemos suertes para saber a quién se debe nuestra desgracia. Así pues, echaron suertes y le tocó a Jonás. Entonces le dijeron: —Dinos por qué nos ha sobrevenido esta desgracia. ¿Cuál es tu trabajo? ¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu país? ¿De qué pueblo eres? Jonás les respondió así: —Yo soy hebreo y adoro al Señor, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra firme. Al oírlo, aquellos hombres fueron presa de un gran temor y, habiendo comprendido por la confesión de Jonás que este iba huyendo del Señor, le preguntaron: —¿Qué es lo que has hecho? Pero como el mar seguía encrespándose, volvieron a preguntarle: —¿Qué podríamos hacer contigo para que el mar se calme? Él les contestó: —Tiradme al mar, y el mar se calmará porque yo sé que esta violenta tempestad os ha sobrevenido por culpa mía. Sin embargo, los marineros se pusieron a remar con la intención de volver a tierra firme; pero no pudieron lograrlo porque el mar se embravecía más y más alrededor de ellos. Clamaron entonces al Señor diciendo: —Te suplicamos, oh Señor, que no perezcamos nosotros por causa de este hombre, y que tampoco nos hagas responsables de la vida de un inocente, porque tú, oh Señor, has actuado según tu beneplácito. Luego alzaron a Jonás, lo arrojaron al agua y el mar se calmó. Al ver esto, aquellos marineros se sintieron sobrecogidos por un gran respeto hacia el Señor y le ofrecieron un sacrificio acompañado de promesas.
JONÁS 1:7-16 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Los marineros, entre tanto, se decían unos a otros: –Vamos a echar suertes, para ver quién tiene la culpa de esta desgracia. Echaron, pues, suertes, y Jonás resultó ser el culpable. Entonces le dijeron: –Dinos por qué nos ha venido esta desgracia. ¿Qué negocio te ha traído aquí? ¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu país? ¿De qué raza eres? Jonás les contestó: –Soy hebreo, y rindo culto al Señor, el Dios del cielo, creador del mar y de la tierra. Jonás contó a los marineros que estaba huyendo del Señor; y ellos, al oirlo, y al ver el mar cada vez más agitado, sintieron aún más miedo y le preguntaron: –¿Por qué has hecho eso? ¿Y qué podemos hacer contigo para que el mar se calme? –Pues echadme al mar, y el mar se calmará –contestó Jonás–. Yo sé bien que soy el culpable de que esta tremenda tempestad se os haya venido encima. Los marineros se pusieron a remar con todas sus fuerzas para acercarse a tierra, pero no lo lograron, porque el mar se embravecía por momentos. Entonces clamaron al Señor diciendo: “Señor, no nos dejes morir por culpa de este hombre. Y si es inocente, no nos hagas responsables de su muerte, porque tú, Señor, actúas según tu voluntad.” Dicho esto, echaron a Jonás al mar, y el mar se calmó. Al verlo, los marineros sintieron una profunda reverencia por el Señor, y le ofrecieron un sacrificio y le hicieron promesas.
JONÁS 1:7-16 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Los marineros, por su parte, se dijeron unos a otros: ―¡Vamos, echemos suertes para averiguar quién tiene la culpa de que nos haya venido este desastre! Así lo hicieron, y la suerte recayó en Jonás. Entonces le preguntaron: ―Dinos ahora, ¿quién tiene la culpa de que nos haya venido este desastre? ¿A qué te dedicas? ¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu país? ¿A qué pueblo perteneces? ―Soy hebreo y temo al SEÑOR, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra firme —les respondió. Al oír esto, los marineros se aterraron aún más y, como sabían que Jonás huía del SEÑOR, pues él mismo se lo había contado, le dijeron: ―¡Qué es lo que has hecho! Pero el mar se iba enfureciendo más y más, así que le preguntaron: ―¿Qué vamos a hacer contigo para que el mar deje de azotarnos? Tomadme y lanzadme al mar, y el mar dejará de azotaros —les respondió—. Yo sé bien que por mi culpa se ha desatado sobre vosotros esta terrible tormenta. Sin embargo, en un intento por regresar a tierra firme, los marineros se pusieron a remar con todas sus fuerzas; pero, como el mar se enfurecía más y más contra ellos, no lo consiguieron. Entonces clamaron al SEÑOR: «Oh SEÑOR, tú haces lo que quieres. No nos hagas perecer por quitarle la vida a este hombre, ni nos hagas responsables de la muerte de un inocente». Así que tomaron a Jonás y lo lanzaron al agua, y la furia del mar se aplacó. Al ver esto, se apoderó de ellos un profundo temor al SEÑOR, a quien le ofrecieron un sacrificio y le hicieron votos.