JOB 13:1-28
JOB 13:1-28 Reina Valera 2020 (RV2020)
Todas estas cosas han visto mis ojos, y han oído y entendido mis oídos. Como vosotros lo sabéis, lo sé yo: no soy menos que vosotros. Mas yo querría hablar con el Todopoderoso, querría razonar con Dios. Vosotros, ciertamente, sois fraguadores de mentira; todos vosotros sois médicos inútiles. ¡Ojalá os callarais por completo, pues así demostraríais sabiduría! Escuchad ahora mi razonamiento; estad atentos a los argumentos de mis labios. ¿Hablaréis iniquidad por defender a Dios? ¿Hablaréis con engaño por exculparle? ¿Seréis parciales con las personas para favorecerle? ¿Lucharéis vosotros en defensa de Dios? ¡Bueno sería que él os examinara! ¿Os burlaréis de él como quien se burla de un mortal? Él, sin duda, os reprochará, si solapadamente sois parciales con las personas. Sin duda, su majestad os habría de espantar; su pavor habría de caer sobre vosotros. ¡Vuestras máximas son refranes de ceniza, y vuestra defensa es tan frágil como el barro! Escuchadme, yo hablaré, y que me venga después lo que me venga. ¿Por qué he de arrancar yo mi carne con mis dientes y he de tomar mi vida en mis manos? Aunque él me mate, en él esperaré. Ciertamente, defenderé delante de él mis caminos, y él mismo será mi salvación, porque el impío no podrá entrar en su presencia. Escuchad con atención mi razonamiento, y mi declaración penetre en vuestros oídos. Si yo ahora expongo mi causa, sé que seré justificado. ¿Quién quiere contender conmigo? Porque si ahora callo, moriré. Haz conmigo tan solo dos cosas, y entonces no me esconderé de tu rostro: Aparta de mí tu mano, y deja de infundirme tanto miedo. Llámame luego y yo responderé; o yo hablaré y tú me responderás. ¿Cuántos son mis pecados e iniquidades? Hazme entender mi transgresión y mi pecado. ¿Por qué escondes tu rostro y me tienes por enemigo? ¿Vas a quebrantar la hoja que arrebata el viento y vas a perseguir una paja seca? ¿Por qué dictas amarguras contra mí y me cargas con los pecados de mi juventud? Pones, además, mis pies en el cepo, vigilas todos mis caminos y pones cerco a las plantas de mis pies. Así, mi cuerpo se va gastando como comido de carcoma, como un vestido que roe la polilla.
JOB 13:1-28 La Palabra (versión española) (BLP)
Todo esto ya lo han visto mis ojos, mis oídos lo oyeron y lo entendí. Sé lo que vosotros sabéis, no soy inferior a vosotros. Pero quiero hablar con el Todopoderoso, deseo disputar con Dios, pues todo lo blanqueáis con mentiras, parecéis médicos sin serlo. ¡Cuándo acabaréis de hablar demostrando así que sois sabios! A ver si escucháis mis descargos y oís los argumentos que pronuncio. ¿Falseáis la realidad por defender a Dios y sois capaces de mentir por él? ¿Tratáis por ventura de excusarlo y disputáis acaso a su favor? ¿Qué tal si él os sondease? ¿Lo engañaríais igual que a un humano? Seguro que os pediría cuentas por ser parciales con disimulo. Su majestad os dejaría aterrados, su terror se abatiría sobre vosotros. Vuestras acusaciones serían como ceniza; vuestros argumentos, argumentos de barro. Silencio, que quiero hablar, pues pase lo que me pase, voy a jugármelo todo, pienso arriesgar mi vida. Aunque quiera matarme, no me queda otra esperanza; quiero defenderme en su presencia; con eso me sentiría salvado, pues el malvado no comparece ante él. Escuchad con atención mis palabras, prestad oído a mi declaración; tengo preparada mi defensa y sé que soy inocente. ¿Alguien quiere pleitear conmigo? Estoy dispuesto a callar y morir. Concédeme solo estas dos cosas y permaneceré siempre en tu presencia: que mantendrás tu mano lejos de mí y que no me espantarás con tu terror. Después acúsame y responderé, o deja que me explique y tú replicarás. ¿Cuántos son mis errores y mis culpas? ¡Demuéstrame mis delitos y errores! ¿Por qué me ocultas tu rostro y me tratas como a un enemigo? ¿Acosarías a una hoja volandera o perseguirías a una paja ya agostada? Anotas en mi cuenta rebeldías, me acusas de faltas de juventud; metes en cepos mis pies, vigilas todas mis andanzas, indagas las huellas de mis pasos. ¡A uno que se desgasta como un odre, como vestido comido por la polilla!
JOB 13:1-28 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Todo esto lo he visto con mis propios ojos, lo he escuchado con mis propios oídos. Lo que vosotros sabéis, también yo lo sé; en nada soy inferior a vosotros. Pero prefiero hablar con Dios, prefiero discutir con el Todopoderoso. Vosotros cubrís la verdad con vuestras mentiras; sois médicos que a nadie curan. ¡Si al menos guardarais silencio, podríais pasar por personas sabias! Escuchad, por favor, con atención, mientras yo expongo mis razones. ¿Creéis acaso que defendéis a Dios con vuestras mentiras y que le hacéis un servicio con palabras engañosas? Os habéis puesto de su parte y queréis defender su causa, pero, ¿qué pasará si Dios os examina? ¿Podréis engañarle como a un hombre? Si con disimulo os ponéis de su parte, él os reprenderá duramente. La grandeza de Dios os llenará de espanto y de terror. Vuestros anticuados argumentos son puro polvo; vuestras defensas son como murallas de barro. Y ahora, ¡callad, que voy a hablar, páseme lo que me pase! Voy a arriesgar mi vida, voy a jugarme el todo por el todo. Aunque él me mate, me mantendré firme, con tal de presentarle mi defensa cara a cara. Quizá en eso esté mi salvación, pues un malvado no entraría hasta su presencia. Escuchad, pues, con atención, la exposición que voy a haceros. Voy a presentar mi defensa y sé que tengo la razón. Si alguien tiene de qué acusarme, yo guardaré silencio y moriré. Concédeme sólo dos cosas, oh Dios, y no me esconderé de ti: Deja ya de castigarme y no me hagas sentir tanto miedo. Llámame, y yo te responderé; o yo hablaré primero, y tú me responderás. Dime, ¿cuáles son mis pecados y delitos? ¿Cuáles son mis crímenes? ¿Por qué te escondes de mí? ¿Por qué me tratas como a un enemigo? Soy como una hoja al viento: ¿por qué quieres destruirme? No soy más que paja seca: ¿por qué me persigues? Traes amargas acusaciones contra mí; me pides cuentas de las faltas de mi juventud. Pones cadenas en mis pies, vigilas todos mis pasos y examinas todas mis pisadas. Me voy deshaciendo, como algo podrido, como ropa que se come la polilla.
JOB 13:1-28 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
»Todo esto lo han visto mis ojos; lo han escuchado y entendido mis oídos. Yo tengo tanto conocimiento como vosotros; en nada siento que me aventajéis. Más bien quisiera hablar con el Todopoderoso; me gustaría discutir mi caso con Dios. Porque vosotros sois unos incriminadores; ¡como médicos no valéis nada! ¡Si tan solo os callaseis la boca! Eso, en vosotros, ¡ya sería sabiduría! Ahora os toca escuchar mi defensa; prestad atención a mi alegato. ¿Os atreveréis a mentir en nombre de Dios? ¿Argumentaréis en su favor con engaños? ¿Le haréis el favor de defenderlo? ¿Vais a resultar sus abogados defensores? ¿Qué pasaría si él os examinara? ¿Podríais engañarlo como se engaña a la gente? Lo más seguro es que él os reprendería si en secreto os mostraseis parciales. ¿Acaso no os infundiría miedo su esplendor? ¿Y no caería sobre vosotros su terror? ¡Habéis memorizado proverbios sin sentido! ¡Os defendéis con apologías endebles! »¡Callad la boca y dejadme hablar, y que suceda lo que tenga que suceder! ¿Por qué me pongo en peligro y me juego el pellejo? ¡Que me mate! ¡Ya no tengo esperanza! Pero en su propia cara defenderé mi conducta. En esto radica mi liberación: en que ningún impío comparecería ante él. »Prestad atención a mis palabras; prestad oído a lo que digo: Ved que ya he preparado mi defensa, y sé muy bien que seré declarado inocente. ¿Hay quien pueda presentar cargos contra mí? Si lo hay, me quedaré callado hasta morir. »Concédeme, oh Dios, solo dos cosas, y no tendré que esconderme de ti: Para ya de castigarme y deja de infundirme temor. Llámame a comparecer y te responderé; o déjame hablar y contéstame. Enumera mis iniquidades y pecados; hazme ver mis transgresiones y ofensas. ¿Por qué me evitas? ¿Por qué me tienes por enemigo? ¿Asustarás a una hoja arrebatada por el viento? ¿Perseguirás a la paja seca? Has dictado contra mí penas amargas; me estás haciendo pagar por los pecados de mi juventud. Me has puesto cadenas en los pies; vigilas todos mis pasos; ¡examinas las huellas que dejo al caminar! »El hombre es como un odre desgastado; como ropa carcomida por la polilla.