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JUAN 19:17-27

JUAN 19:17-27 La Palabra (versión española) (BLP)

que, cargando con su propia cruz, se encaminó hacia el llamado «Lugar de la Calavera» (que en la lengua de los judíos se conoce como «Gólgota»). Allí lo crucificaron, y con él crucificaron también a otros dos: uno a cada lado y Jesús en medio. Pilato mandó poner sobre la cruz un letrero con esta inscripción: «Jesús de Nazaret, el rey de los judíos». La inscripción fue leída por muchos judíos, porque el lugar donde Jesús había sido crucificado estaba cerca de la ciudad. Además, el texto estaba escrito en hebreo, latín y griego. Así que los jefes de los sacerdotes se presentaron a Pilato y le dijeron: —No pongas: «El rey de los judíos» sino: «Este hombre dijo: Yo soy el rey de los judíos». Pero Pilato les contestó: —Que quede escrito lo que yo mandé escribir. Los soldados, una vez que terminaron de crucificar a Jesús, tomaron sus ropas e hicieron con ellas cuatro lotes, uno para cada soldado. Se quedaron también con la túnica, pero como era una túnica sin costuras, tejida de una sola pieza de arriba abajo, llegaron a este acuerdo: —No debemos partirla; lo que procede es sortearla para ver a quién le toca. Así se cumplió el pasaje de la Escritura que dice: Dividieron entre ellos mis ropas y echaron a suertes mi túnica. Esto fue lo que hicieron los soldados. Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, María la mujer de Cleofás, que era hermana de su madre, y María Magdalena. Jesús, al ver a su madre y, junto a ella, al discípulo a quien tanto quería, dijo a su madre: —Mujer, ahí tienes a tu hijo. Después dijo al discípulo: —Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel momento, el discípulo la acogió en su casa.

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JUAN 19:17-27 Reina Valera 2020 (RV2020)

Jesús cargó su cruz y se encaminó hacia el llamado «Lugar de la Calavera», en hebreo Gólgota. Allí le crucificaron y a otros dos con él: uno a cada lado y Jesús en medio. Escribió también Pilato un letrero, que puso sobre la cruz. Decía: «Jesús Nazareno, rey de los judíos». Muchos de los judíos leyeron este título, porque Jesús fue crucificado en un lugar cerca de la ciudad y el letrero estaba escrito en hebreo, en griego y en latín. Los principales sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: —No pongas «rey de los judíos», sino «Este dijo: Soy rey de los judíos». Respondió Pilato: —Lo que he escrito, escrito queda. Cuando los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos e hicieron cuatro partes, una para cada uno. Se quedaron también con la túnica, pero como era una túnica sin costuras, tejida de una sola pieza de arriba a abajo, llegaron a este acuerdo: —No la partamos. Echemos suertes para ver a quién le toca. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura, que dice: Repartieron entre sí mis vestidos y sobre mi ropa echaron suertes . Los soldados así lo hicieron. Junto a la cruz de Jesús, estaban su madre, la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Cuando vio Jesús a su madre y a su lado al discípulo a quien él amaba, le dijo a ella: —Mujer, ahí tienes a tu hijo. Después dijo al discípulo: —Ahí tienes a tu madre. Desde aquel momento, el discípulo la acogió en su casa.

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JUAN 19:17-27 La Palabra (versión española) (BLP)

que, cargando con su propia cruz, se encaminó hacia el llamado «Lugar de la Calavera» (que en la lengua de los judíos se conoce como «Gólgota»). Allí lo crucificaron, y con él crucificaron también a otros dos: uno a cada lado y Jesús en medio. Pilato mandó poner sobre la cruz un letrero con esta inscripción: «Jesús de Nazaret, el rey de los judíos». La inscripción fue leída por muchos judíos, porque el lugar donde Jesús había sido crucificado estaba cerca de la ciudad. Además, el texto estaba escrito en hebreo, latín y griego. Así que los jefes de los sacerdotes se presentaron a Pilato y le dijeron: —No pongas: «El rey de los judíos» sino: «Este hombre dijo: Yo soy el rey de los judíos». Pero Pilato les contestó: —Que quede escrito lo que yo mandé escribir. Los soldados, una vez que terminaron de crucificar a Jesús, tomaron sus ropas e hicieron con ellas cuatro lotes, uno para cada soldado. Se quedaron también con la túnica, pero como era una túnica sin costuras, tejida de una sola pieza de arriba abajo, llegaron a este acuerdo: —No debemos partirla; lo que procede es sortearla para ver a quién le toca. Así se cumplió el pasaje de la Escritura que dice: Dividieron entre ellos mis ropas y echaron a suertes mi túnica. Esto fue lo que hicieron los soldados. Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, María la mujer de Cleofás, que era hermana de su madre, y María Magdalena. Jesús, al ver a su madre y, junto a ella, al discípulo a quien tanto quería, dijo a su madre: —Mujer, ahí tienes a tu hijo. Después dijo al discípulo: —Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel momento, el discípulo la acogió en su casa.

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JUAN 19:17-27 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Jesús, llevando su cruz, salió para ir al llamado “Lugar de la Calavera” (que en hebreo es Gólgota). Allí lo crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado. Pilato mandó poner sobre la cruz un letrero que decía: “Jesús de Nazaret, Rey de los judíos.” Muchos judíos leyeron aquel letrero, porque el lugar donde crucificaron a Jesús se hallaba cerca de la ciudad, y el letrero estaba escrito en hebreo, latín y griego. Por eso, los jefes de los sacerdotes judíos dijeron a Pilato: –No escribas: ‘El Rey de los judíos’, sino: ‘El que dice ser Rey de los judíos.’ Pero Pilato les contestó: –Lo que he escrito, escrito queda. Después de crucificar a Jesús, los soldados tomaron sus ropas y se las repartieron en cuatro partes, una para cada uno. Tomaron también su túnica, pero como no tenía costura, sino que estaba tejida de arriba abajo de una sola pieza, se dijeron entre ellos: –No la partamos. Echémosla a suertes, a ver a quién le toca. Así se cumplió la Escritura que dice: “Se repartieron entre sí mi ropa y echaron a suertes mi túnica.” Esto fue lo que hicieron los soldados. Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, esposa de Cleofás, y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su madre y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho, dijo a su madre: –Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dijo al discípulo: –Ahí tienes a tu madre. Desde entonces, aquel discípulo la recibió en su casa.

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JUAN 19:17-27 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Jesús salió cargando su propia cruz hacia el lugar de la Calavera (que en arameo se llama Gólgota). Allí lo crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en medio. Pilato mandó que se pusiera sobre la cruz un letrero en el que estuviera escrito: «JESúS DE NAZARET, REY DE LOS JUDíOS». Muchos de los judíos lo leyeron, porque el sitio en que crucificaron a Jesús estaba cerca de la ciudad. El letrero estaba escrito en arameo, latín y griego. ―No escribas “Rey de los judíos” —protestaron ante Pilato los jefes de los sacerdotes judíos—. Sino que él era quien decía ser rey de los judíos. ―Lo que he escrito, escrito queda —contestó Pilato. Cuando los soldados crucificaron a Jesús, tomaron su manto y lo partieron en cuatro partes, una para cada uno de ellos. Tomaron también la túnica, la cual no tenía costura, sino que era de una sola pieza, tejida de arriba abajo. ―No la dividamos —se dijeron unos a otros—. Echemos suertes para ver a quién le toca. Y así lo hicieron los soldados. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: «Se repartieron entre ellos mi manto, y sobre mi ropa echaron suertes». Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María esposa de Cleofás, y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su madre, y a su lado al discípulo a quien él amaba, dijo a su madre: ―Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dijo al discípulo: ―Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel momento ese discípulo la recibió en su casa.

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