JOB 4:12-21
JOB 4:12-21 Reina Valera 2020 (RV2020)
El asunto me llegó como un susurro; mis oídos lograron percibirlo. En la imaginación de visiones nocturnas, cuando el sueño cae sobre los hombres, me sobrevino un espanto y un temblor que estremeció todos mis huesos: y al pasar un soplo por delante de mí, se erizó el pelo de mi cuerpo. Delante de mis ojos se detuvo un espíritu cuyo rostro no reconocí, y le oí decir muy quedo: «¿Será el mortal más justo que Dios? ¿Será el hombre más puro que el que lo hizo? Si ni siquiera en sus siervos confía, y aun en sus ángeles descubre el error, ¡cuánto más en los que habitan en casas de barro cimentadas en el polvo, que serán aplastadas como la polilla! De la mañana a la tarde son destruidos, y se pierden para siempre sin haber quien repare en ello. Su belleza se pierde con ellos, y mueren sin haber adquirido sabiduría».
JOB 4:12-21 La Palabra (versión española) (BLP)
Me llegó una palabra furtiva, escuché su suave susurro; entre pesadillas y visiones nocturnas, cuando el sopor rinde a los humanos, el terror y la agitación me atenazaron, se estremecieron todos mis huesos. Un viento rozó mi rostro, se erizó el vello de mi cuerpo. Allí estaba, no lo reconocí, pero su imagen permanecía ante mí. Una voz rasgó el silencio: ¿«Puede un mortal ser justo ante Dios, un ser humano ser puro ante su Hacedor»? Si ni siquiera confía en sus siervos, y hasta en sus mensajeros ve defectos, ¿qué decir de los que moran entre adobes, en casas construidas sobre barro? ¡Se los aplasta igual que a la polilla! De la mañana al atardecer se derrumban, desaparecen sin que a nadie le importe; les arrancan los vientos de su tienda y mueren por falta de sabiduría.
JOB 4:12-21 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Calladamente me llegó un mensaje, tan suave que apenas escuché un murmullo. Por la noche, cuando el sueño cae sobre los hombres, tuve una inquietante pesadilla. El terror se apoderó de mí; todos los huesos me temblaban. Un soplo me rozó la cara y la piel se me erizó. Alguien estaba allí, y pude ver su silueta aunque no el aspecto que tenía. Todo era silencio... Luego oí una voz: “¿Puede el hombre ser justo ante Dios? ¿Puede ser puro ante su creador? Ni aun sus servidores celestiales merecen toda su confianza. Si hasta en sus ángeles encuentra Dios defectos, ¡cuánto más en el hombre, que es tan débil como una casa de barro construida sobre el polvo y que puede ser aplastado como la polilla! Entre la mañana y la tarde es destruido; muere para siempre, y a nadie le importa. Su vida acaba como un hilo que se corta; muere sin haber alcanzado sabiduría.”
JOB 4:12-21 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
»En lo secreto me llegó un mensaje; mis oídos captaron solo su murmullo. Entre inquietantes visiones nocturnas, cuando cae sobre los hombres un sueño profundo, me hallé presa del miedo y del temblor; mi esqueleto entero se sacudía. Sentí sobre mi rostro el roce de un espíritu, y se me erizaron los cabellos. Una silueta se plantó frente a mis ojos, pero no pude ver quién era. Detuvo su marcha, y escuché una voz que susurraba: »“¿Puede un simple mortal ser más justo que Dios? ¿Puede ser más puro el hombre que su creador? Pues, si Dios no confía en sus propios siervos, y aun a sus ángeles acusa de cometer errores, ¡cuánto más a los que habitan en casas de barro cimentadas sobre el polvo y expuestos a ser aplastados como polilla! Entre la aurora y el ocaso pueden ser destruidos y perecer para siempre, sin que a nadie le importe. ¿No se arrancan acaso las estacas de su tienda? ¡Mueren sin haber adquirido sabiduría!”