JOB 12:1-25
JOB 12:1-25 Reina Valera 2020 (RV2020)
Respondió entonces Job: ¡Ciertamente, vosotros sois el pueblo, y con vosotros morirá la sabiduría! Pero yo también tengo entendimiento, lo mismo que vosotros; ¡no soy menos que vosotros! ¿Y quién habrá que no pueda decir otro tanto? Yo soy uno de quien su amigo se mofa; uno que invocaba a Dios, y él le respondía; uno justo e íntegro que es escarnecido. Aquel cuyos pies están a punto de resbalar es como una lámpara despreciada por el que se siente seguro. Prosperan las casas de los ladrones, y viven seguros los que provocan a Dios, que ha puesto en sus manos cuanto tienen. Pregunta ahora a las bestias, y ellas te enseñarán; a las aves de los cielos, y ellas te lo mostrarán; o habla a la tierra, y ella te enseñará; y los peces del mar te lo declararán también. ¿Cuál entre todos ellos no entiende que la mano del Señor lo hizo? En su mano está el alma de todo viviente, y el hálito de todo el género humano. Ciertamente, el oído distingue las palabras y el paladar saborea las viandas. En los ancianos está la ciencia y en la mucha edad la inteligencia. Pero con Dios están la sabiduría y el poder: suyo es el consejo y la inteligencia. Si él derriba, nadie reconstruye; si aprisiona, no hay escapatoria. Si detiene las aguas, todo se seca; si las suelta, arrasan la tierra. Con él están el poder y la sabiduría; suyos son el que yerra y el que hace errar. Él despoja de consejo a los consejeros y entontece a los jueces. Rompe las cadenas de los tiranos y ata una soga a su cintura. Él despoja de su oficio a los sacerdotes y trastorna a los poderosos. Quita la palabra a los que hablan con seguridad y priva de discernimiento a los ancianos. Derrama desprecio sobre los príncipes y desata el cinto de los fuertes. Descubre las profundidades de las tinieblas y saca a la luz las densas sombras. Multiplica las naciones y las destruye; las dispersa y las vuelve a reunir. Quita el entendimiento a los jefes del pueblo de la tierra, los hace vagar como por un desierto sin camino, y van a tientas, como en tinieblas, sin luz; y los hace errar como borrachos.
JOB 12:1-25 La Palabra (versión española) (BLP)
Job respondió así: ¡Desde luego, sois de esa gente con la cual se agotará la sabiduría! Pero también yo soy inteligente, no me creo inferior a vosotros. ¿Quién no sabe tales cosas? El hazmerreír de sus vecinos, ese soy yo; yo, que me comunicaba con Dios. ¡El hazmerreír, siendo íntegro y honrado! «¡Respondamos con burla a la desgracia —dice quien se siente satisfecho—, empujemos al suelo al que se tambalea!» ¡Pero los bandidos habitan en paz, viven seguros quienes provocan a Dios, los que tienen a Dios en un puño! Pregunta a las bestias y te instruirán, a las aves del cielo y te informarán; habla con los reptiles y te enseñarán, te lo contarán los peces del mar. ¿Quién de todos ellos no sabe que la mano del Señor lo hizo todo? Él retiene la vida de los seres, el aliento de todo ser humano. ¿No distingue el oído las palabras y el paladar saborea la comida? ¿No es propia de los ancianos la sabiduría y destaca la prudencia entre los viejos? Pues él posee sabiduría y poder, prudencia e inteligencia son suyas. Si él destruye, nadie reconstruye; si aprisiona, no hay escapatoria; si retiene la lluvia, llega la sequía; si la deja libre, se inunda la tierra. Él dispone de fuerza y eficacia, suyos son el engañado y el que engaña; hace ir descalzos a los consejeros, hace enloquecer a los magistrados; deja a los reyes sin insignias, les ata una soga a la cintura; hace ir descalzos a los sacerdotes, arruina a los que están bien situados; retira la palabra a los confidentes, deja sin discreción a los ancianos; llena de desprecio a los señores, afloja el cinturón de los robustos. Revela la hondura de las tinieblas, saca a la luz las densas sombras; levanta pueblos y los destruye, ensancha naciones y las destierra; priva de su talento a los jefes, los guía por desiertos intransitables, por donde caminan a tientas y a oscuras, tropezando lo mismo que borrachos.
JOB 12:1-25 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
¡No hay duda de que vosotros sois la voz del pueblo, y que cuando muráis no quedará sabiduría! Pero también yo tengo entendimiento y en nada soy inferior a vosotros. ¿Quién no sabe todo esto? Aunque soy inocente e intachable y en otro tiempo Dios escuchaba mis súplicas, mis amigos se ríen de mí. El que está seguro desprecia al desdichado; no le importa empujar al que está a punto de caer. Los bandidos tienen paz en sus hogares; los que ofenden a Dios, viven tranquilos pensando que lo tienen en un puño. Pregunta a las bestias o a las aves: ellas te pueden enseñar. También a la tierra y a los peces del mar puedes pedirles que te instruyan. ¿Hay alguien todavía que no sepa que Dios lo hizo todo con su mano? En su mano está la vida de todo ser viviente. El oído distingue las palabras, igual que el paladar reconoce los sabores. Los ancianos tienen sabiduría; la edad les ha dado entendimiento. Pero Dios es sabio y poderoso; hace planes y los lleva a cabo. Lo que Dios destruye, nadie lo puede reconstruir; al que Dios encierra, nadie le puede liberar. Si él retiene la lluvia, todo se seca; si le da salida, se inunda la tierra. Su poder le da siempre la victoria. Sujetos a él están el engañado y el que engaña. Él hace que los sabios pierdan su inteligencia y que los jueces se vuelvan locos. Deja sin autoridad a los reyes, y los hace ir cautivos y desnudos. Quita a los sacerdotes de su oficio y derroca a los que están en el poder. A los consejeros de confianza deja sin palabra y quita el buen juicio a los ancianos. Hace que los señores queden sin honra y que los fuertes pierdan su fuerza. Da a conocer los secretos más ocultos y saca a la luz las cosas más oscuras. Él engrandece y destruye a las naciones, las dispersa y las reúne. Quita la inteligencia a los jefes de un país y los hace perderse en un desierto sin camino, donde andan a tientas en la oscuridad, tambaleándose como borrachos.
JOB 12:1-25 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
A esto respondió Job: «¡No hay duda de que vosotros sois el pueblo! ¡Muertos vosotros, morirá la sabiduría! Pero yo soy tan listo como vosotros; en nada siento que me aventajéis. ¿Quién no sabe todas esas cosas? »Yo, que llamaba a Dios y él me respondía, me he vuelto el hazmerreír de mis amigos; ¡soy un hazmerreír, siendo recto e intachable! Dice la gente que vive tranquila: “¡Al daño se añade la injuria!”, “¡Al que está por caer, hay que empujarlo!” Los salteadores viven tranquilos en sus tiendas; confiados viven esos que irritan a Dios y piensan que pueden controlarlo. »Pero consulta a los animales, y ellos te darán una lección; pregunta a las aves del cielo, y ellas te lo contarán; habla con la tierra, y ella te enseñará; con los peces del mar, y te lo harán saber. ¿Quién de todos ellos no sabe que la mano del SEÑOR ha hecho todo esto? En sus manos está la vida de todo ser vivo, y el hálito que anima a todo ser humano. ¿Acaso no comprueba el oído las palabras como la lengua prueba la comida? Entre los ancianos se halla la sabiduría; en los muchos años, el entendimiento. »Con Dios están la sabiduría y el poder; suyos son el consejo y el entendimiento. Lo que él derriba, nadie lo levanta; a quien él apresa, nadie puede liberarlo. Si él retiene las lluvias, hay sequía; si las deja caer, se inunda la tierra. Suyos son el poder y el buen juicio; suyos son los engañados y los que engañan. Él pone en ridículo a los consejeros y hace que los jueces pierdan la cabeza. Despoja de su autoridad a los reyes, y les ata a la cintura una simple soga. Él pone en ridículo a los sacerdotes, y derroca a los que detentan el poder. Acalla los labios de los consejeros y deja sin discernimiento a los ancianos. Derrama ignominia sobre los nobles y deja en vergüenza a los poderosos. Pone al descubierto los más oscuros abismos y saca a la luz las sombras más profundas. Engrandece o destruye a las naciones; las hace prosperar o las dispersa. Priva de sensatez a los poderosos, y los hace vagar por desiertos sin senderos. Andan a tientas en medio de la oscuridad, y se tambalean como borrachos.