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JUAN 6:43-59

JUAN 6:43-59 Reina Valera 2020 (RV2020)

Jesús respondió: —No murmuréis entre vosotros. Nadie puede venir a mí si el Padre, que me envió, no le trajera. Y yo le resucitaré en el día final. Escrito está en los Profetas: Y todos serán enseñados por Dios . Así que, todo aquel que escucha al Padre y aprende de él, viene a mí. Esto no significa que alguno haya visto al Padre. Solamente aquel que ha venido de Dios, ha visto al Padre. Os aseguro que el que cree en mí tiene vida eterna. Yo soy el pan de vida. Vuestros antepasados comieron el maná en el desierto y, sin embargo, murieron. Este es el pan que desciende del cielo para que quien coma de él no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo. Si alguien come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual daré por la vida del mundo. Entonces los judíos discutían entre sí y se preguntaban: —¿Cómo puede este darnos a comer su carne? Jesús les dijo: —Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Así como el Padre viviente me envió, y yo vivo por el Padre, así también el que come de mí vivirá por mí. Este es el pan que descendió del cielo; no como el maná de vuestros antepasados, que lo comieron y murieron. El que come de este pan vivirá eternamente. Estas cosas dijo cuando enseñaba en una sinagoga de Capernaún.

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JUAN 6:43-59 La Palabra (versión española) (BLP)

Jesús replicó: —Dejad ya de criticar entre vosotros. Nadie puede creer en mí si no se lo concede el Padre que me envió; yo, por mi parte, lo resucitaré en el último día. En los libros proféticos está escrito: Todos serán instruidos por Dios. Todo el que escucha al Padre y recibe su enseñanza, cree en mí. Esto no significa que alguien haya visto al Padre. Solamente aquel que ha venido de Dios, ha visto al Padre. Os aseguro que quien cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros antepasados comieron el maná en el desierto y, sin embargo, murieron. Este, en cambio, es el pan que ha bajado del cielo para que, quien lo coma, no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo voy a dar es mi carne, entregada para que el mundo tenga vida. Esto suscitó una fuerte discusión entre los judíos, que se preguntaban: —¿Cómo puede este darnos a comer su carne? Jesús les dijo: —Os aseguro que, si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. El Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo gracias a él; así también, el que me coma vivirá gracias a mí. Este es el pan que ha bajado del cielo, y que no es como el que comieron los antepasados y murieron; el que come de este pan vivirá para siempre. Todo esto lo enseñó Jesús en la sinagoga de Cafarnaún.

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JUAN 6:43-59 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Jesús les dijo: –Dejad de murmurar. Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre, que me ha enviado; y yo lo resucitaré el día último. En los libros de los profetas se dice: ‘Dios instruirá a todos.’ Así que todos los que escuchan al Padre y aprenden de él vienen a mí. “No es que alguien haya visto al Padre. El único que ha visto al Padre es el que ha venido de Dios. Os aseguro que quien cree tiene vida eterna. Yo soy el pan que da vida. Vuestros antepasados comieron el maná en el desierto, y sin embargo murieron; pero yo hablo del pan que baja del cielo para que quien coma de él no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propio cuerpo. Lo daré por la vida del mundo.” Los judíos se pusieron a discutir unos con otros: –¿Cómo puede este darnos a comer su propio cuerpo? Jesús les dijo: –Os aseguro que si no coméis el cuerpo del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida. El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna; y yo le resucitaré el día último. Porque mi cuerpo es verdadera comida, y mi sangre verdadera bebida. El que come mi cuerpo y bebe mi sangre vive unido a mí, y yo vivo unido a él. El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él. De la misma manera, el que me coma vivirá por mí. Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná que comieron vuestros antepasados, que murieron a pesar de haberlo comido. El que coma de este pan, vivirá para siempre. Jesús enseñó estas cosas en la reunión de la sinagoga en Cafarnaún.

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JUAN 6:43-59 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

―Dejad de murmurar —replicó Jesús—. Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el día final. En los profetas está escrito: “A todos los instruirá Dios”. En efecto, todo el que escucha al Padre y aprende de él viene a mí. Al Padre nadie lo ha visto, excepto el que viene de Dios; solo él ha visto al Padre. Ciertamente os aseguro que el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de vida. Vuestros antepasados comieron el maná en el desierto, y sin embargo murieron. Pero este es el pan que baja del cielo; el que come de él no muere. Yo soy el pan vivo que bajó del cielo. Si alguno come de este pan, vivirá para siempre. Este pan es mi carne, que daré para que el mundo viva. Los judíos comenzaron a disputar acaloradamente entre sí: «¿Cómo puede este darnos a comer su carne?» ―Ciertamente os aseguro —afirmó Jesús— que, si no coméis la carne del Hijo del hombre ni bebéis su sangre, no tenéis realmente vida. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Así como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, también el que come de mí vivirá por mí. Este es el pan que bajó del cielo. Vuestros antepasados comieron maná y murieron, pero el que come de este pan vivirá para siempre. Todo esto lo dijo Jesús mientras enseñaba en la sinagoga de Capernaún.

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