JUAN 5:5-9
JUAN 5:5-9 Reina Valera 2020 (RV2020)
Entre ellos había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, al verlo allí tendido y sabiendo que llevaba tanto tiempo así, le preguntó: —¿Quieres sanar? El enfermo respondió: —Señor, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua. Trato de descender, pero otro siempre lo hace antes que yo. Jesús le dijo: —Levántate, toma tu camilla y vete. Al instante, el hombre quedó sanado, tomó su camilla y empezó a andar. Era sábado aquel día
JUAN 5:5-9 La Palabra (versión española) (BLP)
Había entre ellos un hombre que llevaba enfermo treinta y ocho años. Jesús, al verlo allí tendido y sabiendo que llevaba tanto tiempo, le preguntó: —¿Quieres curarte? El enfermo le contestó: —Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque una vez que el agua ha sido agitada. Cuando llego, ya otro se me ha adelantado. Entonces Jesús le ordenó: —Levántate, recoge tu camilla y vete. En aquel mismo instante, el enfermo quedó curado, recogió su camilla y comenzó a andar. Pero aquel día era sábado.
JUAN 5:5-9 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Había entre ellos un hombre enfermo desde hacía treinta y ocho años. Cuando Jesús lo vio allí tendido y supo del mucho tiempo que llevaba enfermo, le preguntó: –¿Quieres recobrar la salud? El enfermo le contestó: –Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se remueve el agua. Para cuando llego, ya se me ha adelantado otro. Jesús le dijo: –Levántate, recoge tu camilla y anda. En aquel momento el hombre recobró la salud, recogió su camilla y echó a andar. Pero como era sábado
JUAN 5:5-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Entre ellos se encontraba un hombre inválido que llevaba enfermo treinta y ocho años. Cuando Jesús lo vio allí, tirado en el suelo, y se enteró de que ya llevaba mucho tiempo en esa condición, le preguntó: ―¿Quieres quedar sano? ―Señor —respondió—, no tengo a nadie que me meta en el estanque mientras se agita el agua y, cuando trato de hacerlo, otro se mete antes. ―Levántate, recoge tu camilla y anda —le contestó Jesús. Al instante aquel hombre quedó sano, así que tomó su camilla y echó a andar. Pero ese día era sábado.