JUAN 12:35-40
JUAN 12:35-40 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
―Solo tendréis la luz un poco más de tiempo —les dijo Jesús—. Caminad mientras tengáis la luz, antes de que os envuelvan las tinieblas. El que camina en las tinieblas no sabe a dónde va. Mientras tengáis la luz, creed en ella, para que seáis hijos de la luz. Cuando terminó de hablar, Jesús se fue y se escondió de ellos. A pesar de haber hecho Jesús todas estas señales en presencia de ellos, todavía no creían en él. Así se cumplió lo dicho por el profeta Isaías: «Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje, y a quién se le ha revelado el poder del Señor?» Por eso no podían creer, pues también había dicho Isaías: «Les ha cegado los ojos y endurecido el corazón, para que no vean con los ojos, ni entiendan con el corazón ni se conviertan; y yo los sane».
JUAN 12:35-40 Reina Valera 2020 (RV2020)
Jesús les respondió: —Todavía está la luz entre vosotros, pero no por mucho tiempo. Caminad mientras tenéis luz para que no os sorprendan las tinieblas porque el que anda en tinieblas no sabe a dónde va. En tanto que tenéis la luz, creed en la luz para que seáis hijos de luz. Dicho esto, Jesús se fue y se ocultó de ellos. A pesar de haber hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él para que se cumpliera la palabra del profeta Isaías: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor? Por esto no podían creer, pues Isaías también dijo: Cegó los ojos de ellos y endureció su corazón, para que no vean con los ojos ni entiendan con el corazón ni se conviertan y yo los sane .
JUAN 12:35-40 La Palabra (versión española) (BLP)
Jesús les respondió: —Todavía está la luz entre vosotros, pero no por mucho tiempo. Mientras tenéis luz, caminad para que no os sorprendan las tinieblas. Porque el que camina en la oscuridad no sabe adónde se dirige. Mientras tenéis luz, creed en ella para que la luz oriente vuestra vida. Después de decir esto, Jesús se retiró, escondiéndose de ellos. A pesar de haber visto con sus propios ojos los grandes milagros que Jesús había hecho, no creían en él. Así se cumplió lo dicho por el profeta Isaías: Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje? ¿A quién ha sido manifestado el poder del Señor? El mismo Isaías había indicado la razón de su falta de fe: Dios ha oscurecido sus ojos y endurecido su corazón , de tal manera que sus ojos no ven y su inteligencia no comprende; así que no se vuelven a mí para que yo los cure .
JUAN 12:35-40 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Jesús les dijo: –Todavía estará la luz entre vosotros por un poco de tiempo. Andad, pues, mientras tenéis esta luz, para que no os sorprenda la oscuridad, porque el que anda en oscuridad no sabe por dónde va. Creed en la luz mientras todavía la tenéis, para que pertenezcáis a la luz. Cuando hubo dicho estas cosas, Jesús se fue y se ocultó de ellos. A pesar de que Jesús había hecho tan grandes señales milagrosas delante de ellos, no creían en él, pues tenía que cumplirse lo que escribió el profeta Isaías: “Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje? ¿A quién ha revelado el Señor su poder?” Así que no podían creer, como también escribió Isaías: “Dios les ha cerrado los ojos y ha entorpecido su mente para que no puedan ver ni entender; para que no se vuelvan a mí y yo los sane.”
JUAN 12:35-40 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
―Solo tendréis la luz un poco más de tiempo —les dijo Jesús—. Caminad mientras tengáis la luz, antes de que os envuelvan las tinieblas. El que camina en las tinieblas no sabe a dónde va. Mientras tengáis la luz, creed en ella, para que seáis hijos de la luz. Cuando terminó de hablar, Jesús se fue y se escondió de ellos. A pesar de haber hecho Jesús todas estas señales en presencia de ellos, todavía no creían en él. Así se cumplió lo dicho por el profeta Isaías: «Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje, y a quién se le ha revelado el poder del Señor?» Por eso no podían creer, pues también había dicho Isaías: «Les ha cegado los ojos y endurecido el corazón, para que no vean con los ojos, ni entiendan con el corazón ni se conviertan; y yo los sane».