JOB 6:15-30
JOB 6:15-30 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Pero vosotros, mis amigos, me habéis fallado como arroyos que se quedan secos. El agua baja turbia, revuelta con el hielo y la nieve; pero pasa el deshielo y se secan los arroyos, viene el calor y se acaba el agua. Hacen que las caravanas se desvíen de su camino, y que avancen por el desierto y mueran. Las caravanas de Temá y de Sabá buscan llenas de esperanza esos arroyos, pero al llegar se ven decepcionadas, queda frustrada su esperanza. Así sois vosotros para mí: veis mi horrible situación, y sentís miedo. Pero yo no os he pedido nada: ni que deis dinero por salvarme, ni que me libréis de un enemigo o me rescatéis de manos de los bandidos. Dadme lecciones, y guardaré silencio: mostradme el error que he cometido. Nadie puede rechazar un argumento correcto, pero vosotros me habéis acusado sin razón. Me criticáis por mis palabras, palabras locas que se lleva el viento. ¡Capaces sois de jugaros la vida de un huérfano y aun de vender a vuestro propio amigo! Miradme ahora cara a cara; decidme si miento. Retirad lo dicho, no seáis injustos; reconoced que tengo razón. ¿Acaso creéis que soy un mentiroso que no se da cuenta de lo que dice?
JOB 6:15-30 Reina Valera 2020 (RV2020)
Pero mis hermanos me han traicionado como un torrente; han pasado como las corrientes impetuosas que bajan turbias por el deshielo y mezcladas con la nieve, que al llegar el verano se secan, y con el calor desaparece su cauce. Los caminantes se apartan de su rumbo y se pierden en el desierto. Las caravanas de Temán buscan esas aguas, y los caminantes de Sabá suspiran por ellas; pero se frustra su esperanza al venir hasta ellas y ver que ya no existen. Ahora, ciertamente como ellas sois vosotros, pues habéis visto el horror y tenéis miedo. ¿Acaso os he pedido algo o me he aprovechado de vuestros bienes para que me librarais de manos del opresor, o me rescataseis del poder de los violentos? Instruidme, y yo callaré; hacedme entender en qué he errado. ¡Cuán provechosas son las palabras rectas! Pero ¿qué reprocha vuestra censura? ¿Pretendéis censurar las palabras y los discursos de un desesperado, que son como el viento? Vosotros os arrojáis sobre el huérfano y caváis una fosa para vuestro amigo. Ahora, pues, si queréis, miradme, y ved si estoy mintiendo ante vosotros. Consideradlo ahora de nuevo, pero no seáis injustos; reconsiderad mi causa y ved si es justa. ¿Es que hay iniquidad en mi lengua, o acaso no puede mi paladar discernir lo malo?
JOB 6:15-30 La Palabra (versión española) (BLP)
pero mis hermanos me engañan como un torrente, como una rambla cuando ha pasado la riada. Cuando se funde el hielo [los torrentes] bajan turbios, crecidos con la nieve derretida; pero llega el estiaje y se secan, el calor reseca su cauce; las huellas de su curso se difuminan, desaparecen cuando penetran en el desierto. Los divisan las caravanas de Temá, los buscan los comerciantes de Sabá; mas su esperanza acaba frustrada: al llegar se sienten defraudados. También vosotros sois nada, veis un desastre y tembláis. ¿Acaso os he pedido algo o me he aprovechado de vuestros bienes para que me librarais de manos enemigas o me rescataseis de manos violentas? Si me explicáis las cosas, callaré; hacedme ver en qué me he equivocado; los argumentos razonados persuaden, ¿pero qué demuestran vuestras razones? ¡Creéis que un discurso zanja una cuestión y que solo es viento la voz desesperada! Seríais capaces de rifaros un huérfano, de poner precio a vuestro propio amigo. Miradme ahora frente a frente, que no he de mentiros a la cara. Volved, y que no haya trampas; volved, que sigue intacta mi honradez. ¿Percibís malicia en mi lengua? ¿No distingo lo que es falso cuando hablo?
JOB 6:15-30 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Pero mis hermanos son arroyos inconstantes; son corrientes desbordadas: se enturbian cuando el hielo se derrite, se ensanchan al derretirse la nieve, pero dejan de fluir durante las sequías, ¡en pleno calor desaparecen de sus lechos! Las caravanas se apartan de sus rutas; se encaminan al desierto, y allí mueren. Las caravanas de Temá van en busca de agua, los mercaderes de Sabá abrigan esperanzas. Se desaniman, a pesar de su confianza; llegan allí y se quedan frustrados. Lo mismo pasa con vosotros: ¡veis algo espantoso, y os asustáis! ¿Quién os ha pedido que me deis algo, o que paguéis con vuestro dinero mi rescate? ¿Quién os ha pedido que me libréis de mi enemigo, o que me rescatéis de las garras de los tiranos? »Instruidme, y me quedaré callado; mostradme en qué estoy equivocado. Las palabras justas no ofenden, ¡pero vuestros argumentos no prueban nada! ¿Me vais a juzgar por mis palabras, sin ver que provienen de un desesperado? ¡Vosotros echaríais suertes hasta por un huérfano, y venderíais a vuestro amigo por cualquier cosa! »Tened la bondad de mirarme a los ojos. ¿Creéis que os mentiría en vuestra propia cara? Reflexionad, no seáis injustos; reflexionad, que en esto radica mi integridad. ¿Acaso hay maldad en mi lengua? ¿No puede mi paladar discernir la maldad?