JEREMÍAS 49:12-18
JEREMÍAS 49:12-18 Reina Valera 2020 (RV2020)
Así ha dicho el Señor: Los que no estaban condenados a beber la copa, la beberán ciertamente. ¿Y serás tú absuelto del todo? ¡No serás absuelto, sino que ciertamente la beberás! Porque por mí mismo he jurado, dice el Señor, que espanto, afrenta, soledad y maldición será Bosra, y todas sus ciudades serán ruinas para siempre. He oído esta noticia: que de parte del Señor se había enviado un mensajero a decir a las naciones: «¡Juntaos, venid contra ella, subid a la batalla!». Te haré pequeño entre las naciones, menospreciado entre los hombres. Te engañaron tu arrogancia y la soberbia de tu corazón. Tú, que habitas en las hendiduras de las peñas, que alcanzas las alturas del monte, aunque eleves como el águila tu nido, de allí te haré descender, dice el Señor. Edom se convertirá en espanto. Todo aquel que pase por ella se asombrará, se burlará de todas sus calamidades. Como sucedió en la destrucción de Sodoma, de Gomorra y de sus ciudades vecinas, dice el Señor, tampoco allí habitará nadie, ningún ser humano habitará en ella.
JEREMÍAS 49:12-18 La Palabra (versión española) (BLP)
Pues así dice el Señor: Los que estaban decididos a no beber la copa, la van a beber sin remedio. ¿Y crees tú que vas a quedar impune? ¡Desde luego que no! La beberás sin remedio. Juro por mí mismo —oráculo del Señor— que Bosrá y todas sus poblaciones se convertirán en desolación, oprobio y maldición: un eterno montón de ruinas. He recibido un mensaje del Señor, un heraldo dice a las naciones: «Reuníos y atacad a Edom, disponeos a la batalla». Te haré insignificante entre las naciones, serás despreciado por la gente. Fracasaron tus acciones que infundían terror, la arrogancia que llenaba tu corazón: habitas en los huecos de la roca, pertrechado en lo más alto de las cumbres; pero aunque anides arriba como el águila, haré que desciendas de allí —oráculo del Señor. Edom se convertirá en desolación. Todo el que pase junto a él se espantará y silbará al ver todas sus heridas. Será algo parecido a la catástrofe que asoló a Sodoma, Gomorra y sus vecinas —dice el Señor—. Ya no habrá nadie que habite allí; no habrá persona que more en ella.
JEREMÍAS 49:12-18 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El Señor dice: “Si aquellos que no merecían la copa del castigo han tenido que beberla, de ningún modo quedarás tú sin castigo, sino que tendrás que beber también de ella. Yo, el Señor, lo juro por mí mismo: La ciudad de Bosrá quedará convertida en un desierto, en ruinas, en ejemplo de humillación y maldición, y las demás ciudades quedarán en ruinas para siempre.” Me ha llegado una noticia de parte del Señor; un heraldo proclama entre las naciones: “¡Reuníos y marchad contra Edom! ¡Preparaos para la batalla! Yo te haré el más pequeño de los pueblos, el más despreciado entre los hombres. Te dejaste engañar por tu orgullo, porque infundías terror. Vives entre las grietas de las rocas, agarrado a las cumbres de los montes. Pero aunque anides tan alto como el águila, de allá te haré bajar. Yo, el Señor, lo afirmo. “La destrucción de Edom será tan grande que causará espanto. Todo el que pase por allí se espantará al ver el castigo, pues quedará como Sodoma, Gomorra y sus ciudades vecinas cuando fueron destruidas. Nadie volverá a vivir allí, ni siquiera de paso. Yo, el Señor, lo digo.
JEREMÍAS 49:12-18 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Así dice el SEÑOR: «Los que no estaban condenados a beber la copa de castigo la bebieron. ¿Y acaso tú vas a quedarte sin castigo? ¡De ninguna manera quedarás impune, sino que también beberás de esa copa! Juro por mí mismo —afirma el SEÑOR—, que Bosra se convertirá en objeto de maldición, y en horror, oprobio y desolación. Para siempre quedarán en ruinas todas sus ciudades». He oído un mensaje del SEÑOR. Un heraldo lo anuncia entre las naciones: «¡Reuníos, atacad a la ciudad! ¡Preparaos para la guerra!» «Te haré pequeño entre las naciones, menospreciado entre los hombres. Tú, que habitas en las hendiduras de las rocas; tú, que ocupas las alturas de los montes: fuiste engañado por el terror que infundías y por el orgullo de tu corazón. Aunque pongas tu nido tan alto como el del águila, desde allí te haré caer —afirma el SEÑOR—. Tan espantosa será la caída de Edom que todo el que pase junto a la ciudad quedará pasmado al ver todas sus heridas. Será como en la destrucción de Sodoma y Gomorra y de sus ciudades vecinas; nadie volverá a vivir allí, ni la habitará ningún ser humano —afirma el SEÑOR—.