JOB 36:5-11
JOB 36:5-11 La Palabra (versión española) (BLP)
Dios es poderoso y no vacila, poderoso y de firmes decisiones. No permite que viva el malvado, sino que hace justicia al afligido; no aparta sus ojos de los justos: los pone junto a reyes, en sus tronos, los entroniza y exalta para siempre. Pero si Dios los carga de cadenas y los ata con sogas de aflicción, es para denunciar sus acciones, sus delitos nacidos del orgullo; hace que ellos escuchen su advertencia, los conmina a dejar el pecado. Si escuchan y saben ser dóciles, su vida se colmará de prosperidad, el bienestar acompañará su existencia
JOB 36:5-11 Reina Valera 2020 (RV2020)
Dios es grande, pero no desestima a nadie. Es poderosa la fuerza de su sabiduría. No concede vida al impío, pero a los afligidos otorga sus derechos. No aparta sus ojos de los justos; antes bien, con los reyes los sienta en un trono y los exalta para siempre. Aun si estuvieran sujetos con grillos, aprisionados con cuerdas de aflicción, él les daría a conocer las obras que hicieron y cómo prevalecieron sus rebeliones. Hace que ellos escuchen su advertencia, y los conmina a apartarse del mal. Si ellos escuchan y le sirven, acabarán sus días con bienestar y sus años con dicha.
JOB 36:5-11 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Dios, poderoso e inmensamente sabio, no desprecia al inocente. No perdona la vida al malvado, pero hace justicia a los pobres; siempre protege a los hombres rectos; afirma a los reyes en sus tronos y los mantiene en alta posición. Pero si son sujetados con cadenas y el dolor los atormenta, Dios les hace ver el mal que cometieron y cómo se dejaron llevar por el orgullo. Les habla para corregirles y pedirles que dejen su maldad. Si le hacen caso y se someten, gozan de dicha y felicidad por el resto de sus días.
JOB 36:5-11 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
»Dios es poderoso, pero no rechaza al inocente; Dios es poderoso, y todo lo entiende. Al malvado no lo mantiene con vida; al afligido le hace valer sus derechos. Cuida siempre de los justos; los hace reinar en compañía de reyes y los exalta para siempre. Pero, si son encadenados, si la aflicción los domina, Dios denuncia sus acciones y la arrogancia de su pecado. Les hace prestar oído a la corrección y les pide apartarse del mal. Si ellos le obedecen y le sirven, pasan el resto de su vida en prosperidad, pasan felices los años que les quedan.