Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

JEREMÍAS 7:1-15

JEREMÍAS 7:1-15 Reina Valera 2020 (RV2020)

Palabra del Señor que vino a Jeremías: —Ponte a la puerta de la casa del Señor y proclama allí esta palabra. Diles: Oíd palabra del Señor, todo Judá, los que entráis por estas puertas para adorar al Señor. Así ha dicho el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré habitar en este lugar. No confiéis en palabras de mentira, que proclaman: «¡templo del Señor, templo del Señor, templo del Señor es este!». Pero si de veras mejoráis vuestros caminos y vuestras obras; si en verdad practicáis la justicia entre el hombre y su prójimo, y no oprimís al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramáis la sangre inocente, ni vais tras dioses extraños para vuestro propio mal, yo os haré habitar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre. Vosotros confiáis en palabras engañosas, que no sirven de nada. Hurtáis, matáis, cometéis adulterio, juráis en falso, quemáis incienso a Baal y vais tras dioses extraños que no habíais conocido, ¿y ahora venís y os presentáis delante de mí en esta Casa sobre la cual es invocado mi nombre, y decís: «Somos libres», para seguir haciendo todas estas abominaciones? ¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta Casa, sobre la cual es invocado mi nombre? Esto también yo lo veo, dice el Señor. Id ahora a mi lugar en Silo, donde hice habitar mi nombre al principio, y ved lo que le hice por la maldad de mi pueblo Israel. Ahora, pues, por cuanto vosotros habéis hecho todas estas cosas, dice el Señor, y aunque os hablé sin cesar, no escuchasteis, y aunque os llamé, no respondisteis, haré también a esta Casa, sobre la cual es invocado mi nombre, en la que vosotros confiáis, y a este lugar que os di a vosotros y a vuestros padres, como hice a Silo. Os echaré de mi presencia, como eché a todos vuestros hermanos, a toda la generación de Efraín.

JEREMÍAS 7:1-15 La Palabra (versión española) (BLP)

Palabra que recibió Jeremías de parte del Señor: —Ponte en la puerta del Templo del Señor y proclama allí esta palabra. Dirás: Escuchad la palabra del Señor, judíos todos que entráis por estas puertas para postraros ante el Señor. Así dice el Señor del universo, Dios de Israel: Mejorad vuestra conducta y vuestras acciones, y habitaré entre vosotros en este lugar. No confiéis en las mentiras de quienes dicen: «Este es el Templo del Señor, el Templo del Señor, el Templo del Señor». Si mejoráis vuestra conducta y vuestras acciones; si actuáis con justicia entre unos y otros; si no oprimís al huérfano y a la viuda; si no derramáis sangre inocente en este lugar; si no vais tras dioses extraños para vuestra desgracia, entonces habitaré entre vosotros en este lugar, en la tierra que di a vuestros antepasados antaño y para siempre. Vosotros confiáis en mentiras que no sirven de nada. Robáis, matáis, cometéis adulterio, juráis en falso, ofrecéis incienso a Baal, vais tras dioses extraños que no conocíais, ¿y venís después a poneros ante mí, en este Templo que lleva mi nombre, diciendo «Estamos a salvo», para seguir cometiendo todas esas abominaciones? ¿Pensáis que es una cueva de bandidos este Templo que lleva mi nombre? ¡Pero si yo mismo lo he visto! —oráculo del Señor—. Id a mi santuario de Siló, en el que habité al principio; ved lo que hice con él por la maldad de mi pueblo Israel. En consecuencia, por haber perpetrado todas estas acciones —oráculo del Señor—, porque os hablé sin descanso y no me escuchasteis, porque os llamé y no respondisteis, pienso hacer con este Templo que lleva mi nombre, en el que confiáis, y con el lugar que di a vuestros antepasados y a vosotros, lo mismo que hice con Siló. Os arrojaré de mi presencia como arrojé a vuestros hermanos, a toda la estirpe de Efraín.

JEREMÍAS 7:1-15 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

El Señor se dirigió a Jeremías y le dijo: “Ponte a la entrada del templo del Señor y da a conocer allí este mensaje: ‘Habitantes todos de Judá, que entráis por estas puertas a adorar al Señor, escuchad este mensaje del Señor todopoderoso, el Dios de Israel: Mejorad vuestra vida y vuestras obras, y yo os dejaré seguir viviendo en esta tierra. No confiéis en esos que os engañan diciendo: ¡Aquí está el templo del Señor, aquí está el templo del Señor! ‘Si mejoráis vuestra vida y vuestras obras; si sois justos los unos con los otros; si no explotáis a los extranjeros, a los huérfanos y a las viudas; si no matáis a gente inocente en este lugar ni dais culto a otros dioses, con lo que vosotros mismos os perjudicaríais, yo os dejaré seguir viviendo aquí, en la tierra que di para siempre a vuestros antepasados. ‘Vosotros confiáis en palabras engañosas que no os sirven de nada. Robáis, matáis, cometéis adulterio, juráis en falso, ofrecéis incienso a Baal, dais culto a dioses con los que nada tenéis que ver, y después venís a este templo que me está dedicado, a presentaros ante mí. Creéis que aquí estáis seguros; creéis que podéis seguir haciendo esas cosas que yo no soporto. ¿Acaso pensáis que este templo que me está dedicado es una cueva de ladrones? Yo he visto todo eso. Yo, el Señor, lo afirmo. Id a mi santuario de Siló, el primer lugar que escogí para residir, y ved lo que hice con él por la maldad de mi pueblo Israel. Y aunque una y otra vez os he advertido acerca de vuestra conducta, no habéis querido obedecerme, y ni siquiera me habéis respondido. Yo, el Señor, lo afirmo. Por eso, lo mismo que hice con el santuario de Siló, voy a hacerlo con este templo que me está dedicado, y que yo os di a vosotros y a vuestros antepasados, y en el cual confiáis. Os arrojaré de mi presencia como antes arrojé a vuestros hermanos, los descendientes de Efraín.’

JEREMÍAS 7:1-15 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Esta es la palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR: «Párate a la entrada de la casa del SEÑOR, y desde allí proclama este mensaje: ¡Escuchad la palabra del SEÑOR, todos vosotros, habitantes de Judá que entráis por estas puertas para adorar al SEÑOR! Así dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel: “Enmendad vuestra conducta y vuestras acciones, y yo os dejaré seguir viviendo en este país. No confiéis en esas palabras engañosas que repiten: ‘¡Este es el templo del SEÑOR, el templo del SEÑOR, el templo del SEÑOR!’ Si en verdad enmendáis vuestra conducta y vuestras acciones, si en verdad practicáis la justicia los unos con los otros, si no oprimís al extranjero ni al huérfano ni a la viuda, si no derramáis sangre inocente en este lugar, ni seguís a otros dioses para vuestro propio mal, entonces os dejaré seguir viviendo en este país, en la tierra que di a vuestros antepasados para siempre. »”¡Pero vosotros confiáis en palabras engañosas, que no tienen validez alguna! Robáis, matáis, cometéis adulterio, juráis en falso, quemáis incienso a Baal, seguís a otros dioses que jamás conocisteis, ¡y venís y os presentáis ante mí en esta casa que lleva mi nombre, y decís: ‘Estamos a salvo’, para luego seguir cometiendo todas estas abominaciones! ¿Creéis acaso que esta casa que lleva mi nombre es una cueva de ladrones? ¡Pero si yo mismo lo he visto! —afirma el SEÑOR—. »”Id ahora a mi santuario en Siló, donde al principio hice habitar mi nombre, y ved lo que hice con él por culpa de la maldad de mi pueblo Israel. Y ahora, puesto que vosotros habéis hecho todas estas cosas —afirma el SEÑOR—, y puesto que una y otra vez os he hablado y no me habéis querido escuchar, y puesto que os he llamado y no me habéis respondido, lo mismo que hice con Siló haré con esta casa que lleva mi nombre y en la que vosotros confiáis, y con el lugar que os di a vosotros y a vuestros antepasados. Os echaré de mi presencia, así como eché a todos vuestros hermanos, a toda la descendencia de Efraín”.